Ayer, en medio del ruido por la decisión de Uber, el presidente Juan Manuel Santos tomó una decisión que pasó desapercibida. Es una decisión que apunta a modernizar el Estado, pero que tiene descorazonados a muchos altos funcionarios, con la notable excepción del ministro de Hacienda,Mauricio Cárdenas, que con esto se vuelve un presidenciable aún más poderoso de lo que ya es.
Santos anunció ayer que el gobierno había decidido sacar a los ministros de las juntas directivas de las empresas públicas como parte de la estrategia de Colombia para ingresar al club de países desarrollados Ocde.
Aunque hay varios detalles que todavía no se conocen del documento Conpes que contiene la decisión, sus efectos políticos en el corto plazo y técnicos en el mediano ya son evidentes para las cuatro fuentes consultadas por La Silla.
A poner orden en las empresas
El efecto técnico de la decisión viene del proceso de ingreso a la Ocde, que recomienda mejorar el gobierno corporativo de las empresas públicas para que cuando el Estado sea accionista de compañías, lo haga de tal manera que no esté en posición de ventaja frente a los privados.
Entre las recomendaciones de la Ocde sobre ese tema, como contó La Silla hace más de un año, estaba sacar a los ministros y otros altos funcionarios de las juntas directivas de las empresas públicas.
La recomendación se sustenta en varios argumentos.
Juan Manuel Santos, el Presidente, ha adelantado el proceso de ingreso a la Ocde de la mano de su consejera María Lorena Gutiérrez
Uno es que es difícil decirle que no a un ministro en una junta directiva (lo que en la Ocde llaman el efecto yes, minister); otro, que muchas veces los ministros son quienes regulan el sector de la empresa, lo que los lleva a ser juez y parte; y uno más es que los ministros suelen tener agendas políticas, que pueden llevarlos a tomar posiciones que beneficien más esos intereses que los de la empresa.
Pero la decisión de sacar a los ministros de las juntas no necesariamente resuelve todos esos problemas, pues permite que sigan en ellas otros funcionarios de alto nivel y que pueden tener las mismas características de los ministros: podrían quedar en las juntas los directores de departamentos administrativos (como Simón Gaviria, director de Planeación Nacional, quien tiene poder y origen político) o los viceministros.
Por ejemplo, al mirar los cambios entre quienes mandan en las 50 empresas más grandes del país, solo saldrán tres ministros: el de Hacienda de la de Colombia Telecomunicaciones, el de Salud de la Nueva EPS y el de Minas de ISA.
En cambio, en las juntas directivas de esas mismas grandes empresas estarían: los ministros de Hacienda, Minas y el director de Planeación Nacional en la junta de Ecopetrol (que sería una excepción a la regla, según cuatro personas que conocen el Conpes); dos viceministros (el de Minas y el general de Hacienda) en la de Isagen; el vice general de Hacienda en la de ISA; el vice técnico de Hacienda en Positiva Compañía de Seguros; y el director general de aseguramiento del Ministerio de Salud en la de de Caprecom (que igual se va a liquidar).
En empresas más pequeñas, ya ocurre que los ministros delegan a sus vices: por ejemplo, en Comercio la ministra Cecilia Álvarez - Correa solo asiste a la junta de Bancóldex, porque tiene delegada en sus vices la presencia en las del Fondo de Garantías y Artesanías de Colombia.
Y eso por no contar otros altos funcionarios de la Nación que están sentados en empresas más pequeñas o regionales como las electrificadoras públicas, algunas plazas de abasto o terminales de transporte, o funcionarios municipales y distritales en empresas tan grandes como EPM, ETB, EEB y EAB.
“La línea se traza en los ministros porque se entiende que ellos tienen un origen político, que los viceministros en general no tienen” explicó Cárdenas a La Silla.
Aunque esto que dice el Ministro es cierto en muchos casos, la decisión ya ha generado desazón entre los altos funcionarios.
“Estoy de luto (emoticones tristes)”, nos escribe un ministro al que consultamos sobre esta medida.
La razón es que a los funcionarios les pagan por asistir a las reuniones de las juntas, que son mensuales, y con esa plata muchos redondean sus ingresos, que suelen ser más bajos de lo que ganarían en el sector privado. Aunque el monto es variable, la junta de una electrificadora regional puede pagar un millón y medio por reunión. Otras dos juntas que investigamos pagan más o menos lo mismo.
Eso quiere decir que para un ministro (incluido Cárdenas), al que le entran después de impuestos entre nueve y diez millones de pesos, su participación en dos juntas -que es más o menos el promedio- le sube los ingresos en una cuarta parte.
