martes, 25 de abril de 2017

6 claves para entender cómo Corea del Norte se convirtió en una "nación paria"

Ha sido durante décadas una de las sociedades más herméticas y secretas del mundo. Lo llaman el "Reino Ermitaño" y sus líderes han sido tachados de "irracionales".

Corea del Norte, dice la comunidad internacional, es la mayor amenaza del mundo actualmente. 

Y debido a sus ambiciones de convertirse en una potencia nuclear y a la opresión con que viven sus ciudadanos, el país ha sido catalogado como "Estado paria" y ha quedado aislado con fuertes sanciones de la comunidad internacional.
Lo cierto es que Corea del Norte y sus líderes, la dinastía de los Kim, nunca se han mostrado intimidados ante las amenazas del resto del mundo, incluido Estados Unidos con su poderío militar.

¿Cómo llegó esta nación de unos 24 millones de habitantes a convertirse en ese país "paria" y antagónico? Te lo explicamos en BBC Mundo.

1. ¿Cómo surgió la República Popular Democrática de Corea?


El país emergió como tal en 1948 en medio del caos que siguió al fin de la Segunda Guerra Mundial cuando tras la derrota de Japón, que desde 1905 controlaba la península coreana, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron que ésta debería ser ocupada por ambos.

"Estados Unidos trazó un mapa a lo largo del Paralelo 38 para decidir el destino de la península y se acordó dividirla en dos", le dice a BBC Mundo James Hoare, exdiplomático británico quien estableció la primera embajada de Reino Unido en Pyongyang.

"La parte norte sería ocupada por las fuerzas soviéticas y la parte sur por las estadounidenses", dice el experto en asuntos de Corea de Chatham House, el Real Instituto de Asuntos Exteriores en Londres..

Así, los soviéticos reconocieron a la República Popular Democrática de Corea con un gobierno comunista encabezado por Kim Il-sung, quien se convirtió en el primer "Gran Líder" norcoreano.

Pero en 1950, la creciente hostilidad y desconfianza entre la Unión Soviética y Estados Unidos condujo a una guerra entre norte y sur que arraigó aún más las divisiones coreanas.

"Durante la guerra, Estados Unidos tenía el control de prácticamente todo el espacio aéreo de Corea del Norte y llevó a cabo bombardeos masivos que destruyeron gran parte del país y causaron enorme pérdida de vida y devastación", le dice James Hoare a BBC Mundo.

"Este hecho, por supuesto, sigue recordándose hoy en día en Corea del Norte y se les enseña a los niños en el colegio como parte de la propaganda del gobierno", agrega.

2. ¿Cómo se originó la tensión entre las dos Coreas?


Las Coreas técnicamente aún están en guerra y permanecen en un estado de continua tensión.

La guerra de Corea fue considerada por muchos como la primera confrontación armada de la Guerra Fría y un ejemplo de una "guerra de apoderados", en este caso entre las dos superpotencias de la época: la Unión Soviética y Estados Unidos.

A pesar de que continuaron los esfuerzos por la reunificación de la península no se logró ningún acuerdo.

Así quedó establecido el destino de las dos Coreas en los 1950 en gran parte como resultado de la violenta geopolítica de la época.

Y ambos países, que técnicamente aún están en guerra, permanecen en un estado de continua tensión.

Estados Unidos trazó un mapa a lo largo del Paralelo 38 para decidir el destino de la península de Corea y se acordó dividirla en dos".

"Corea del Norte es una sociedad con una mentalidad de asedio permanente", le dijo al Huffington Post Charles Armstrong, director del Centro de Investigación de Corea de la Universidad de Columbia, Estados Unidos.

"El país ha vivido bajo una amenaza constante de guerra desde los 1950", agrega.

El primer líder norcoreano Kim Il-sung, abuelo del actual mandatario Kim Jong-un, dio forma a una dinastía que ha estado al frente de un sistema rígido de gobierno totalitario en el que los ciudadanos no tienen acceso al mundo exterior ni libertad para salir del país.


Corea del Norte recientemente realizó una prueba de una nueva turbina para un misil balístico intercontinental.

Y décadas de un sistema de economía centralizada han conducido a que Corea del Norte sea uno de los países más pobres del mundo y a acusaciones de graves violaciones de derechos humanos.

Pero lo que más ha alarmado a la comunidad internacional son sus ambiciones de convertirse en una potencia nuclear.

3. ¿Cómo logró Corea del Norte sobrevivir económicamente tras la guerra? 


"Prácticamente hasta los 1970, Corea del Norte recibió mucha ayuda económica de China, Unión Soviética y los países de Europa oriental", explica el experto de Chatham House, James Hoare.

