lunes, 25 de enero de 2016

Hay visto bueno para tres nuevos puertos en el país

En Córdoba, Antioquia y Buenaventura se construirán terminales marítimos modernos.


La infraestructura portuaria marítima del país se ampliará con tres nuevos terminales que la Agencia nacional de Infraestructura (ANI) espera concesionar este año.

En los trámites finales para las contrataciones se hallan los futuros puertos Graneles del Golfo, que se construirá en el golfo de Morrosquillo, frente a San Antero (Córdoba); Puerto Bahía, más conocido como Puerto Antioquia, que se levantará en el golfo de Urabá, en Turbo; y Puerto Solo, en la bahía de Buenaventura, anunció el presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade.

Estos puertos se sumarán a los 56 concesionados por la Agencia. Estos, entre enero y septiembre del 2015, movieron 149.673 millones de toneladas de carga, un 7,9 por ciento más frente a igual periodo del 2014, cuando se contabilizaron 138.735 millones, según la Superintendencia de Puertos y Transporte.

Las sociedades portuarias proponentes de los tres puertos nuevos invertirán más de 1,5 billones de pesos en la construcción de instalaciones modernas, altas tecnologías y equipos (como grúas pórtico) de alta capacidad con los cuales se proponen mover 10,5 millones de toneladas de carga.

La infraestructura portuaria viene modernizándose a pasos agigantados, para ser competitiva frente a los demás puertos latinoamericanos.

De hecho, entre el 2010 y el 2015, las inversiones en infraestructura portuaria marcaron un hito histórico: 2.200 millones de dólares (más de 7,2 billones de pesos), de acuerdo con los reportes de la ANI.

Los tres terminales marítimos que iniciarían obras en este 2016 se han anunciado desde hace más de cinco años. Pero aun cuando tienen el visto bueno de la ANI, se han presentado demoras en la firma de estas concesiones, por no tener la licencia ambiental actualizada.

Excepto Graneles del Golfo, que ya cuenta con la citada licencia y la ANI le otorgó la concesión el pasado diciembre, los otros dos proyectos (Puerto Bahía o Antioquia y Puerto Solo) carecen de la nueva autorización ambiental exigida para que ANI les otorgue la concesión definitiva.

Es de aclarar que estos dos últimos proyectos de puertos tenían una licencia ambiental tramitada, pero necesitan obtener una nueva o modificada.

Lo anterior a raíz de que el grupo empresarial que adquirió la sociedad portuaria que impulsa los dos citados proyectos de terminales marítimos hizo modificaciones a los diseños de los puertos y amplió las áreas de operación. Son cambios que exigen la tramitación de una nueva licencia, indicaron fuentes oficiales.

El grupo empresarial Puertos Inversiones y Obras (Pio SAS), que ha entrado a administrar el desarrollo de la Sociedad Portuaria Puerto Bahía Colombia de Urabá y es dueña de los dos proyectos, ya presentó las correspondientes solicitudes de modificación de las licencias. Se espera que antes de finalizar el primer semestre estas puedan ser expedidas, indicaron las autoridades consultadas.

Los nuevos proyectos

El puerto que arrancará primero a hacer las obras será Graneles del Golfo, perteneciente a la Sociedad Portuaria Graneles del Golfo S.A., que se notificará esta semana de la concesión otorgada a 20 años por la ANI.

Las inversiones previstas en la construcción y dotación de este terminal ascienden a 22,6 millones de dólares (alrededor de 72.000 millones de pesos), solo en las áreas de servicio público. Las obras durarán dos años.

Ocupará un área de 6.050 metros cuadrados en el mar (infraestructura sobre el espejo de agua) y 1.342 metros cuadrados en tierra.

Será un puerto multipropósito, que movilizará inicialmente 960.000 toneladas de carga y progresivamente aumentará hasta llegar máximo a 1’480.000 toneladas anuales de graneles sólidos como granos, cereales, cobre concentrado, minerales distintos al carbón, acero y clínker, un insumo para fabricar cemento).

Este terminal entra a diversificar la operación marítima en el golfo de Morrosquillo, donde funcionan cuatro puertos que concentran sus operaciones con el movimiento de hidrocarburos como el petróleo.

Esta sociedad portuaria como contraprestación por la concesión le girará a la Nación 10.500 millones de pesos.

El terminal en Urabá

El grupo empresarial Píos propuso a la ANI mover por puerto Antioquia 4,9 millones de toneladas de carga anual. Ahora indica que serían 7,5 millones de toneladas al año.

Este será un terminal monopropósito que busca movilizar contenedores, graneles, carga general y vehículos. Pero también hay interés de mover por este terminal banano, que es lo que más produce (90 por ciento) y exporta esta región.

La infraestructura se planea construir en tres años, en dos fases, con inversiones que (para la primera etapa) ascenderán a 400 millones de dólares (cerca de 1,2 billones de pesos) en terrenos públicos y privados.

Este nuevo puerto será de grandes dimensiones, por cuanto se proyectan obras como la construcción de un viaducto de 4,2 kilómetros que conectará el muelle en el mar con el puerto en tierra.

El viaducto de doble vía para que camiones lleven los contenedores hasta el muelle en el mar tendrá profundidades de 14 metros, para que puedan atracar barcos de gran calado que transitan por el canal de Panamá. Incluso, se prevé que por este puerto podrán pasar los megabuques que arribarán a las nuevas esclusas del canal panameño.

Para la construcción de este puerto, cinco consorcios ya han presentado ofertas.

Puerto Antioquia tiene la importancia que le dará a esta región mayor movilidad a la carga portuaria y será una nueva alternativa para darle salida al transporte de productos que provienen del sur y del centro del país, de acuerdo con promotores de este proyecto.

El complejo del sur

El terminal propuesto en la bahía de Buenaventura (Puerto Solo) lo administrará también el grupo empresarial Pio y se construirá en terrenos vecinos al puerto de la Sociedad Portuaria Terminal de Contenedores de Buenaventura Tcbuen S.A. (TCbuen).

Puerto Solo está planteado como un complejo portuario.

Por un lado, será un terminal multipropósito, que moverá contenedores y carga general (1’600.000 toneladas de carga).

Por otro, en los terrenos construirán otros cuatro terminales, así: uno para hidrocarburos líquidos, como petróleo, gasolina, etanol y búnker, este último para abastecer a los 1.600 buques que llegan al año a Buenaventura; otro, para el gas licuado del petróleo (GLP), que sirva para exportar excedentes; un tercer terminal será para gas natural licuado (GNL), que se utilizará luego en una planta térmica para generar energía, dado los desabastecimientos de este servicio que hay en el sur del país. Y habrá un cuarto terminal para la generación de energía (con la planta térmica a gas), según informa la empresa en su página web.

La estructura estaba planteada para ocupar 150 hectáreas. Sin embargo, por las modificaciones hechas al diseño del proyecto, la extensión definitiva se sabrá según lo que autorice la nueva licencia ambiental que se tramita.

Las inversiones en este puerto ascienden a 83 millones de dólares (alrededor de 250.000 millones de pesos), solamente en áreas públicas, sin contar costos como el de la nueva térmica a gas.

El desarrollo de la infraestructura portuaria no para aquí, con las tres terminales que arrancarían obras este año. En la ANI se encuentran en fila otras 15 solicitudes de concesión –que no saldrían este año– para hacer terminales en diferentes puntos del país y cuyas inversiones superan los 3 billones de pesos.

EL TIEMPO

viernes, 15 de enero de 2016

Luis Girón, el dibujante que llegó a gerente de un ingenio azucarero

Venció la discriminación riéndose de ella y hoy está al frente del Ingenio de Occidente.