Con esta medida, los vices terminarían ganando casi tanto o más que sus jefes. Pero posiblemente no por mucho tiempo: la recomendación de la Ocde es aún más amplia y busca que las juntas directivas se vuelvan más profesionales - por ejemplo, usando head hunters para elegir a los delegados de la Presidencia o de los ministros.
Según Cárdenas, hacia allá va la decisión.
La de hoy es apenas el primer paso de un camino mucho más largo que sí puede sacudir muchas más empresas y quitarle poder a decenas de funcionarios públicos. Pero mientras tanto, el Ministro quedará mucho más empoderado.
La holding del Estado recarga a Cárdenas
Mauricio Cárdenas, que poco a poco ha ido pavimentando su camino hacia la Presidencia del 2018, es el gran ganador con esta decisión Conpes, que lideró su ministerio.
Esto porque la otra gran decisión del documento Conpes es centralizar en una oficina la administración de todas las empresas del Estado para hacerla más profesional. Esta oficina estará en el Ministerio de Hacienda más o menos hasta las elecciones de 2018, cuando se convertirá -según palabras del Presidente- en “una agencia autónoma e independiente a cargo de todas las empresas donde los demás ministerios participen como accionistas, para que sean administradas con la mayor transparencia y efectividad.”
La Silla supo que el compromiso ante la Ocde es tener esa agencia creada en 2019, pero que Santos espera dejarla lista en 2018, al entregar su mandato y como uno de sus legados.
Eso quiere decir que la transición entre 2016 y 2017 estará en cabeza de un subalterno de Cárdenas.
Un nuevo poderoso
La Silla confirmó que el encargado de esa nueva dirección será Camilo Barco Muñoz, quien hoy es la cabeza de banca de inversión del banco BBVA.
Barco es un abogado rosarista especializado en derecho financiero, que hasta 2013 fue Vicepresidente Financiero de ISA y a inicios de su carrera pasó por Minhacienda.
Según Cárdenas, la idea es crear esa dirección muy pronto y que Barco ya esté en el Ministerio en unos 15 días, con funcionarios que vengan de otras direcciones del Ministerio. Mejor dicho, esto va a empezar ya.
Barco estará encargado, inicialmente, de consolidar el manejo de las 32 empresas en las que el Ministerio tiene acciones o bajo su supervisión, incluyendo algunas tan grandes como ISA o Gecelca. Seguramente Barco será el delegado de la Nación en las juntas más importantes, en lugar del Ministro.
Ese cambio se hará en las asambleas de las empresas del primer trimestre del próximo año, cuando la Nación no presentará como candidatos a las juntas a sus ministros sino a otros funcionarios, incluyendo a Barco. Y para las empresas en la que una ley dice que los ministros son miembros de las juntas, el Gobierno va a presentar un proyecto para reformarla.
De entrada, Barco entrará a supervisar el 90 por ciento de los activos que tiene la Nación en empresas. También va a tener bajo su batuta la presencia de la Nación en los sistemas masivo de transporte de las ciudades, incluyendo el futuro metro de Bogotá.
Barco también será quien reciba reportes de esas empresas, que ahora tendrán que hacer informes mucho más completos a su accionista principal, y seguramente será el delegado de la Nación en las juntas más importantes.
La idea es que las demás entren a luego a la Agencia que se creará a fines de 2017 o inicios de 2018. Esa nueva entidad tendrá por su supervisión 111 empresas, que van desde algunas pequeñas como el Club Militar, la Bolsa Mercantil o Artesanías de Colombia, pasa por otras muy regionales como las electrificadoras que no se han privatizado en muchos departamentos, y llega hasta algunas enormes en sus sectores (y que hoy no supervisa Hacienda) como el Banco Agrario, Findeter o Bancoldex.
Más adelante, también será la encargada de aterrizar la política, buscando por ejemplo, que haya procesos de selección más transparentes (con convocatorias públicas) para elegir los delegados de la Nación en las juntas, o que en ellas haya una mezcla de expertos de diferentes áreas que ayuden a las compañías, como ocurre en las de las grandes empresas.
Es decir, Barco (o quien lo reemplace en el futuro) va a ser un funcionario superpoderoso, que empezará a recoger en sus manos un poder que hoy está disgregado en todos los ministerios, tendrá información de todos los sectores y le irá quitando cuotas de poder a otros ministros.
Y todo eso lo hará como subalterno del Ministro de Hacienda, que aspira a suceder a Santos, como conservador y en coqueteos con La U.
En plata blanca, si se mantiene el cronograma actual, Cárdenas irá reuniendo bajo su supervisión un centenar de empresas más, con presencia en todo el país y una capacidad enorme de ejecutar presupuesto. Y eso, mientras el vicepresidente Germán Vargas Lleras, su rival más fijo para 2018, tieneuna chequera sobregirada.
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