"Tenía una base industrial altamente desarrollada originada durante el régimen japonés y entonces se consideraba que el Norte era más rico que el Sur".

Durante esa época, en sus esfuerzos por sobresalir ante su vecino del sur, Corea del Norte se dedicó a hacer esfuerzos para conquistar a la comunidad internacional.

Fue un activo miembro del Movimiento de los No Alineados y, debido a su competencia con el Sur, parte de su política exterior se basaba en expandir sus relaciones diplomáticas alrededor del mundo.

Hasta fines de los 1960, el crecimiento económico del Norte fue más alto que el de Corea del Sur. Y hasta fines de los 1970 el PIB per cápita norcoreano era igual que el de su vecino del sur.

Las cosas comenzaron a ir mal cuando, necesitado de fondos para modernizar su industria, pidió enormes préstamos de la comunidad internacional. 


En abril la agrupación de buques de guerra Carl Vinson de la Armada de EE.UU. fue desviada de Singapur hacia el occidente del Pacífico.

Después vino la crisis de los precios del petróleo en 1973 y la muerte de Mao Zedong, en China, quien había sido su aliado desde la guerra de las Coreas.

Para fines de los 1980 su economía comenzó a estancarse y casi colapsó completamente tras el derrumbe de la Unión Soviética en 1991.

4. ¿Cómo surgió su aislamiento?

"El aislamiento fue una combinación de factores", dice James Hoare.

"La Unión Soviética colapsó, y Rusia dijo: 'Se acabaron los precios para amigos'. China, por su parte, también se movilizaba hacia el capitalismo de Estado y ésta también le dijo a Corea del Norte: 'Lo sentimos, ya no te vamos a subsidiar'".

Una de las bases del gobierno de Kim Il-sung fue el desarrollo de su ideología de autodependencia, o "Juche", en coreano, que se basa en tres principios: independencia política, autodependencia económica y autonomía militar.

"Esta ideología provocó que Corea del Norte verdaderamente se convirtiera en un 'reino ermitaño' debido al enorme estigma que el Juche coloca en la cooperación con otras naciones", escribe Grace Lee en la Revista Stanford de Asuntos de Asia Oriental (SJEAA), de la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

El gobierno usó el Juche para justificar el continuo aislamiento del régimen y el culto a la personalidad de sus líderes.

Y se dedicó a impulsar su autonomía militar.

5. ¿Fueron sus ambiciones nucleares las que condujeron al repudio internacional?


Durante los 1990, Corea del Norte comenzó a dar muestras de estar desarrollando un programa nuclear, lo cual provocó alarma en el mundo.

Pyongyang entonces se retiró del Tratado de No Proliferación Nuclear y reveló que tenía armas nucleares.

En 2002, el entonces presidente de Estados Unidos, George W Bush, incluyó a Corea del Norte en su lista de países del "Eje del Mal".

A pesar de que ha habido intentos de convencer a Pyongyang de que desista de su programa nuclear a cambio de concesiones políticas y económicas, los esfuerzos no han sido exitosos.

Se le han impuesto fuertes sanciones internacionales que han impactado profundamente su capacidad financiera para funcionar en el exterior, incluidas medidas contra sus exportaciones de carbón, vitales para su economía.

"Hubo un punto en que Estados Unidos, durante los años de Bill Clinton, consideró aparentemente la posibilidad de atacar las instalaciones nucleares de Corea del Norte para presionarla, pero se decidió que los riesgos eran demasiado grandes", le dice a BBC Mundo James Hoare.

Ahora el gobierno de Donald Trump parece estar dispuesta a mostrar una renovada "mano dura" para disuadir a la nación asiática.

(Kim Jong-un) está enfrentando una superpotencia hostil que en años recientes ha invadido Estados soberanos alrededor del mundo y derrocado a sus gobiernos"

John Delury, Universidad Yonsei

6. ¿Podrá algún día la comunidad internacional lograr una solución para "el problema de Corea del Norte"?



Estados Unidos ha estado incrementando la presión sobre China para que ayude a reducir las tensiones en la región asiática.

Se ha dicho que es imposible negociar con el actual líder norcoreano Kim Jong-un porque se le considera "irracional", como lo calificó la nueva embajadora estadounidense ante la ONU, Nikky Haley.

Pero los expertos coinciden en que no es del todo irracional tratar de obtener armas nucleares para protegerse.

"Kim Jong-un no tiene aliados confiables que garanticen su seguridad", le dijo a la BBC el profesor John Delury de la Universidad Yonsei, en Seúl.