Cuando alguien le pregunta a la señora Clara Inés Álvarez por el carácter del tercero de sus cuatro hijos, no puede evitar recordar que cuando tenía 12 años le dijo que quería ir a recoger algodón con los vecinos que vivían al frente de su casa. Ocurrió hace 33 años en un pueblo llamado El Cerrito, en el sur del Valle.

“¿Usted por qué no me deja ***** algodón?”, le suplicaba el niño. Pasaba así todos los días cuando veía a sus amigos salir a trabajar en los cultivos de la zona rural del municipio. El papá y la abuela del menor le decían a Clara Inés, alarmados, que no lo dejara. Que iba a enfermarse. Que tenía apenas ¡12 añitos! Pero nada los detuvo. Ni a la mamá ni al niño. “No le voy a cortar las alas”, les respondía ella.

El niño se levantó cada día a las 5 a. m., para salir con sus vecinos y una comadre de su mamá a los campos algodoneros durante todo el día. Lo hacía como si se tratara de un juego. “Regresaba a las 6 de la tarde, negrito, negrito, de tanto sol. Lo poco que ganaba era para él y sus mecatos”, dice Clara, riéndose, en un sillón blanco acomodado en la sala de su vivienda en el municipio de Palmira, adonde unos años después se mudó la familia.

Clara Inés sentía, en el fondo, que aquella era una pataleta que se le pasaría con los días. Aquel capricho de su retoño, de ir a “trabajar” con tal de estar con sus vecinos, podía ser la señal que le revelaba su carácter fuerte. La mamá defendía la idea de que a sus hijos debía dejarlos andar.

Luis Alfredo Girón, hoy de 45 años, se convirtió en el gerente del Ingenio del Occidente, uno de las empresas del industrial Maurice Armitage, el alcalde de Cali. Y ha sido destacado por la organización Chao Racismo como “el primer gerente negro de un ingenio azucarero” en la región.

Luis, sin embargo, no cree que su color de piel haya sido un obstáculo o una razón que le dé un mérito mayor a su carrera. Y prefiere que su historia se cuente en función de su esfuerzo y las enseñanzas que le dieron sus papás para abrirse camino por el mundo y de cómo ha enfrentado la discriminación, en algunos momentos, riéndose de ella.
El camino entre el aeropuerto de Palmira y el municipio de Villarrica, en el Cauca, está cubierto por cultivos de caña. A un lado y otro de la carretera que lleva al Ingenio del Occidente hay puntos donde los sembrados verdes y tupidos y siempre abundantes parecieran extenderse hasta estrellarse con el horizonte.

El ingenio, de color verde, se levanta como un gigante en los campos de Villarrica. Luis Alfredo Girón camina por las oficinas administrativas saludando a cada uno de sus empleados. El ingenio les da trabajo a unas 500 personas. Luis mide casi dos metros. Es un hombre corpulento, de apariencia fuerte. Da la entrevista en su oficina y mientras reseña datos de la producción se le pierde la mirada en el área donde están las máquinas, que se ven desde su ventana. “Los ingenios se miden por la cantidad de caña que vos podes moler en un día”, dice, y regresa a los recuerdos de su infancia.

En el barrio La Estrella, de El Cerrito, cuando era niño, la mayoría de la gente trabajaba cortando caña. Todos tenían que ver con el negocio del azúcar: sus primos y los jóvenes mayores de su barrio, y casi todos los hombres, de familias afrodescendientes de la región en su mayoría, encontraban el sustento de sus casas laborando como corteros en los extensos campos que había en ese municipio y en pueblos cercanos.

El azúcar también había tocado desde siempre las entrañas de su familia. Su papá dedicó su vida a trabajar en tres ingenios. Era un hombre de ascendencia tan humilde, dice Luis, que uno de sus hermanos era reconocido en El Cerrito porque andaba siempre descalzo por el pueblo.

Cuando eran niños, el señor Leonardo trabajaba tanto que solía salir de casa a las 5 a. m., mientras Luis y sus hermanos aún dormían, y algunas veces, en el momento de su llegada, tarde por las noches, los encontraba a todos en cama de nuevo.

Su papá nunca fue cortero. Empezó como barrendero en un ingenio de la región y terminó ascendiendo hasta ser el encargado de la operación de las calderas en el Manuelita, un puesto que le permitió sacar a su familia de El Cerrito y llevarla a Palmira y educar a sus hijos. Luis terminó obteniendo su título de bachiller, con conocimientos de dibujante técnico, en un colegio del municipio. Y ese título, por pequeño que pareciera, fue la llave que empezó a abrirle puertas en el camino.

El legado del viejo Leonardo

El ingenio lleva dos años en marcha. Cada día se muelen allí entre 800 y 1.000 toneladas de caña de azúcar, y la meta de Girón es llegar a unas 2.500 diarias dentro de cinco años.

Luis toma un sorbo de agua. Tiene un iPhone 6 sobre el escritorio que siente vibrar. Mira la pantalla de reojo, pero no lo levanta. Cuenta que su papá murió hace seis años y medio y el recuerdo de su voz y sus consejos continúan marcando sus pasos: “Me decía que en el trabajo fuera siempre diciendo la verdad y que andara siempre hacia adelante”.

El viejo Leonardo, al que poco veía de niño, le dejó el mejor ejemplo que pudo en vida: mostrarle que todo era posible. “Mi papá empezó como ayudante de fábrica, barriendo, y terminó en un puesto que para la formación que tenía él, que estudió hasta tercero de bachillerato, era de un estatus muy alto”.

Del trabajo incansable de su papá aprendió que para abrirse paso más le valía esforzarse todo lo que pudiera con las herramientas que tuviera a la mano. En su caso, solo hace cuatro años obtuvo el título de Ingeniero Industrial y una especialización en gerencia de proyectos, pero la mayor parte de su carrera la desarrolló con el título de dibujante técnico que obtuvo en la escuela y algunos estudios de tecnología industrial. Con esos pergaminos modestos se unió al grupo empresarial de Armitage, en 1992, al cargo de dibujante en la Siderúrgica de Occidente, en Cali.

Por ese entonces, en la empresa se realizaban reuniones vitales para un gran proyecto de expansión. Armitage y los líderes de la compañía de la época pretendían traer una máquina desde México, para incrementar la producción, pero un puñado de ingenieros no lograba interpretar del todo los planos de la máquina que necesitaban desarmar para importarla luego a Colombia.

Él, como dibujante, tenía claro de qué se trataba el asunto. Pero prefería guardar silencio. “Entonces, don Maurice me dio la palabra: “mirá los planos”, me dijo. Yo le expliqué lo que necesitaba y contestó: mañana te vas para Bogotá porque vas a sacar la visa para México”.

Aquella fue la primera vez que se subió a un avión. Viajó junto a Armitage y dos compañeros de la empresa. En México contrataron más personal, estuvieron mes y medio y Luis fue quien lideró el equipo. “Era una máquina que cogía el acero líquido y por otro lado salían unos cubos de acero ya listos. Máquina de colada continua, se llama”, explica Girón.

Cuando regresó, Armitage le regaló un carro Mazda 323 Nx. Con el paso de los años lo nombró jefe de mantenimiento mecánico y luego, jefe de proyectos. Hace cuatro años le confió la misión de levantar el Ingenio del Occidente.

Tenía lo que se necesita

Cae la tarde de un miércoles de noviembre en el norte de Cali. Armitage está en la sala de juntas de la Siderúrgica. De su oficina acaban de salir los miembros del Sindicato de las Empresas Municipales de Cali. Se sienta en la cabecera de la mesa. Dice que en Girón ha visto una cualidad que, a su parecer, no tiene mucha gente.“Es seguro de sí mismo. A él tú le dices que vamos a poner una fábrica de cohetes y te dice que sí. Que se puede”.

