El país busca convertirse en una potencia en la producción de embarcaciones
Sin los apremios de la guerra, el país busca convertirse en una potencia en la construcción, reparación y mantenimiento de embarcaciones marítimas y fluviales.
El problema de reemplazar las cuatro fragatas con las que la Armada Nacional garantiza hoy la seguridad y la soberanía colombiana en los mares se está convirtiendo en la oportunidad de oro para potenciar la innovación en la industria de astilleros del país.
Y aunque se hará efectivo a partir de 2024, cuando salgan del servicio las fragatas adquiridas en Alemania y que para ese momento tendrán ya 40 años, el proceso arrancó ya. Los preparativos para este cambio comenzaron y han generado revuelo en toda la industria nacional, que decidió cerrar filas para acompañar la iniciativa que lidera el Gobierno, con la Armada y Cotecmar –la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial– a la cabeza, para generar cadenas de valor.
Las cifras que moverá esta iniciativa son muy atractivas: se estima que el costo de cada fragata asciende a unos US$500 millones, y que además de las cuatro que se reemplazarán, la Armada Nacional necesitará otras cuatro para contar con una marina mediana, de proyección regional. Esto implica que las ocho fragatas se construirán por unos US$4.000 millones de aquí a 2035, cuando terminará el proceso de adquisición.
Esta vez la meta es construir las embarcaciones en el país –en vez de comprarlas afuera–, en alianza con un socio internacional que tendrá que definirse de aquí a 2018 y que aportará tecnología y conocimiento. Ya cerca de una docena de compañías de Asia, Europa y Estados Unidos han expresado su interés.
Los empresarios locales también han empezado a prepararse, pues cada una de estas naves contiene “miles de piezas, agrupadas en más de 1.500 sistemas relacionados con industrias como la metalmecánica, eléctrica, electrónica, plástica y TICs, entre otras”, asegura Claudia Bedoya Zapata, gerente del Programa de Transformación Productiva (PTP) del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
La iniciativa está contenida en el Programa PES que, según el presidente de Cotecmar, el almirante Jorge Enrique Carreño Moreno, ya está inscrito en el banco de proyectos del Departamento Nacional de Planeación, y cuyo objetivo es potenciar un clúster integrado por las industrias metalmecánica y de astilleros. Este plantea que las fragatas comiencen a construirse entre 2019 y 2032.
Cotecmar lidera el programa por ser uno de los jugadores más importantes del sector de astilleros en América Latina –construye, repara y vende naves a países vecinos como Brasil y Panamá–; por la magnitud de su operación –representa 80% de los ingresos del sector en Colombia– y por el liderazgo en materia de innovación, que le ha permitido diseñar y construir naves con alta tecnología.
Esta Corporación genera cerca de 2.000 empleos directos y cada año reinvierte sus excedentes: este año ejecutará inversiones por $13.000 millones. En 2015 Cotecmar reportó ventas por $171.947 millones, y este año podrían alcanzar unos $250.000 millones, impulsadas por las exportaciones, que podrían llegar a US$10 millones.
Hay para todos
Aunque el PES es el proyecto que mayor inversión moverá en la industria colombiana de astilleros liderada por Cotecmar, no es la única que alienta al sector en los próximos años.De acuerdo con la gerente del PTP, el crecimiento en la demanda que se espera en navegabilidad fluvial en Colombia concentra también el interés de los empresarios de este sector.
Se estima que en los próximos años se requerirán unas 1.000 barcazas solo para navegar por el Río Magdalena, luego de que se ejecuten las inversiones que impulsa el Gobierno para mejorar el dragado –en cabeza del Ministerio de Transporte, para utilizar este medio– y se optimice el uso de este modo de transporte.
A esto se suma que la expansión del Canal de Panamá ha puesto a Colombia en el radar de los servicios de reparación y mantenimiento de grandes embarcaciones, por la cercanía, la experiencia de los astilleros, la atención de calidad y especialmente la ventaja competitiva que les da en este momento la devaluación.
Pero tres escollos impiden al sector de astilleros aprovechar cabalmente estas oportunidades de mercado. Por un lado, mientras las embarcaciones que se compran en el exterior entran al país sin pagar arancel, las piezas y partes que importa Cotecmar para fabricar las naves sí deben pagar este gravamen, lo que genera una protección efectiva negativa que favorece la importación.
A esto se suma que estas embarcaciones están en el régimen de bienes excluidos del IVA, lo que no permite a las empresas colombianas descontarlo en la cadena de impuestos.
Un tercer problema que preocupa es una medida del Estatuto Aduanero que obliga la nacionalización temporal de las naves que ingresen a territorio nacional para su reparación o mantenimiento en los astilleros. Esto genera trámites adicionales que resultan inconvenientes para atraer clientes internacionales, y resulta incomprensible pues las naves son tratadas como mercancías y no como medios de transporte.
El presidente de Cotecmar sostiene que estos temas se vienen trabajando conjuntamente con la Dian y los ministerios de Comercio y de Hacienda, y podrían quedar solucionados en los próximos meses. En el caso del IVA, ya el ministro de Hacienda expresó que en la nueva reforma tributaria se acabarán las exclusiones del IVA, y con el director de la Dian han trabajado para incorporar en la reglamentación del Estatuto Aduanero la eliminación de la norma que obliga la nacionalización de naves, mientras que con el Ministerio de Comercio se trabaja en la eliminación de aranceles para los bienes que se utilizan en la fabricación de naves y no tengan producción nacional.
Las oportunidades están servidas para el sector de astilleros, que espera superar los escollos para aprovechar las nuevas oportunidades con buen viento y buena mar.
Clúster millonario
El sector de metalmecánica y astilleros es uno de los seis que va a potenciar la nueva política de desarrollo industrial anunciada recientemente por la el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Esto implica que, por su importancia estratégica, tendrá un acompañamiento permanente y acceso a programas que buscan mejorar la competitividad del sector.
Claudia Estella Bedoya, gerente del PTP, asegura que “los astilleros constituyen un sector con un alto dinamismo, gran potencial, alto valor agregado y productos sofisticados con excelentes referencias como embarcaciones patrulleras, de offshore y buques de desembarco anfibio, entre otros”.
Según el Plan de Negocios del sector astillero diseñado por el PTP, la facturación del sector podría alcanzar en 2027 una cifra cercana a los US$1.500 millones y unas exportaciones por unos US$500 millones, así como la generación de unos 20.000 empleos.
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