"Y está enfrentando una superpotencia hostil que en años recientes ha invadido Estados soberanos alrededor del mundo y derrocado a sus gobiernos", agrega.

"La lección que los norcoreanos aprendieron de la invasión de Irak es que si Sadam Hussein realmente hubiera tenido armas de destrucción masiva, habría sobrevivido".

El experto de Chatham House, James Hoare, está de acuerdo. No se puede decir que una dinastía que ha sobrevivido casi 70 años, es irracional.

"Hasta cierto punto, el aislamiento de Corea del Norte ha sido autoimpuesto pero también se ha visto influenciado por las actitudes de Occidente", le dice el experto a BBC Mundo.

"Para los Kim, y para la élite que lo rodea, la supervivencia ha sido su principal objetivo. Ellos vieron lo que pasó en Irak, con Sadam Hussein, lo que pasó en Libia, con Gadafi. Y han visto cómo la gente que formaba parte de esos sistemas perdió todo", señala Hoare.


Imágenes de uno de los misiles de Corea del Norte que aparecieron en la televisión surcoreana en marzo pasado.

Estados Unidos ha estado incrementando la presión sobre China para que ayude a reducir las tensiones en la región asiática. Pero ésta se ha mostrado renuente a aislar a su vecino.

"Francamente, es muy difícil ver una solución", dice Hoare.

"Quizás Estados Unidos debe aceptar que no va a obtener todo lo que desea con Corea del Norte o, la alternativa, es el conflicto", opina.

"Los coreanos no son suicidas y saben a lo que se enfrentan. Pero si se ven bajo amenaza y bajo ataque estoy seguro que tomarán represalias. Y contemplar esa alternativa verdaderamente es aterrador".

jueves, 20 de abril de 2017

Simulador de Tiro - CODALTEC


Un Israel en el Pacífico


Cada cierto tiempo, Corea del Norte ocupa las primeras planas de los medios de comunicación, en una mezcla de chirigota y noticia, que dejan la impresión de que el régimen norcoreano está formado por payasos con misiles atómicos. Una visión lejos de la realidad, aunque el hermetismo del régimen deje poco espacio para el análisis. Pero Corea del Norte es algo bastante más pesado y serio que la familia Kim, que gobierna desde 1945. Es un hinterland, un limes que separa el territorio controlado por EEUU -Corea del Sur y Japón- del territorio de las otras dos grandes potencias mundiales de hoy, China y Rusia (antes, la URSS).

Es ingenuo creer que el desarrollo militar y la subsistencia económica de Corea del Norte habría sido posible sin el visto bueno de Beijing y Moscú. China absorbe casi el 60% de las exportaciones del país y le proporciona el 90% del combustible que consume y el 57% de sus importaciones. Sin China, el régimen se derrumbaría en meses y el caos se apoderaría del país. China es el menos interesado en un caos pues millones de norcoreanos buscarían refugio en su territorio. Obviamente, en río revuelto EEUU intentaría lograr lo que no pudo en la Guerra de Corea (1950-1953): poner toda la península coreana bajo su control. Pero ni China ni Rusia aceptarían ese control. Todo lo contrario, la Guerra de Corea fue provocada por el intento de las fuerzas comunistas de reunificar el país y prolongada por el intento de EEUU de aprovechar la situación para apoderarse del norte. La derrota de las fuerzas norcoreanas provocó la entrada de China en la guerra y que la Unión Soviética enviara a sus más experimentados pilotos a combatir contra EEUU. La guerra terminó en tablas y con la frontera más militarizada del mundo.

¿Han cambiado los intereses desde 1953? No, ha ocurrido lo opuesto. EEUU está instalando en Corea del Sur el sistema de misiles THADD, hecho que ha sido denunciado por China y Rusia como una amenaza directa a su seguridad nacional. A principios de marzo, Beijing afirmó que «habrá consecuencias» si EEUU y Corea del Sur instalaban los THADD, a lo que China se opone. Para Rusia, los misiles THADD son «un desafío» que tendrá «respuesta». EEUU ha justificado la instalación de esos misiles como «medida de defensa» frente a Corea del Norte, pero todos sabemos que no hay amenaza real de ataque del norte sobre el sur y que Pyongyang usa su baile de misiles más con fines económicos y propagandísticos que con propósitos militares. También le sirve para recordar, urbi et orbi, que si Iraq y Libia hubieran poseído bombas atómicas, la OTAN no habría osado agredirlos. Tampoco Iraq y Libia tenían detrás un escudo tan poderoso como China.