Eso fue lo que vio el día en que decidió llevarlo a México, siendo apenas el joven dibujante de 22 años que acaba de entrar unos meses atrás a la empresa.

“Recuerdo que lo vi muy seguro de sí mismo –agrega Armitage–, y dije: este es el tipo. No necesitaba tanto conocimiento, porque en esa época no lo tenía tanto, sino la decisión de hacer las cosas. Era más importante eso que el conocimiento en sí, que luego lo fue adquiriendo con los años”.

Por el ascenso de Girón y de otros afros a importantes puestos en la organización empresarial de Armitage, en los pasillos de la Siderúrgica, entre los empleados de los niveles técnicos, ha hecho carrera el comentario de que “ahora hay que ser negro para poder ascender en la empresa”.

El chiste ha llegado a oídos del jefe, quien suele reírse cuando escucha lo que se dice y comenta que de Girón “como ha podido ser negro ha podido ser blanco o chino. Siempre me tuvo sin cuidado esa vaina”. Lo que le importaba eran sus talentos, y nada más. Como debe ser.

Luis Alfredo asegura que tampoco ha creído nunca que su color de piel sería un impedimento a su marcha por la vida. “Si vos me preguntás a mí, yo sí he sentido actos discriminatorios, pero nunca me han importado. ¿Me entendés? Porque no se le debe dar importancia a una persona que está pensando que vos por un color vas a ser menos que esa persona”, dice Girón, quien ha intentado responder con humor y sin darles importancia a los amagues de discriminación que algunas veces han tenido hacia él.

Hace diez años, por ejemplo, cuando ya tenía una carrera montada y en marcha en la Siderúrgica de Occidente, salió con la ropa sucia del duro trabajo del día y se fue a almorzar a casa. La unidad de viviendas donde vivía aún estaba en obras, y uno de sus vecinos lo llamó.

“Me dice, ‘ve, ayudame con las bolsas del mercado’. Yo me le quedé mirando. Él no sabía quién era yo, ni yo sabía quién era él. Supongo que pensó que yo era un trabajador de allá. Entonces, yo le subí el mercado al señor. Él me dio mil pesos y yo le dije: ‘no, tranquilo, yo no los necesito. Yo vivo aquí en la casa de al lado’. El señor se puso de mil colores y le dije que tranquilo, que no tenía ningún problema en ayudarle”, recuerda Luis.

Otra vez llegó con una nueva camioneta Toyota, a lavarla por primera vez en Cali, y el encargado del lavadero le dijo “hey, pana, que cómo le gusta a tu patrón que le laven el carro, ¿te doy factura?”, y él, como si nada, le respondió, en broma, “sí, dame factura. Y a mí me gusta que me lo lavés así y así porque el carro es mío”.

Se ríe cuando recuerda los dos episodios, y también del día en que los trabajadores de un supermercado de un barrio exclusivo de Cali que no le llevaban las bolsas del mercado al carro, como al resto de los clientes, comenzaron a llamarlo ‘doctor’ en vez de ‘pana’, como solían hacerlo, y a llevarle las bolsas, cuando se dieron cuenta del cargo que ocupaba.

Él les pidió que lo volvieran a llamar pana. Porque sabía que así como ninguna persona era más que otra por su color de piel, tampoco lo era por el puesto.

Lo hizo porque él, en el fondo, sigue siendo el mismo que se iba a recoger algodón todo el día al campo, con tal de pasar el tiempo con sus vecinos, con sus panas de El Cerrito.

ALBERTO MARIO SUÁREZ
Enviado especial de EL TIEMPO 
Villarrica (Cauca)

jueves, 14 de enero de 2016

Treinta megaautopistas 4G ya prendieron motores

Los tramos modernizarán y mejorarán la interconexión terrestre entre regiones estratégicas.



Los motores ya están prendidos para construir 30 de las 55 autopistas de cuarta generación (4G) proyectadas, que interconectarán por vía terrestre puntos cardinales del país, acortarán tiempos de viaje, mejorarán la seguridad vial e, incluso, el tráfico en algunas zonas urbanas hoy congestionadas.

Cerca de 36,5 billones de pesos se invertirán en los 30 proyectos viales puestos en marcha, con los cuales el Gobierno Nacional, bajo la tutela de la Vicepresidencia de la República, busca fundamentalmente transformar y modernizar una infraestructura de carreteras nacionales que tiene cuatro y hasta más décadas de atraso. Son los escalones que Colombia busca ascender para mejorar en competitividad. 

De acuerdo con el vicepresidente, Germán Vargas, a la fecha, por iniciativa pública, es decir, con plata del Estado, se contempla la ejecución de 21 proyectos viales, que cuestan 26,5 billones de pesos.
A estos se suman las nueve autopistas que se harán por asociaciones público privadas de iniciativa privada (APP-IP), con una inversión cercana a los 10 billones de pesos.

Con estas iniciativas se desarrollarán 5.341,1 kilómetros de las nuevas megavías y, según las concesiones adjudicadas por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), serán obras en las que se contempla la ejecución de más de un centenar de viaductos, túneles, puentes peatonales, variantes, retornos...

De estas autopistas, cinco ya están construyéndose y corresponden a la primera ola de 4G. Otras 20, de primera y segunda ola, avanzan en la etapa de preconstrucción (compra de predios y trámites para la licencia ambiental). Una vía más está contratada, otra en trámite de contratación y tres más (dos de ellas, de la tercera ola), en proceso licitatorio.

“Los años venideros serán de grandes cosechas, pues más de 25 proyectos inician ya la etapa de construcción. Desde finales del año pasado empezamos a ver maquinaria y obras por todo el país. Este año serán mayores los frentes de trabajo, lo cual dinamizará la economía y el empleo en las regiones”, ha dicho Vargas.

“Hasta el momento hemos cumplido con estricta puntualidad el cronograma que nos fijamos para la ejecución del programa 4G y los compromisos adquiridos –agregó–. En momentos de desaceleración económica, mantener e impulsar la dinámica del sector constructor es clave para sostener el crecimiento del producto interno bruto (PIB)”.

Las vías en construcción

Una de las primeras en las que se empezó a abrir el camino con el buldócer fue la llamada Conexión Pacífico 3, una autopista que pasará por los departamentos de Antioquia y Caldas y toca terrenos en Risaralda. Su trazado tiene 146 kilómetros y cubre La Pintada (Antioquia), La Felisa, Irra, Tres Puertas, La Manuela (Caldas), Asia, hasta La Virginia (Risaralda).

En la construcción de esta megavía se levantarán 26 puentes, cinco túneles cortos y uno largo de 3,4 kilómetros (en la variante de Tesalia), le recortarán curvas y pendientes y le harán carriles de adelantamiento. Incluirán también tramos de mejoramiento.

El propósito es que con esta autopista Pacífico 3 y las otras obras (Conexión Pacífico 2 y Pacífico 1) un camión pueda hacer el viaje con carga desde Medellín hasta el puerto de Buenaventura en unas siete horas. Estas obras se ejecutarán en cinco años.

El segundo corredor que se comenzó a construir también el pasado noviembre es el de Girardot-Honda-Puerto Salgar, de 190 kilómetros, y lo ejecuta el consorcio integrado por la Concesión Alto Magdalena, de Mario Huertas, y la Constructora Meco, de Costa Rica.

El plan contempla hacer una vía paralela al margen derecho del río Magdalena, que unirá los departamentos del centro y sur del país, empezando en el municipio de Flandes y terminando en Puerto Salgar (Cundinamarca). Esta conectará con la concesión de la Ruta del Sol sector 2 (entre Puerto Salgar y San Roque, en el Cesar).

El proyecto prevé levantar dos grandes puentes sobre el Magdalena, uno entre Girardot y Flandes y otro, entre La Dorada y Puerto Salgar.

