Un eventual acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc en la Habana (Cuba) no afectaría a la Industria Militar Colombiana (Indumil), que ha venido ganando mercado en otros escenarios con nuevas líneas de productos. Así lo aseguró el General Gustavo Matamoros, gerente general de Indumil, quien dijo que la mayor línea de negocios de la Industria Militar está en los explosivos para uso civil como la minería.
“Por ese lado ya tenemos una línea que está dedicada completamente al posconflicto, porque no tiene nada que ver con la producción de armas y municiones para las Fuerzas Militares”, afirmó.
Solo ese segmento, durante el 2013, ingresó a la caja de Indumil 311.273 millones de pesos, lo que representa el 80 por ciento del total de sus ingresos el año pasado ($ 473.630). El otro 20 por ciento provino, entre otras cosas, de la fabricación y ventas de armas.
Si bien el fin del conflicto significa una reducción del gasto militar, las Fuerzas Militares siempre tendrán un consumo mínimo, destinado a entrenamiento y a mantener a los hombres listos ante cualquier amenaza, que mantendrá a la industria activa en la producción de armas y municiones.
Esto significa que Indumil seguirá proveyendo a las fuerzas, fusiles, municiones, para para mantener sus capacidades. Y lo mismo pasa con el armamento aéreo de bombas y de granadas.
“Claro que vemos que se va a afectar la venta de armas y municiones, pero estamos en otros desarrollos y uno de ellos es la pistola Córdoba, que es un arma de defensa personal”, añadió Matamoros. El objetivo es que con la Córdova se abastezca el mercado local que antes se satisfacía con armas extranjeras.
En el exterior el grueso del negocio tiene que ver con la producción del fusil Galil Ace, del cual que se le envía principalmente piezas a Israel, el principal comprador. Los otros son Panamá, Perú, México, Paraguay y Chile.
La compañía también está entrando nuevos negocios con la producción de sistemas de generación de energía limpia. De los cuales ya tienen pedios de 100 aparatos para fincas ubicadas en los llanos, son sistemas que no sobrepasan el millón de pesos.
Se trata de paneles solares, generadores eólicos y de manivela que permiten cargar baterías de carros, electrificar cercados, conectarlos la red eléctrica de una vivienda para uso doméstico y en casos de desastres naturales estos sistemas también le ayudarían a las Fuerzas Militares llegar con herramientas para suplir algunas de las necesidades de los afectados.
Otro tema que involucra al posconflicto y al Ministerio de Defensa es el que tiene que ver con los mutilados en combate o las personas víctimas de las minas antipersona, para lo cual se está desarrollando prótesis de rodilla, pie y brazo.
“Este va a ser un tema total de posconflicto. Las prótesis se tiene que ir cambiando cada cinco años, así que eso va a ser una línea que le ayudaría mucho a los amputados que tiene el país”, señaló Matamoros.
Asimismo, Indumil trabaja en el desarrollo de un detector de minas de bajo contenido metálico, en el cual ha trabajado de la mano con la universidad de los Andes y que se espera sea una herramienta clave para la labor de desminado humanitario cuando se firme la paz.
“Hemos venido pensando en posconflicto y estamos haciendo algunas líneas para que la maquinaria y experiencia que tenemos no se queden guardadas, sino que tengamos la capacidad de producir y contribuyendo al desarrollo del país”, puntualizó Matamoros.
Cada vez en el mundo los ejércitos son más pequeños, pero tecnológicamente más avanzados. El ejército nacional tendrá que entrar ir entrando en esa fase, de tener solo una fuerza disuasiva, porque la seguridad se trasladará a la ciudadanía y ahí juega un papel más importante la Policía.
“Se tiene que tener un ejército que entrena diariamente, que dispara diariamente, que tiene que hacerle mantenimiento a sus armas y ahí la industria militar seguirá con su tema de apoyo a las Fuerzas Militares”, precisó el general.
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