Actualmente, pocas personas sienten un sincero interés por el ejercicio político, pocas personas estudian la ciencia política a fondo y pocas personas consideran que los cargos políticos están ocupados por los mejores ciudadanos. Se puede incluso aseverar, que para la mayoría de nosotros, los políticos no son más que personas sin escrúpulos, que manipulan las necesidades y las ilusiones de la gente cada 4 o 5 años. Pero, ¿cuál es el origen de esta percepción negativa de la política?
Probablemente sea el agudo desprestigio que sufre la política; después de todo, los escándalos de corrupción que se extienden como la peste a lo largo y ancho de Latinoamérica, nos invitan a pensar que nuestros políticos son incapaces de solucionar los problemas de salud, de educación, de seguridad, de desarrollo económico, de trabajo y de justicia, y que son dramáticos en todas las sociedades de Latinoamérica.
Y entonces, ¿cuál sería la solución?
Lo obvio sería decir que un cambio político profundo; uno que impida que la clase política tradicional siga destinando los recursos públicos para satisfacer objetivos egoístas.
Ahora bien, no sobra decir que los cambios políticos pueden ser buenos o malos. La historia de la humanidad demuestra que son más numerosos los casos en los cuales los cambios abruptos en materia política ahondan los problemas sociales y multiplican las prácticas corruptas que se pensaba combatiría.
Entonces, si lo que queremos es un cambio político que facilite el mejoramiento de los indicadores sociales, que garantice una prestación eficiente de unos servicios públicos de calidad, generando prosperidad para todos, ¿cuáles serían esos ejemplos positivos que debemos observar?
.... Texto completo: https://quebusca.com/3207415_33
No hay comentarios:
Publicar un comentario