La nueva vía contribuirá a mejorar el comercio y el transporte entre Cundinamarca, Caldas y Tolima y, al conectarse con las rutas del Sol, podrá servir para transitar más cómodamente hacia los puertos de Cartagena y Barranquilla.

Se ha calculado que estas obras duren cuatro años.

El tercer corredor en construcción es el de Cartagena-Barranquilla y la Circunvalar de la Prosperidad, que desarrolla la Concesión Costera Cartagena Barranquilla S. A. S. (de Mario Huertas y Meco). También arrancó en noviembre pasado. Su longitud es de 146,7 kilómetros y la obra se dividió en dos tramos. Uno de ellos, de 110 kilómetros (entre Cartagena y Barranquilla) y el otro, de 36,7 km (es la Circunvalar, entre Malambo y el barrio Las Flores, en la capital del Atlántico).

En este proyecto se levantará uno de los puentes más largos del país: el viaducto Gran Manglar, de 5,39 km de longitud, que se elevará sobre la ciénaga de La Virgen. La obra requerirá ingeniería de punta y representará un gran desafío constructivo. Se montará con pilotes pretensados.

Su trazado debe quedar listo en el 2018. El puente será un nuevo atractivo turístico para la región. Se espera que la nueva vía de Cartagena a Barranquilla se convierta en una de las mejores plataformas logísticas del Atlántico.
La cuarta autopista en ejecución es la Conexión Pacífico 2, de 98 kilómetros, entre Bolombolo, La Pintada y La Primavera.

La ANI le adjudicó este proyecto a la Concesión La Pintada S. A. S., formada por Odinsa, Mincivil, El Cóndor, Termotécnica Coindustrial, Icein S. A. S. y Mota Engil Engenharia de Portugal. Las obras las empezaron igualmente en noviembre pasado y serán la continuación del proyecto Pacífico 1, entre La Estrella y Bolombolo (Antioquia).

Con esta autopista que conectará a Antioquia con el Eje Cafetero se mejorará, de paso, el trazado existente entre Bolombolo y La Pintada, con una doble calzada, un túnel Mulatos de 2,5 kilómetros y un puente de 120 metros sobre el río Cauca.

El quinto corredor en construcción desde el pasado 10 de noviembre es el de Ocaña-Gamarra-Puerto Capulco, que es una adición a la Ruta del Sol, sector 2 y tiene 82 km.

La firma brasileña Odebrecht y las colombianas Episol (Corficolombiana) y CSS Constructores ganaron este contrato que requerirá obras de ingeniería de alta complejidad, dado que 22 kilómetros atraviesan una topografía montañosa, donde harán nueve puentes, de un total de 13 que tendrá este trazado.

Otro reto será la construcción de un puente de 300 metros de longitud sobre la ciénaga de Cascajal (Gamarra), dijo el director de contrato del consorcio constructor Ruta del Sol (Consol), Marcio Marangoni.

Informó que 200 personas trabajan en los diferentes frentes de la obra y que intervendrán 25 puntos críticos, donde rectificarán curvas y harán 4 km de carril para adelantamiento. Ya hicieron también los accesos a Gamarra y Agua Chica.

En cuanto a los proyectos en preconstrucción, hay cinco de la primera ola. Entre estos se hallan el Corredor Perimetral de Oriente, de 163 kilómetros, que pasará por Cundinamarca, los Llanos Orientales, Boyacá y el centro del país; Mulaló Loboguerrero, de 31, kilómetros; la Conexión Norte (Remedios-Zaragoza-Caucasia), que se extenderá por 145 kilómetros; la Conexión Pacífico 1 (de Ancón Sur-Camilo C y Bolombolo, en Antioquia), con una longitud de 49,7 km, y Magdalena 2 (Remedios, Alto de Dolores, Puerto Berrío y la Conexión Ruta del Sol), que cubre una extensión de 144 kilómetros.

Los proyectos que siguen

De la segunda ola se hallan en trámites de licencia ambiental y compra de predios nueve proyectos. Entre ellos, Puerta de Hierro (Sucre)-Cruz del Vizo (Bolívar)- Palmar de Varela (Atlántico); la vía Villavicencio-Yopal; Santander-Mocoa-Neiva; Santander de Quilichachao-Popayán; Bucaramanga-Barrancabermeja-Yondó; Rumichaca-Pasto; transversal Sisga-El Secreto; las autopistas Mar 1 y Mar 2, que benefician a Antioquia y dan salida al Atlántico.

De la tercera ola están para adjudicarse en abril de este año las vías Bucaramanga-Pamplona y Pamplona Cúcuta.
En la lista de las nueve APP que están en la etapa de prefactibilidad figuran las vías Ibagué-Cajamarca, Chirajara-Villavicencio, Cesar-La Guajira, Cambao-Manizales, Neiva-Girardot y Antioquia-Bolívar. En proceso de contratación están Magdalena 1 y la autopista Bogotá-Girardot.

La ministra de Transporte, Natalia Abello, ha dicho que 18 proyectos de iniciativa pública están financiándose con una mezcla de recursos provenientes de la banca nacional e internacional, fondos de infraestructura y de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN).

Pero faltaba dinero, por lo que se requerían los 6,49 billones de pesos de la venta del 57,6 por ciento de Isagén para hacer los 25 proyectos de 4G faltantes.

La construcción de los grandes corredores no solo pone al país al día en materia de carreteras, sino que tiene un gran impacto económico por la cadena productiva que utiliza, y por la que se prevé la generación de por lo menos 550.000 nuevos empleos, de estos, unos 200.000 directos.

El presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, estima que para construir las autopistas 4G se requerirán unos 5 millones de toneladas de cemento, 940.000 toneladas de acero y 1,4 millones toneladas de asfalto.

De ahí que el Gobierno Nacional ha puesto en el sector de la infraestructura (con la construcción de vivienda) la bandera para que jale este año el crecimiento económico en 0,3 puntos porcentuales, dada la fuerte caída en los precios del petróleo que redujo notoriamente los ingresos fiscales.


sábado, 9 de enero de 2016

'Esto que me dejaron estaba en la ruina’: Hernández



Fotos: Suministradas.

A una semana de haber asumido como alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, el empresario que contra todos los pronósticos electorales derrotó a las principales maquinarias de Santander y se quedó con el primer cargo de la capital de ese departamento, dialogó con La Silla.

El nuevo mandatario habló sobre el estado financiero en el que encontró el Municipio, que según los cálculos de su equipo, a hoy tiene $600 mil millones de saldo en rojo, se refirió a la contratación de última hora que le dejaron firmada, expuso la que será su relación con el Concejo y explicó los alcances de sus primeros anuncios como dirigente.

La Silla Vacía: Cuando Luis Francisco Bohórquez salió de la Alcaldía hablaba de que dejaba un déficit de tesorería de $80 mil millones, cifra que era proyectada por la Contraloría en $200 mil millones, y de cuentas por pagar en los bancos de $216 mil millones ¿Cuál es la verdad de lo que usted recibió?

Rodolfo Hernández: A mí me habían dicho a través de lo que encontraron en el empalme que las cuentas por pagar en tesorería se acercaban a $80 mil millones, pues la verdad es que son $300 mil millones, eso quiere decir que el presupuesto de inversión, si lo miramos en términos pragmáticos, ya está gastado, y no solo el de este año sino el del año entrante también. Fuera de eso hay otros $300 mil millones de pesos que se le deben a los bancos y que generarán para 2016 alrededor de $75 mil millones entre amortizaciones de capital e intereses.

LSV: Su antecesor decía que esa plata tenía soporte y que solo hacía falta recaudarla ¿Qué de cierto había en eso?

