Es hora de pensar en nuevos polos de desarrollo y de apoyar el grito de independencia que ya han dado algunas industrias. Caso Codaltec.
En días pasados, fuimos testigos de la activación del primer Centro de Mando y Control de Seguridad Ciudadana del país, en Villavicencio. Detrás de este gran hito, que se considera el primer paso hacia el logro de ‘ciudades inteligentes’ en Colombia, está Codaltec - Corporación de Alta Tecnología, una empresa perteneciente al Grupo Social y Empresarial de la Defensa (GSED), que ha liderado desarrollos tecnológicos del primer mundo y no solo para su sector, sino para las industrias en general.
Esta corporación es un reflejo de que sí es posible contrarrestar modelos de negocio tipo ‘vampiro’. Si bien el costo de la tecnología es directamente proporcional a la ignorancia del cliente, esa ignorancia que era buen negocio para unos pocos, proponentes y decisores, hoy carece de sentido. Ya no hay espacio para el caramelo envenenado.
Codaltec nació oficialmente en 2013, producto de una necesidad del sector defensa de crear sus propias soluciones tecnológicas y de tener autonomía estratégica. Sin embargo, parte del encanto de este caso está en cómo logró operar y sus antecedentes.
El despertar se dio entre las décadas del 80 y 90, debido a una reducción de los presupuestos en defensa. Los técnicos, apelando a su ingenio, comenzaron a abrir las cajas, los motores y los sistemas para ver cuál era el secreto. Y, ¡oh sorpresa!, se dieron cuenta de que ellos mismos podían desarrollar la tecnología requerida.
La motivación era clara: necesitaban apropiarse de la inteligencia porque esto les estaba consumiendo todos sus recursos y había un conflicto interno por enfrentar.
Ya entre el 2005 y el 2010, a raíz de la reducción de los recursos del Plan Colombia, los estadounidenses ‘soltaron’, por ejemplo, los radares, asegurando que los ingenieros de la Fuerza Aérea ya estaban listos para operarlos y mantenerlos.
En 2010, la buena nueva fue que la Fuerza Aérea intentó buscar los recursos que ofrecía el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, derivados de la Ley de Regalías y a los cuales no había podido acceder por ser una entidad pública, y descubrió que podía acceder a ellos si creaba una empresa. Dicha propuesta se le pasó al Ministerio, donde fue estudiada... y ahí vio la luz Codaltec, que sería para todas las Fuerzas.
Luego, en 2012, se definieron los dos portafolios para que la dirección de ciencia y tecnología saliera a buscar inversores: el proyecto de radares, en vista de que ya sabían operarlos y mantenerlos mas no modelar la señal, y el proyecto de modelación y simulación de sistemas, ambos de la Fuerza Aérea.
Se tocaron inicialmente las puertas de las tres industrias del Ministerio: la CIAC, Indumil y Cotecmar, y las dos primeras decidieron contribuir para que Codaltec despegara. Pero faltaba el ente territorial que aportara los recursos de las regalías. En Antioquia, Atlántico y el Valle no encontraron eco, así que después de indagar qué departamentos no habían presentado proyectos de inversión ante los OCAD (Órganos Colegiados de Administración y Decisión), se percataron de que el Meta no había presentado, con tan buena suerte que el alcalde de ese entonces, Luis Guillermo Zuluaga, se entusiasmó con la idea de convertir al Meta en una despensa tecnológica para complementar su ya reconocida fama de despensa agrícola y ganadera, y convenció al gobernador del Meta, Alan Jara, para que también le apostara a ese nuevo polo de desarrollo. Hasta el día de hoy ha sido un gana-gana digno de mostrar.
Entonces, ya estaba todo listo. Visto bueno del presidente, el señor General del Aire (RA) Julio Alberto González nombrado como gerente, aval del OCAD para los dos proyectos iniciales, y los cinco socios fundadores: la CIAC, Indumil, el Ministerio de Defensa, la Gobernación del Meta y la Alcaldía de Villavicencio (esta última ciudad con un esfuerzo mayor, puesto que no recibe regalías como el departamento).
Algunos de los primeros proyectos asignados a Codaltec en modelación y simulación fueron: el desarrollo del simulador de los ScanEagle, los UAV o aviones no tripulados de la Fuerza Aérea; el simulador del vehículo blindado de transporte de tropa que el Ejército Nacional usa en las fronteras; el simulador de los Cessna Caravan, aviones que operan en pistas no preparadas; y el polígono virtual para la Policía Nacional.
En cuanto a la división de radares y sensores, en 2014 se inició un proceso de transferencia tecnológica y de conocimiento con un grupo de becarios que está cursando la maestría en radar, tecnologías, equipo y diseño de sistemas, en la Universidad Politécnica de Madrid (España).
Dicho grupo se conformó después de una exigente convocatoria, que empezó por apostarle al talento llanero, y terminó por seleccionar un grupo de 12 civiles y 8 militares de todo el país, todos ingenieros electrónicos, mecánicos, mecatrónicos y de telecomunicaciones, con altas capacidades técnicas y dominio del inglés.
Gracias a que la maestría incluye entrenamiento laboral en Indra y ART (Advanced Radar Technologies), dos compañías reconocidas internacionalmente, los integrantes del grupo llegarán en septiembre no solo dispuestos a enseñar, sino con los dos primeros prototipos de radares colombianos: uno aéreo y uno terrestre.
Codaltec cuenta con muchos logros en su haber: la alianza con ParqueSoft Villavicencio, una sombrilla que cobija a varias empresas pequeñas que proveen a Codaltec; haber desarrollado el software de integración, correlación y análisis para el primer Centro de Mando y Control de Seguridad Ciudadana de este nivel en el país; y la implementación de Salud.sis, proyecto de modelación de sistemas de información para la Dirección General de Sanidad Militar, para el cual compitió con 25 empresas, entre ellas importantes multinacionales.
¿Hacia dónde va esta empresa que parece sacada de la ficción? El gran reto para el 2020 es ser el proveedor de todos los simuladores del sector defensa y crear el sistema de defensa aérea para salvaguardar nuestras fronteras.
Está claro. Permanecer en el mundo subdesarrollado es una realidad inaceptable con la plataforma tecnológica disponible. No se trata de cerrarnos a la oferta extranjera, sino de que compita con precios razonables. Cuando las ofertas internacionales son superiores en un 40% o 50% a las de Codaltec se evidencia que algo en el modelo no estaba bien.
Colombia está llamada a dar un salto en competitividad. Tengamos la certeza de que dar el grito de independencia tecnológica, que pasa por creer en empresas como Codaltec, desde las mismas instituciones del sector defensa, fortalecerá el desarrollo industrial y regional del país.
Escrita por Germán A. Mejía A., Director General de bmLab Latam. Publicada en el diario Portafolio el 11 de abril de 2016. Sección Estudio de Caso.
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