EEUU asienta su proyección imperial en el Lejano Oriente sobre dos países, que son vitales e insustituibles: Japón y Corea del Sur. La isla de Taiwán cuenta poco pues, al ser considerada territorio inseparable de China, no cabe dentro de los diseños geoestratégicos de una región que es hoy el corazón económico del mundo. El valor militar del eje Japón-Corea del Sur se entiende mejor si se hace una lectura política de la costa pacífica de Asia. Desde Rusia hasta Vietnam, esta zona costera pertenece a países adversos a EEUU. Dos de ellos (Corea y Vietnam) fueron escenarios de guerras entre las potencias comunistas de entonces y EEUU, con resultados negativos para este país. En Corea tuvo que aceptar el empate y en Vietnam sufrió su más humillante y dolorosa derrota militar, debiendo abandonar toda Indochina. Cuando la guerra de Corea, EEUU estaba en el apogeo de su hegemonía mundial y representaba el 50% de la economía mundial. La guerra de Vietnam se correspondió con el dominio monetario del dólar y la supremacía económica de Occidente.

La crisis actual ocurre en un escenario distinto. China es hoy la primera potencia comercial del mundo y la mayor acreedora de EEUU, que es, a su vez, el país más endeudado del planeta. El suicidio de la Unión Soviética dejó un vacío de poder enorme, pero ese vacío resultó más transitorio de lo esperado por los estrategas de Washington. Rusia no puede rivalizar económicamente con EEUU, pero sí puede hacerlo militarmente, al punto que se ha convertido en el principal proveedor de armas y tecnología de China. La suma de Rusia y China multiplica el poder que tuvo la URSS y ambos países saben que se necesitan el uno al otro, en una relación simbiótica reflejada en la creciente cifra de sus intercambios de todo tipo, incluyendo las periódicas reuniones de dirigentes, a todos los niveles (Putin visitará China en mayo y Xi Jinping Rusia en julio). Rusia tiene casi toda la energía que China necesita y China el dinero que Rusia requiere. China enfrenta a EEUU del mar del Japón al mar de la China Meridional, Rusia a la OTAN, del mar Báltico al mar Negro. La seguridad del uno es la seguridad del otro y la derrota del uno podría significar la ruina del otro. En septiembre de 2016, Xi declaró que China y Rusia debían cooperar «para proteger sus soberanías».

Corea del Sur es el único aliado continental (el único país de tierra firme en la vertiente pacífica del continente) de EEUU. Todo su cordón de aliados y bases militares son archipiélagos e islas, alejadas del territorio terrestre, excepto Japón. Alcanzar China desde EEUU lleva 16 horas y desde Guam cinco. Alcanzar China desde Corea del Sur son minutos y desde Okinawa, su mayor base isleña, dos horas. Para EEUU, el valor militar de Corea del Sur y Japón es invaluable y perderlos sería fatal en su confrontación con China y Rusia.

Para Rusia y China ocurre lo inverso. La proximidad de las bases estadounidenses es una amenaza a su seguridad, agravada por los THADD. Hay 30.000 soldados de EEUU en Corea del Sur y 35.000 en Japón. Para contrarrestar la proximidad estratégica de EEUU, China viene construyendo bases militares en islas artificiales del disputado archipiélago de las Spratly, en el mar de la China Meridional, desde donde podría alcanzar más fácilmente las bases de EEUU en Filipinas y Guam. Se calcula que unos 1.500 misiles chinos apuntan a las bases en Corea del Sur y Japón. Rusia, por su parte, inició en 2016 la construcción de una base naval en las islas Kuriles, al tiempo que su Ministerio de Defensa anunciaba «medidas sin precedentes» para desarrollar infraestructuras militares en la isla Sajalín y en las Kuriles. En 2016, Rusia y China realizaron maniobras navales en el mar del Sur de la China, en un mensaje claro a EEUU y sus aliados. Debe recordarse, además, que Rusia y Japón no han firmado la paz desde 1945, por la demanda japonesa sobre cuatro islas de las Kuriles. No hablamos de una región en paz. El triángulo Corea-Kuriles-Japón es uno de los puntos más volátiles del planeta y, con Polonia y el Báltico, uno de los sitios donde podrían reventar las contradicciones entre EEUU, China y Rusia.