RH: Lo que pasa es que esa deuda es rotativa. Siempre los ciudadanos deben $120 mil millones, eso es como girar cheques chimbos con fondos que usted piensa que va a recoger pero que no sabe cuándo, entonces usted no puede ir a un almacén a comprar con un cheque chimbo, porque si no está fondeado el banco simplemente usted no puede gastar esa plata y aún así se la gastaron. Pero le preocupante no es solo eso, aquí también se gastaron el dinero que se estaba reteniendo para pagarle a la Dian y otro que le estaban recaudando a la Cdmb, y el 10 hay que pagarlo. A eso hay que sumarle que todavía no han terminado de llegar las cuenta de unos contratos que había, sobretodo, de fundaciones que se encargan de cuidar niños en condición de discapacidad, o sea todavía no sabemos cuál es el consolidado real de las cuentas de 2015.

LSV: Después de su elección usted anunció que contrataría a Guillermo Perry para que le hiciera un estudio a las finanzas de la ciudad ¿Si lo hizo?

RH: Lastimosamente me manifestó en una entrevista que tuvimos en Bogotá que estaba comprometido con el Presidente Santos a terminar la Reforma Tributaria que se va a presentar al Congreso este año, entonces contratamos al doctor Mauricio Cabrera Galvis, otro gran especialista en temas económicos, él nos pidió que le mandáramos los primeros informes de hacienda, creo que hoy se le manda para que nos cotice y nos haga un diagnóstico, y después evaluaremos si con base en ese documento nos da una fórmula para poder aplicar y resolver el problema del flujo de caja que tenemos.

LSV: También había anunciado que contrataría a Abelardo de la Espriella para que él llevara las denuncias que usted y su equipo hicieran por las irregularidades que encontraran ¿Qué pasó con él?

RH: Fui y hable con él y estamos esperando a terminar el barrido de todo para ver qué hacemos con esa información pero él está dispuesto a trabajar. Yo lo que quiero es contratarlo por resultados, no por demandas ahí simples que duran 30 años en los juzgados. Cuando hablamos él me explicó que el derecho era un medio, yo le dije que no quería gastar el dinero sin ver resultados y ahí quedamos. En caso de que se necesite buscaremos otro peso pesado en derecho penal.

LSV: Aunque aún no hay datos consolidados es claro que hay una visión general sobre lo que recibe. Con lo que ya sabe si tuviera que organizar a las secretarías por el estado en que las encontró ¿Cuál sería la peor?

RH: La peor de todas las secretarías es infraestructura, eso es una locura. Encontramos contratos que dejaron firmados con anticipos desembolsados y que no tienen interventoría todavía y otros en proceso de adjudicación, pero yo le pregunto ¿A usted le parece lógico que si uno tiene $300 mil millones en cuentas por pagar en tesorería siga contratando? Eso es de locos. Eso no significaque las demás secretarías estén bien, en general tienen cosas preocupantes. Por ejemplo hay un contrato que me reportaron, es el proceso SDS 00229 de 2015 que el objeto es la capacitación de madres comunitarias en el manejo de la sexualidad de niños y niñas de 0 a 6 años, el contratista es ‘corporación agropecuaria aratoqueña’ por valor $165 millones de la Secretaría de Desarrollo Social, yo no entiendo cómo una fundación que está dedicada al campo tiene un objeto que le permite instruir en sexualidad. Entonces lo primero que tengo que hacer es poner en orden el presupuesto público.

LSV: Esta semana, tras el primer consejo de Gobierno, su equipo denunció que el número de ‘corbatas’ en toda la Alcaldía era alarmante ¿Qué fue lo que específicamente se encontró?

RH: Cómo es posible que la Alcaldía de Bucaramanga, que es la mayor empresa de la ciudad, no tenga oficina de talento humano. Aquí lo que pasaba es que llegaba cualquier persona y traía 100 hojas de vida, se los nombraban, les daban el sueldo que creían -a unos de a 10 a otros de a 8 a otros de a 3 millones- y les decían váyase a buscar a ver qué oficio le ponen y entonces ¿Sabe qué hacían? Se iban para la casa. Aquí había 2.262 contratistas de prestación de servicios, nosotros creemos que con un tercio de las que estaban la Alcaldía funciona, pero la diferencia con nosotros es que vamos a buscar a las personas con un perfil que se adecúe al servicio que van a prestar.

LSV: Con el panorama que entrega es claro que su capacidad de inversión va a estar reducida ¿Qué hará para lograr los recursos necesarios e iniciar la ejecución de sus propuestas?

RH: Este año, al menos el primer semestre lo tenemos que aprovechar en organizar administrativamente esto, para que de veras tenga unos índices de competitividad y donde los funcionarios sepan que el verdadero jefe son los ciudadanos, es que ellos deben entender que no están en la Alcaldía para sobarme la chaqueta, sino para servir a los ciudadanos. Oficio tenemos, lo que no vamos a tener es ejecución en los primeros meses, pero hay cosas que sí podemos hacer, por ejemplo, circulación y tránsito, eso es misional; segundo: alumbrado público, eso también es misional y lo podemos ir ejecutando; enderezar el Acueducto es otra de esas labores, porque el Acueducto es una locura, tiene el 40% de sus ingresos en gastos de funcionamiento, cuando en cualquier empresa como el Banco de Bogotá es el 8% ese rubro, el otro 60% de los ingresos del Acueducto están entre servicio de la deuda y amortización de capital, eso deja 0 para invertir y mejorar.

LSV: Si la ejecución se va a tener que aplazar ¿Cómo va a hacer para emprender el proyecto de las 20 mil casas? 

RH: Es que yo no me comprometí a comprar el lote, el lote se va a comprar es con la plata de los adjudicatarios, a lo que yo me comprometí fue a coordinar, a ser eficaz, eficiente y honrado en la compra del lote y luego en urbanizarlo, pero yo fui muy claro en que no son casas regaladas como siempre prometen los politiqueros y nunca cumplen. Este es un programa asociativo donde lo lidera la Alcaldía pero el lote, cuando se compre, es de los adjudicatarios. Ahora, si usted me pregunta si hemos avanzado, sí lo hemos hecho, yo me reuní con los propietarios del lote en Bogotá para que recogieran la documentación para proceder a hacer el avalúo colegiado de la lonja en Bucaramanga, estamos esperando a que nos den facultades para poder contratar el perito que se necesita. La semana entrante nombraremos a un gerente que esté las 24 horas al frente de ese proceso, una vez negociemos el lote hacemos la convocatoria para los dueños de las casas con lo que exija la ley.

LSV: Hace un momento hablaba del Acueducto de Bucaramanga. Desde que usted resultó elegido ha hablado sobre la solicitud de renuncia del actual gerente, Ludwig Stünkel; sin embargo, por ahora a él no se le ven intenciones de retirarse ¿Qué va a hacer si él decide mantenerse en el cargo?

RH: Vamos a hacer una asamblea el martes, donde vamos a cambiar unos estatutos y vamos a estudiar cómo trancamos allá el gasto público porque es que le pusieron creo que 5000 salarios mínimos de facultades para dar contratos a dedo y eso son casi $4000 mil millones, eso es una locura. Entonces vamos a bajarlo a lo anterior y vamos a poner a un interventor de proyectos estratégicos donde el doctor Ludwig tiene que consultar todo lo que sea gasto público con él. Nosotros lo vamos a invitar a que renuncie y si él tiene derechos adquiridos en el acueducto pues nos toca ponerle el interventor. Yo no me siento cómodo trabajando con él porque hay mucho comentario y cuando espulguemos las finanzas del Acueducto vamos a ver qué es lo que él va a responder.

