Investigación busca avalar el óxido de grafeno como neutralizador de radiactivos naturales.
Antes de que el precio del petróleo se descolgara a niveles por debajo de los 30 dólares el barril (hoy está bordeando los 40 dólares), la principal oposición contra la exploración de proyectos de hidrocarburos no convencionales estaba centrada en el uso de la técnica de fracturamiento hidráulico de rocas, conocido como 'fracking', por los riesgos que se generan para el tratamiento de aguas de producción, que pueden salir impregnadas con sustancias radioactivas naturales en el subsuelo más profundo, como el uranio, el torio y el potasio.
Pero en el último año estos proyectos se han enfrentado, en la mayoría de lugares del mundo, a aplazamientos porque este tipo de iniciativas necesitan un precio del crudo más alto, que las haga viables y rentables.
En medio de este complejo panorama que hoy vive la industria petrolera, la Universidad Nacional y la firma Biopharma Chemicals avanzan, desde comienzo de año, en un proyecto de investigación que busca determinar el uso, efectividad y viabilidad de un compuesto llamado óxido de grafeno, como agente para limpiar las aguas que se utilizan en la búsqueda y producción del llamado petróleo y gas de esquisto.
El óxido de grafeno ya es utilizado ampliamente en la industria médica, como agente limpiador de radioactividad usada en equipos para exámenes médicos.
Según Pedro Mancebo, director general de Biopharma Chemicals, esta es la línea de investigación más importante que se trabaja con el centro docente, pues tiene que ver con el aspecto medioambiental y está orientada a utilizar el óxido de grafeno como agente neutralizante de las aguas que se vierten y se reinyectan procedentes del 'fracking' de las rocas generadoras de hidrocarburos.
El convenio, que comenzó en enero y tendrá una duración de 18 meses, requerirá una inversión de 1,8 millones de dólares, lo cual permitiría que petroleras de talla mundial como Shell, ExxonMobil y Conoco Phillips puedan avanzar en el desarrollo de las iniciativas que tienen en el país.
Alivio para ambas partes
El estudio busca arrojar conclusiones científicas que permitan generar un consenso para que el desarrollo de la exploración y de la producción de crudo y gas no convencional tome una mayor dinámica, dado el freno que tienen las petroleras a nivel mundial.
De acuerdo con el directivo, el óxido de grafeno tiene la posibilidad de neutralizar hasta en un 87,5 por ciento los radiactivos naturales, de forma que el agua que se vierte es óptima y no perjudica para nada al medioambiente.
“Hasta ahora se usa el carbón activo, que trabaja a un nivel entre el 20 y el 40 por ciento de eficacia”, señala
Mancebo explica que otro de los objetivos que se buscan es generar una solución que no sea costosa para las compañías de exploración y producción de hidrocarburos.
Lo anterior porque al tener una mina carbón coque en Samacá (Boyacá), la compañía considera que puede estar en capacidad de producir el compuesto a un costo inferior, entre los 15 y los 20 centavos de dólar para cada barril, cifra inferior al costo actual de 60 centavos de dólar por barril.
“Es que 66 centavos en un barril de petróleo a 26 a 30 dólares el barril es dinero, porque solo se está hablando de la limpieza del agua, pero hay una variedad de temas que están inherentes al levantamiento y transporte del barril”, explica la empresa Biopharma. “Es un efecto social, económico y medioambiental”, asegura Pedro Mancebo, director de la firma.
¿Cómo funciona?
Básicamente lo que hace el óxido de grafeno con las moléculas de los elementos radiactivos naturales es que cada una de sus moléculas las absorbe como un imán, atrapando el isótopo radiactivo.
Según explica la compañía, este material (el óxido de grafeno) se agregaría a las aguas contaminadas en forma de partículas, de tal manera que al atrapar el material radiactivo sufra una expansión y resulte un sólido fácil de retirar.
Luego estos residuos sólidos se retirarían y posiblemente se incinerarían, para luego almacenar las cenizas en centros especializados, dejando el agua disponible para tratamientos más sencillos de depuración de materia orgánica o de sustancias químicas más inocuas.
Agrega que el óxido de grafeno se puede fabricar en grandes cantidades, pero debido a su alta eficacia requiere niveles menores para tratar grandes volúmenes de agua contaminada. Se estima que por cada barril de crudo producido se necesitarían 15 gramos del compuesto.
De acuerdo con Mancebo, de una tonelada de coque se sacan 1.200 kilos de óxido de grafeno. “Traemos el coque de la mina, lo nitropulverizamos y lo sometemos a un proceso de oxidación con ácido clorhídrico, ácido sulfúrico y agua oxigenada, haciendo diversos procesos y en el secado. El grafeno se utiliza para el revestimiento de los equipos cardiovasculares y en los aviones”, añadió.
Estados Unidos no lo tiene
Según Biopharma Chemicals, en Estados Unidos, donde se ha dado un gran desarrollo de los hidrocarburos no convencionales en los últimos 10 años, el grafeno que se produce es más costoso para los proyectos.
En el mundo, los demás fabricantes de grafeno usan grafito, que importan de China, con un costo de 31.000 dólares por tonelada, pero a la firma en Colombia el coque solo cuesta 200.000 pesos la tonelada.
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