Con este panorama se puede tener una idea de la importancia de Corea del Norte. No sólo como limes o hinterland de China y, en menor medida, de Rusia. Corea del Norte es un símil -mutatis mutandis- del papel que desempeña Israel en Oriente Próximo. Como Israel, es un Estado militar-religioso (uno de la Torá, otro de la idea suche); es un pueblo armado (1,2 millones de soldados, con posibilidad de movilizar a 7 millones de habitantes); como en Israel, el poder militar lo es todo para su existencia. La diferencia la marca el nivel tecnológico. EEUU y Europa dotan a Israel de la tecnología militar más puntera; el ejército norcoreano es obsoleto, aunque mitiga su retraso con superabundancia de material militar y la mayor red de construcciones subterráneas y túneles del mundo, para resistir un bombardeo masivo. Hay otra diferencia determinante. Israel carece de retaguardia estratégica y está rodeado de enemigos. Su existencia depende del auxilio masivo que pueda recibir de EEUU y la OTAN. Corea del Norte tiene a China y tendría a Rusia. Corea del Norte no es Iraq ni Libia. Sería como Vietnam, pero con armas atómicas.

Mantener al régimen norcoreano tiene un valor estratégico esencial, pues su ejército proporciona a China y Rusia una seguridad invaluable. Casi todas las bases de EEUU en Corea del Sur están al alcance de su artillería y las tropas norcoreanas están a 55 kilómetros de Seúl y sus 25 millones de habitantes. Esta realidad hace que Corea del Sur sea la mayor aliada de facto de China, al momento de sopesar delirios militaristas. Hay consenso en que, aunque Corea del Norte posea armamento obsoleto y su fuerza nuclear no sea sofisticada, podría barrer a Corea del Sur. Y aunque también hay consenso en que EEUU podría, a su vez, barrer a Corea del Norte, como hizo en 1950, otro consenso indica que nada garantiza que, en ese escenario, no vuelvan China y Rusia a intervenir, en cuyo caso EEUU podría sufrir una derrota peor que la de Vietnam. También considerar que Trump debió dar a Xi, en su reciente encuentro, garantías sobre Pyongyang. No, no habrá guerra en la península coreana. No por ahora. Rusia y China necesitan entre cinco y ocho años para modernizar sus fuerzas armadas y situarlas a la altura de las de EEUU. También necesitan tiempo para acumular oro, lo único que valdrá si estalla la fiesta. Cuando alcancen el nivel deseado en armas y oro, la dinámica mundial será otra. Tiempo hay, mientras, para reflexionar.

Augusto Zamora R. es autor de Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos.

lunes, 10 de abril de 2017

Políticos y medios de comunicación ¿Quién usa a quién?


Todos sabemos que el deber sagrado de los medios de comunicación es manejar la información con neutralidad e imparcialidad, poniendo a disposición del público las noticias de la manera más independiente, equilibrada y democrática posible.

En las facultades de comunicación social se machaca constantemente las mentes de los estudiantes con el ideal de practicar un periodismo analítico, ponderado y profundo; mientras que aquel tipo de periodismo meramente descriptivo es vilipendiado por ser supuestamente “desechable”.

De hecho, algunos periodistas han sido elevados al estatus de “héroes”, de “leyendas” o de “cuasi-santos”, por su lucha abnegada y valerosa por lograr la independencia editorial en medio de las presiones y amenazas, por querer dejar de ser el vehículo de los sectarismos políticos. Incluso en varias universidades latinoamericanas es obligatoria la lectura de las biografías escritas en tono panegírico de personajes como Guillermo Cano en Colombia o Julio Scherzer en México.

Pero, ¿qué tan intachables son de verdad los medios de comunicación?


No debemos olvidar que los medios de comunicación, sean grandes o pequeños, regionales o nacionales, radiales o televisivos, impresos o electrónicos, son empresas; y toda empresa persigue un rendimiento económico, de modo que si la información, por muy analítica y objetiva, no es atractiva cuando la presentan, pues no venderán bien; si no venden bien, sus espacios publicitarios no serán solicitados y no podrán subsistir. Quizá sea por esta razón que son cada vez más amplios los espacios destinados a la farándula y los deportes.

Además, alguna vez se han preguntado ¿Quiénes son los propietarios de los medios de comunicación más importantes de tu país? ¿Esos propietarios qué otros medios tienen? ¿Y en que otros sectores de la economía son activos?

Bueno, déjame decirte que los medios de comunicación que no pertenecen al Estado o a grandes grupos económicos son realmente la excepción, éstos suelen ser electrónicos y de impacto moderado en la opinión pública; por lo general, los grandes medios de comunicación en todo el mundo son el elemento comunicacional de los grandes emporios económicos, o, en el mejor de los casos, son públicos.

Así las cosas, no veremos a Televisa haciendo eco de un escándalo que se dé en el gigante de las comunicaciones “Claro”, o al periódico “El Tiempo” publicando las infracciones de tránsito de la caravana del cuerpo de seguridad de Luis Carlos Sarmiento Angulo cuando se desplaza por Bogotá.

Los medios de comunicación y la política