LSV: Uno de los cuestionamientos que le hacen es que el interés suyo está solo en sacar del Acueducto a Stünkel, pero a usted también le dejaron nombrada en Neomundo a Valentina Mantilla, quien es su sobrina, y sobre la manera de buscar su salida no se le ha escuchado hablar.

RH: Eso es porque no hemos hecho la junta, pero vamos también a empezar a mirar qué hacer. Ya la Secretaria Jurídica está buscando la manera de interrumpir la vinculación de ella, sin que le valga a la ciudadanía $2 mil millones, porque eso no lo voy a hacer, generaría un daño patrimonial.

LSV: En campaña y durante las primeras semanas de su elección, usted hizo señalamientos muy fuertes contra los concejales de Bucaramanga; sin embargo, el discurso se aplacó ¿Qué fue lo que pasó?

RH: Usted me tiene que entender que la campaña pasó el 25 de octubre, y yo hice una campaña sin políticos, sin ediles, sin juntas de acción comunal, sin verdes, sin rojos, sin amarillos, sin azules, sin tejas, sin cemento, sin ladrillo, sin tamal, sin lechona, sin cerveza, sin nada; la única manera que nosotros teníamos de darnos a conocer era atacando los códigos de comportamiento que tenían no solamente los concejales sino toda la administración. Dentro de esa realidad me eligieron como Alcalde de Bucaramanga y los concejales están dentro de los habitantes de Bucaramanga, son la junta directiva y representan un interés ciudadano, entonces, ya consolidada la figura pues yo tengo que hablar con la junta directiva porque ya pasó la campaña, ahora, eso no significa y de ninguna manera que yo haya renunciado a los principios de la campaña: lógica, ética y estética.

LSV: Y si algún concejal llega a pedirle algo ¿Usted qué va a hacer?

RH: Hay un plan de gobierno que yo inscribí el 9 de diciembre del 2014, ese programa vamos a plasmarlo en mayor detalle en el Plan de Desarrollo que hay que llevarlo al Concejo, nosotros lo defenderemos y ellos me imagino que tendrán sus observaciones, sobre eso ellos pueden apadrinar lo que quieran. Entonces, que vamos a hacer 50 canchas, pues que se repartan entre ellos allá el apadrinamiento, la agilización, el contacto con la comunidad, eso es de ellos, pero las licitaciones quedan en la Alcaldía y van a tener si quiera 20 proponentes. Los concejales van a ser los más beneficiados con este modelo porque las necesidades de sus votantes en los barrios yo se las ejecuto. Nosotros no estamos interesados en quitarle el liderazgo a ellos de los proyectos, a lo que si no le jalo es a llenar esto de puestos.

LSV: Durante su primera semana de gobierno los principales anuncios se han dado en materia de movilidad y uno de ellos estuvo relacionado con la tarifa de Metrolínea ¿Cómo piensa recalcularla?

RH: Cuando llegamos, los que salían determinaron que la tarifa técnica era de $2.100, que es la más cara del país. Nosotros ya sostuvimos varias reuniones y establecimos que lo primero que vamos a revisar es la canasta de costos para saber cuánto vale transportar a un pasajero y eso lo compararemos con lo que están cobrando a ver si es cierto que Metrolínea está perdiendo plata, y si es así por ahora toca dejar que pierda, pero también toca buscar la solución porque nadie puede trabajar a pérdida indefinidamente, entonces hemos visto que a la tarifa le cargaron el 11,15% del recaudo del portal PQP (Papi Quiero Piña), pues tocará empezar a desmontar eso y que lo asuma el Ministerio como en otras partes del país, si actuamos así ya empieza a cambiar el tema. También hay que empezar a revisar la nómina de Metrolínea.

LSV: Usted también revivió la idea de los controvertidos Cepos ¿Cómo la implementaría?

RH: Una de las causas de la inmovilidad es que todos, entre esos me incluyo, tenemos un carro y lo que hacemos es botarlo a la calle, eso genera obstrucción en los carriles. En el POT se aprobaron unas zonas azules de parqueo que nosotros vamos a habilitar para que parqueen y paguen los que las usen, también vamos a lanzar una campaña que se llama ‘el culpable no es él, soy yo’, porque todo el mundo quiere que exista movilidad pero deja el carro donde le provoca y es esa sumatoria de desacatos la que ha generado más inmovilidad. Con esos proyectos es que vamos a empezar a mejorar la movilidad, pero si siguen, pues bueno les traemos la grúa y les ponemos multa; y si siguen, entonces ahí sí voy a traer los cepos, que de implementarse, el recaudo iría para subsidiar el pasaje de Metrolínea de los más necesitados.

LSV: Esta semana se conoció que la pasada administración le dejó firmado un contrato que abre la puerta para que con drones se puedan implementar las fotomultas ¿Qué va a hacer con él?

RH: Pues eso me lo firmaron el 31 de diciembre faltando 5 para las 12 como dice la canción. Ese es un contrato totalmente leonino que tiene todos los errores jurídicos, también lo estamos estudiando aquí, ya llamamos al Ministerio de Transporte para que no vayan a dar las autorizaciones y decantar eso. Pero eso sí les digo a todos los ciudadanos e inclúyame a mí, si con las campañas ciudadanas, con la grúa y con la multa la gente no cambia las costumbres de movilidad, pues llegan los cepos , y si con eso tampoco pues entonces ahí sí miro a ver de dónde y me traigo el dron y pongo las fotomultas, hasta que despejemos las calles del abuso de los que tenemos carro y utilicemos los sistemas de transporte público.

LSV: ¿Qué es lo que espera anunciar cuando se cumplan sus primeros 100 días de gobierno?

RH: Que estamos ordenando la casa, porque esto que me dejaron estaba en la ruina. Para ese entonces quiero decir que ya se están implementando planes de contingencia con Metrolínea y con Tránsito; para esa fecha también espero tener listo todo el diagnóstico de la Alcaldía y anunciar las medicinas que tendremos que tomar para hacer que todo funcione. Nosotros contratramos al Doctor César Hernández para que nos haga un análisis y nos diga lo que tenemos que hacer para aumentar el recaudo sin subir los impuestos. Para esa fecha ya deben estar listas las dos terceras partes de la formulación del Plan de Desarrollo.

Así fue como nos quedamos sin gas y sin agua para la energía

El riesgo de un racionamiento de energía es alto, y la culpa no sería solo de la naturaleza.

Bueno: se acabó el relajo. Perdonen ustedes que les dañe el guayabo, cuando apenas están reponiéndose de las francachelas de diciembre, pero mi obligación consiste en recordarles que llegó el momento de volver a la cruda realidad cotidiana. Ajústense los cinturones, que vamos a aterrizar.

Para este año tenemos por delante un panorama sombrío: el alto riesgo de que se produzca un racionamiento de energía eléctrica en Colombia, y la culpa no sería solo de la naturaleza, como han pretendido decirnos, a causa del fenómeno del Niño, sino especialmente de la imprevisión, el desgreño y los malos manejos.

Mientras ustedes bailaban en Nochebuena, o andaban comiendo pasteles y tamales para celebrar la llegada del año nuevo, a mí me tocaba el martirio de investigar qué es lo que ha pasado con el sistema eléctrico nacional. No se imaginan lo complicada que resultó esa tarea, con tantas mentiras, tantas distorsiones, tanta gente interesada en ponerte trampas, en desviar la verdad, en engatusarte.

El gas, el agua, el diésel

Ustedes se preguntarán, con toda razón, cómo es posible que después de haber tenido la terrible experiencia del racionamiento de 1992 (que le costó al país 20 billones de pesos de aquella época), y después de habernos cobrado durante estos años tantos sobrecostos en las facturas mensuales, y después de tantos anuncios y advertencias, estemos otra vez en las mismas, corriendo bases y con el Credo en la boca.

