El dorado pasó a ser el segundo aeropuerto más costoso de América Latina, después del de Lima. Las aerolíneas dicen que esto les quita competitividad. ¿Qué está pasando?
El aeropuerto Eldorado, una obra en la que se invirtieron más de 1.000 millones de dólares, no ha dejado de generar polémica desde el momento en que entró en operación.
Aunque hay un consenso sobre la imponencia del nuevo terminal y sus espacios, la verdad es que se está quedando nuevamente pequeño ante el crecimiento del trafico aéreo. También preocupan el problema de los puertos de embarque y algunos temas cotidianos de comodidad para los pasajeros que transitan por las instalaciones.
En los últimos días, se ha ventilado una preocupación mayor que tiene a las aerolíneas con los pelos de punta. Se trata de los altos cobros por algunos servicios, que han convertido a este terminal en el segundo más costoso de América Latina, después del de Lima.
La alerta no es un asunto de menor importancia, pues con mayores costos en la operación, los pasajes aéreos seguramente subirán, lo que es una mala noticia para los colombianos que cada vez están viajando más por avión, ante la falta de buenas carreteras.
¿Por qué se elevaron los costos en Eldorado? La principal razón es la reciente entrada en operación de un moderno sistema de hidrantes para el tanqueo de combustible, puesto en marcha por Opaín.
Aunque este sistema es más eficiente frente al que estaba operando, el cargo por combustible pasó de 5 centavos de dólar por galón a 9,15 centavos, un incremento del 83 por ciento. Para las aerolíneas esto es grave, pues el combustible es un componente muy alto dentro de la estructura de costos.
Gilberto Salcedo, director ejecutivo de la Asociación del Transporte Aéreo en Colombia (Atac), dice que el golpe es muy duro para las compañías, que tendrán que pagar por este concepto 21 millones de dólares adicionales al año.
Eldorado no puede perder competitividad porque es el único en la región en el que compiten tres grandes compañías: Avianca, LAN y Copa. Además operan más de cinco aerolíneas regionales y de bajo costo y 21 internacionales.
Para Atac la implementación del nuevo sistema no ha sido del todo transparente porque un proyecto que costaba 60 millones de dólares, terminó valiendo 75 millones. Sin embargo, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ya le dio el visto bueno. La entidad dijo que desde el mismo momento en que se firmó el contrato con Opaín, en 2006, se estableció la obligación de construir este sistema directamente o a través de un tercero.
En medio de las críticas por los costos, la ANI destaca la eficiencia de la red de hidrantes porque el tiempo de abastecimiento se reducirá a una tercera parte. Adicionalmente, mejorará la seguridad porque disminuirá el número de carrotanques circulando por el terminal. Ahora el combustible se lleva a través de un sistema de tuberías desde los depósitos del aeropuerto hasta las posiciones de parqueo de los aviones.
Andrés Ortega, gerente de Opaín, defiende el nuevo sistema y dice que no tendrá un impacto mayor en el precio de los pasajes. Estima que si hay un incremento solo será de 800 pesos en los tiquetes nacionales y de 5.000 en los internacionales.
Otra cosa piensan las aerolíneas que están preocupadas por la rentabilidad. Según sus cálculos, actualmente la utilidad por pasajero es 2.900 pesos, lo cual se reducirá con los mayores costos que se avecinan.
Ahora bien, el combustible no es el único dolor de cabeza de las empresas. El arriendo de los puestos de chequeo, oficinas y áreas de atención a los viajeros aumentó el año pasado en un 200 por ciento. Además, por la reforma tributaria de 2012, tanto las aerolíneas como los locales comerciales tienen que pagar el impuesto predial y valorización. A la lista hay que agregar tarifas por vigilancia, aterrizaje y servicios públicos en zonas comunes, entre otros.
El aumento en los costos de estos servicios se suma a la guerra de tarifas que hay en el mercado, que según las propias compañías ha llevado a una caída del 25 por ciento en el precio de los tiquetes en el último año. Aunque este es un hecho positivo para los usuarios, las aerolíneas están preocupadas por el negocio. Dicen que perder competitividad en la región es crítico para el país que está en pleno desarrollo de los tratados comerciales que ha firmado.
Fuente: http://www.semana.com/
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