La Fuerza Aérea Colombiana se prepara para poner en órbita su nanosatélite de observación FACSAT-1.
FACSAT-1, el primer satélite del Programa Espacial de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), será puesto en órbita antes del 30 de marzo de 2018. El proyecto fue presentado en el Primer Seminario de Capacidades Aeroespaciales “Segmento Satelital”, realizado a finales de septiembre en las instalaciones de la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suárez” (EMAVI) en Cali, Colombia.
“La apuesta de la Fuerza Aérea Colombiana en el tema satelital es desarrollar y emplear capacidades espaciales propias para garantizar la autonomía tecnológica y de esta manera reducir la dependencia de tecnologías extranjeras”, dijo a Diálogo el Teniente Coronel Giovanni Corredor Gutiérrez, jefe de Asuntos Espaciales de la FAC. “El efecto de esto es la reducción de la brecha socioeconómica frente a naciones desarrolladas y la optimización de los recursos disponibles”.
La EMAVI está cumpliendo con el reto de desarrollar el satélite. La escuela es la base no solo de todo el proceso de aprendizaje, sino de la sede para manejar el programa espacial, que prevé el montaje de un laboratorio de integración de tecnología satelital, de la estación terrena de control y del desarrollo de los lanzadores. El esfuerzo se traduce en un beneficio económico equivalente a US$ 582 millones anuales, un crecimiento del 0.2 por ciento en el PIB, según cálculos consignados por la FAC.
“La ciencia mi ruta, mi meta el espacio”
“El macroprograma espacial arrancó hace cinco años, con el proyecto FACSAT-1. Estos son procesos muy largos, con varias etapas de desarrollo”, dijo a Diálogo el Teniente Coronel de la FAC Fabián Andrés Salazar Ospina, jefe del Departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación de la EMAVI. “La propiedad de los satélites permite independencia operativa y privacidad en la seguridad del país, y garantiza el servicio durante crisis y desastres nacionales e internacionales”.
Un programa espacial se divide en tres segmentos: el de tierra, el de control y el espacial. “Hace cinco años [2012] la FAC inició las acciones para el desarrollo del segmento de tierra [lanzadores], pero se presentaron limitaciones. Entonces nos concentramos en el segmento espacial con el desarrollo de nanosatélites”, aseguró el Tte. Cnel. Salazar. “No estamos interesados en desarrollar satélites de gran tamaño, peso y costo. Nos enfocamos en los nanosatélites; pequeños, eficientes, funcionales y bastante más económicos”.
Los nanosatélites, conocidos también como CubSat o satélites cubos, son unidades de menor tamaño con una vida útil de cinco años. Pueden ser de observación, de comunicación o de ambos. Cada unidad mide apenas 10 centímetros cúbicos, y tiene un peso de aproximadamente 1,5 kilogramos, pero su electrónica es capaz de realizar misiones en órbita de comunicaciones, observación de tierra o experimentación científica.
Un activo colombiano
Durante el Primer Seminario de Capacidades Aeroespaciales “Segmento Satelital”, la FAC presentó el Programa Satelital conformado por tres etapas enfocadas al diseño, fabricación, lanzamiento y control de sus propios satélites. (Foto: Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez)
FACSAT-1 es un satélite pequeño de tres cubos, diseñado con la misión de detectar y capturar imágenes de observación de la Tierra. Posee una lente con resolución de 30 metros por pixel.
“Estamos muy interesados en el lanzamiento de este nanosatélite para poder hacer cobertura del territorio nacional diariamente. Las imágenes obtenidas se podrán utilizar, por su exactitud, en desarrollo urbano, restitución de tierras, sustitución de cultivos ilícitos, atención de desastres naturales e incendios”, comentó a Diálogo el General Carlos Eduardo Bueno, comandante de la FAC. “Con este satélite entramos en una nueva era en línea con la transformación de la FAC, en donde el desarrollo tecnológico y la evolución tiene gran importancia”.
Hasta el momento, Colombia ha sido un consumidor de servicios satelitales; cliente de países y empresas que los proveen y sometido a cumplir las condiciones del mercado. Con la producción de FACSAT-1, el país espera convertirse en proveedor internacional.
“FACSAT-1 abre una nueva era en el segmento satelital. No solo seremos autosuficientes; esperamos ser proveedores”, aseguró el Tte. Cnel. Salazar. “El satélite será un activo controlado por Colombia. Con él tendremos un suministro garantizado de datos de detección remota para una amplia gama de aplicaciones, entrenamiento y desarrollo de capacidades en ciencias y tecnología a través de la transferencia de conocimientos, oportunidades de investigación académica, ahorro financiero, y cooperación internacional”.
“Este primer satélite es la apuesta de la FAC para demostrar que la tecnología satelital, si bien requiere de altos conocimientos, no es ajena a la sociedad colombiana”, agregó el Tte. Cnel. Corredor. “El país cuenta con suficiente capital intelectual para desarrollar capacidades y apropiar conocimiento que permitan un mayor aprovechamiento de la tecnología”.
FACSAT-2, la segunda etapa
El uso extendido, creciente y necesario de los satélites para operaciones militares y civiles en la producción de cartografía de precisión; en el monitoreo de los usos del suelo y subsuelo; en el análisis de cambios climáticos y previsiones meteorológicas; en el control del transporte aéreo y terrestre; la navegación marítima y fluvial y en las comunicaciones hizo que la FAC enfocara esfuerzos en su desarrollo a largo plazo. El Programa Espacial avanza con un cronograma de trabajo que prevé el lanzamiento de FACSAT-2, el segundo nanosatélite de producción nacional, en 2019.
Será un satélite dos veces más grande que su antecesor. Tendrá capacidades de observación y comunicación con imágenes más precisas. La resolución de su cámara prevista con 5 metros por pixel permitirá usarlo también en aplicaciones más especiales como cartografía y topografía. La FAC trabaja en el lanzador del segundo prototipo con el fin de cerrar la cadena de proveedores y alcanzar mayor autosuficiencia. La tercera etapa, FACSAT-3, estará conformada por el desarrollo de una constelación satelital compuesta por 18 o 20 satélites coordinados con capacidades de imágenes y comunicación.
“Estamos muy comprometidos y entusiasmados con este programa. Sabemos que la capacidad satelital nacional dedicada, como parte de una inversión sostenible en ciencia y tecnología, tiene un enorme potencial para generar muchos beneficios socioeconómicos a Colombia”, dijo el Tte. Cnel. Salazar. “Abrirá nuevas oportunidades de cooperación con otras naciones con presencia en el espacio”, concluyó.