Para decirlo en un dos por tres, sin retórica ni anestesia, se debe a que vendimos alegremente nuestras reservas de gas, a que el diésel que necesitamos es el combustible más caro del mundo porque no podemos pagarlo con el dólar a 3.200 pesos, y se debe también al verano aterrador, ya que en este momento nos está cayendo únicamente el 46 por ciento del promedio tradicional de lluvias.

Por eso, y como al perro más flaco se le pegan las pulgas, desde diciembre pasado subieron las tarifas de energía en todo el país. ¿Diciembre? Eso fue lo que ordenó el Gobierno, pero tengo pruebas aquí, en mi mano, para demostrar que en varias regiones del país comenzaron a cobrar esas alzas desde octubre. Uno más en la larga fila de los abusos.

Venezuela y la feria del gas

Hace casi nueve años, en mayo del 2007, el Gobierno colombiano firmó con Venezuela un contrato por medio del cual se comprometía a venderle gas procedente de los yacimientos de Chuchupa y Ballenas, en La Guajira. Lo hicieron a pesar de las advertencias para que lo almacenaran, más bien, con el fin de usarlo en la energía térmica, ante el peligro siempre latente de una sequía que nos dejara sin energía hidráulica.

Y eso fue exactamente lo que pasó. Agotamos nuestra reserva de combustible y quedamos a merced del agua para producir energía. Es decir: dependíamos de que lloviera. Estábamos al vaivén caprichoso de la naturaleza.

Terminamos, pues, sin el pan y sin el queso: ahora no tenemos ni gas ni agua. El exministro Rudolf Hommes, en su columna periodística dominical, lo dijo claramente: “La escasez de gas proviene de decisiones equivocadas o falta de previsión”.

Fue entonces cuando el Niño se nos vino encima. En los últimos años la cosa se puso tan grave para nosotros que el negocio fue al revés: Venezuela empezó a vendernos gas. Para ello construyó 40 kilómetros de tubería a través del lago de Maracaibo. Inició el suministro en junio del 2015, pero apenas seis meses después, el 30 de diciembre pasado, anunció que suspendía la venta.

¿El motivo? Le cogieron miedo a quedarse sin gas ante el verano intenso que estamos padeciendo. De manera, pues, que Venezuela resultó más cautelosa y precavida que Colombia. Quién lo creyera.

¿Qué se hizo el seguro?

Una historia adicional, en este rosario de calamidades, es lo que ha ocurrido con los sobrecostos. Desde diciembre del 2006 los usuarios de la energía comenzaron a pagar religiosamente, con la factura de cada mes, un denominado “cargo por confiabilidad”, del cual ya les había hablado en una crónica anterior. Ese dinero debía destinarse, según nos dijeron, para estar preparados y evitar que en el futuro tuviéramos otro apagón. Era una especie de seguro, por decirlo en términos sencillos.

Lo cierto es que, en estos nueve años, ese recargo recaudó 18 billones de pesos. Lo malo es que ahora se están haciendo unas revelaciones muy delicadas sobre su destino.

Por ejemplo: el congresista Alexánder López Maya afirmó, ante la plenaria del Senado, que “varias empresas del sector eléctrico, como Termocandelaria en la costa del Caribe y Termoemcali en el Valle del Cauca, concentran sus operaciones financieras y las de sus socios mayoritarios en paraísos fiscales, como las Islas Caimán”.

El senador López Maya ha pedido a las autoridades que “confirmen si, con ese mismo sistema, los accionistas de las empresas sacaron del país el dinero del cargo por confiabilidad y lo consignaron en sus cuentas, como si se tratara de utilidades”. Y agrega de manera rotunda:

–Lo cierto del caso es que nadie, y mucho menos el ministro de Minas, Tomás González, sabe dónde están esos recursos. De ahí que no solo tengamos un riesgo de apagón, sino un descalabro confirmado. Y al Ministerio de Minas lo único que se le ocurre es decretar alza de tarifas para el ciudadano.

Accionistas y precios

Hace casi dos meses, el mismo senador López Maya envió una denuncia a la Superintendencia de Industria y Comercio, pidiéndole que investigue por qué hay varias empresas de energía que tienen los mismos accionistas, si se supone que deberían ser competidores.

El senador menciona en su documento algunas empresas que tienen dueños comunes, como Termocandelaria, Termobarranquilla y Termovalle. En el caso específico de Termocandelaria, que tiene sede en Cartagena, esa central eléctrica dejó de operar hace más de dos meses, cuando fue intervenida por el Gobierno. Sin embargo, ya había recibido 300.000 millones de pesos del cargo por confiabilidad que pagan los usuarios. Le dieron dinero para que se preparara en caso de escasez, y no lo hizo. ¿Dónde estaban, entre tanto, los organismos de control y vigilancia del Estado? Llegaron tarde, como siempre.

A propósito, esa misma región Caribe está a las puertas de una gravísima crisis industrial y comercial por el problema del gas. Es tan insólito lo que ha pasado que sería cómico si no fuera trágico: el gas de La Guajira se lo vendió Ecopetrol a Venezuela hasta que se acabaron las reservas; ahora tienen que traerlo desde Cusiana, en las llanuras de Casanare, pero como no hay una tubería para hacerlo, el transporte vale un ojo de la cara. Y parte del otro. Ni siquiera se puede traer por el río Magdalena, porque no tiene agua. En conclusión, el gas que llega hoy a territorio costeño cuesta 70 por ciento más de lo que vale en Bogotá.

Las industrias están al borde del colapso. El asunto es tan grave que los dos diarios más importantes de la comarca, El Universal, de Cartagena, y El Heraldo, de Barranquilla, se unieron en noviembre pasado para publicar en simultánea un editorial en el que exigían respeto por la región y que alguien controle los desmanes de Ecopetrol.

‘Plantas de gas, pero sin gas’

–Se acabó el gas. La verdad, sin más rodeos, es que en Colombia se acabó el gas para las térmicas –me dice la exministra Ángela Montoya, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen).

La señora Montoya me explica que hace veinticinco años, cuando nos sobraba energía hidráulica, el Estado se puso en la tarea de construir plantas de gas, “pero después no tuvo la precaución de garantizar el suministro de ese gas. Por el contrario, confiados en que siempre habría agua, lo vendimos en el exterior hasta que las plantas se quedaron sin combustible”.

Y, como si fuera poco, el fenómeno del Niño nos dejó sin agua. Tras de cotudos, con paperas, como dicen los campesinos huilenses.

Y, encima, impuestos

Ante semejante panorama, las empresas se pusieron a generar energía con diésel traído del exterior, pero entonces vino el garrotazo del dólar y las tarifas del kilovatio se pusieron por las nubes. Como dicen que al ojo llorón le echan sal, el impuesto de importación del diésel se subió al 24 por ciento. Sobre eso, Ángela Montoya hace este comentario:

–Se le ha pedido al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que, para evitar más carestía, suspendan ese impuesto mientras dura la crisis y que lo repongan después. No ha sido posible.

Les informo que, según las investigaciones de la Contraloría General, la amenaza del racionamiento eléctrico, lejos de alejarse, está cada vez más cerca. Miren una muestra: en un solo mes, entre noviembre y diciembre, la energía diaria que despachan las plantas en todo el país disminuyó un 18 por ciento.

Epílogo

Peligro de apagón, escasez de gas, petróleo por el suelo, dólar por el cielo, las tasas de interés subiendo, la peor inflación en siete años, bajan las ventas del comercio, alza en los prediales y se nos viene encima la reforma tributaria con su catarata de impuestos. Me duele estropearles las ilusiones de comienzos de año, pero esa es mi obligación como periodista. Peor sería que nos sorprendieran con un aterrizaje de emergencia.

Se me olvidaba este detalle: el Gobierno anunció, con un gran redoble de tambores, que las alzas de tarifas eléctricas que empezaron en diciembre durarán 36 meses. Es decir, que dentro de tres años volverán a bajar. ¿Bajar? Le regalo un kilovatio al que me diga cuándo se ha visto en este país que un servicio público baje después de haber subido. Cuándo.

JUAN GOSSAÍN
Especial para EL TIEMPO

jueves, 7 de enero de 2016

Vargas Lleras termina 2015 volando


Vargas le entrega la escritura de su casa a Adriano y su familia en Tame, Arauca. Fotos: Vicepresidencia

La última y única vez que había montado con Germán Vargas Lleras en un avión, el Vicepresidente fumó en el black hawk, contrariando la insistente solicitud del capitán. Por eso, volver a volar con él, no parecía un gran plan. Pero Germán Vargas Lleras fue sin duda el personaje público que más poder acumuló en el 2015 y era la única oportunidad para lograr una entrevista con él.

Con un partido que demostró poco pudor para realizar alianzas con grupos políticos cuestionados como el de la Gata en Magangué o el que apoyó a Kiko Gómez en la Guajira, Vargas –ya con una maquinaria política propia y potente- se convirtió en este año en el candidato presidencial a vencer y en la figura alrededor o en contra de la cual se están haciendo las grandes movidas del poder político.

Tame


Vargas entrevista a las mujeres a las que les entrega la escritura de una de las 100 mil casas gratis que ha entregado.


Vargas en Villavicencio firma un contrato de una de las vías.

El Vicepresidente usa el avión de la Fuerza Aérea en el que viajamos, su oficina realmente, cuando no lo requiere el Presidente para aterrizar en pistas más pequeñas; cuando no lo necesita ‘Tutina’; o cuando los negociadores con las Farc no tienen que viajar a la Habana. En ese orden.

Pero ya empezadas las novenas, el único que sigue trabajando como un demente es él. Demente porque a pesar de que tan solo hace unas semanas le diagnosticaron un tumor benigno en el cerebro y le recomendaron bajarle el ritmo al trabajo, ese día teníamos programado viajar a Tame, Arauca, San José del Guaviare y Villavicencio. Una maratón. Que él viene repitiendo este año tres o cuatro veces a la semana.

Me habían dicho que Vargas le tenía miedo al avión. Si es así no se le notó. Desde el instante en que despegamos hasta que aterrizamos a las 9 y pico de la noche, el Vicepresidente nunca paró de trabajar. 

Cuando miraba por la ventana, era para explicarme lo que había hecho o iba a hacer: la torre de control de El Dorado que este gobierno modernizó; la nueva pista que se está construyendo; las que van a quedar habilitadas en cinco años para 40 millones de viajes.

Desde el aire, Germán Vargas Lleras no ve las selvas tupidas o las montañas imponentes. Él ve las 27 grandes concesiones que puso en marcha, los 51 aeropuertos que están en construcción o remodelación, las autopistas 4G que conectarán medio país, los túneles y los puentes que parirarán los cientos de contratos que supervisó durante este año. Inversiones que superan los 70 billones de pesos. Cuando él mira por la ventana, Vargas ve el reflejo de sí mismo.

“Será otro país”, me dice, cuando le pregunto por el impacto que tendrán las vías 4G. “Para que se forme una idea”, me dice. “Según el Banco Mundial, Colombia ocupa el número 18 en infraestructura en el continente. Solo están peor Guyana, Haití, Cuba y Bolivia. Cuando esto termine, pasaremos a estar de terceros, solo superados por Brasil y México”.

¿Estarémos mejor que Chile?, le pregunto.

“Mejor que Chile. Para haber sido hecho en un lapso tan corto será un gran logro. El país va a tener mayor competitividad, menores costos logísticos, condiciones viales más seguras. Y lo más importante, vamos a integrar el territorio nacional”.

Me acordé de una anécdota que contaba Joaquín Villalobos, el ex jefe guerrillero del Fmln en El Salvador. Decía que nada les había hecho mayor daño a su causa revolucionaria y nada los había debilitado tanto como cuando el Gobierno hizo una gran autopista que les dividió su retaguardia en dos y conectó medio país. Pensé decírselo, pero él no estaba en ánimo de conversar.El día es perfecto para volar, el cielo totalmente azul.

Arauca

Vargas revisa un folder con las fichas de todos los proyectos de Tame, y otra en la que están escritas con unas letras gigantes el listado de cosas que habían quedado pendientes de la última vez que había estado allí. Compara ambas informaciones y va tachando lo que ya está hecho y haciendo anotaciones al margen.

Le pregunta al delegado del Invías por el estado de dos vías que aparecen retrasadas. El delegado titubea. Dice que la obra está muy avanzada. Vargas lo confronta: en sus fichas aparece que la que está a cargo del Ejército va rezagada, con menos del 40 por ciento de ejecución. El delegado intenta de nuevo. Vargas se ratifica. El delegado se rinde: no sabe el estado de dos proyectos de Arauca.

“¿No sabe?”, le pregunta Vargas subiendo la voz y arrancando la página con fuerza. Es un movimiento tan agresivo, que yo me sobresalto. “¿Es que entonces viene de paseo?”, le pregunta.

El delegado acusa el vaciadón. Promete tener los datos apenas aterricemos.

“Es que si no es con apremios y con rejo, no se hace nada en este país. Por eso es que uno tiene que andar puto”, dice Vargas, visiblemente alterado.

Le toca el exámen, entonces, a Luis Felipe Henao. El Ministro de Vivienda lleva trabajando con Vargas desde los 23 años, uno más de los jóvenes políticos prometedores que se han hecho a la sombra del Vicepresidente y que lo aprecian y defienden aunque Vargas rara vez los felicite por algo.

Supongo que porque ya lo conoce, Henao tiene todos los detalles en unas fichas blancas, marcadas con post it de diferentes colores. Incorchable.

En el carro vía al evento, le pregunta al gobernador de Arauca que nos ha recogido sobre el orígen político de su sucesor y del nuevo alcalde. Son fruto de una alianza entre Cambio Radical y de la U. Vargas parecía desconocerlo.

Cuando unos días después le cuento a dos colegas suyos de gabiente que eso me había sorprendido, ambos se ríen. “Es imposible”, me dijo uno de ellos. “Vargas sabe hasta los concejales de Cambio Radical del pueblo más ínfimo de Colombia”.

En todo caso, cuando llegamos a la urbanización de cien casas que iba a entregar ese día, tenía todo el mapa político en la cabeza y se había transformado. Entró en escena el Vargas político y carismático.

El primer beneficiario es un hombre desdentado de unos 40 y pico años. Se llama Adriano.

“A ver, papá, apúrele”, le dice el Vicepresidente, con micrófono en mano, y provocando carcajadas entre los asistentes. Adriano, su esposa y cuatro hijos y un nieto suben al escenario, perplejos.

Vargas los entrevista.

-¿Cuánto pagan de arriendo?

100 mil pesos.

- ¿Qué tal es la casa donde viven?

“No tan bonita ni tan fea. Piso regular, techo regular”, responde Adriano. Es jornalero, gana 25 mil pesos el día, trabaja de lunes a viernes. Ella cuida los niños.

Vargas pone en escena un pequeño performance con Henao, que se repiría luego en otras entregas:

"Con ese sueldo, ministro, Adriano no podría hacer ahorro programado”, dice. “Esta es la única oportunidad de tener casa propia”.

Vargas cuenta que la política anterior de vivienda exigía a una persona de salario mínimo 14 años de ahorro programado para comprar una cosa.

“Por eso nunca, NUNCA, un colombiano de salario mínimo podía acceder a este programa. Deambulaba con su carta cheque de un lado para otro”.

“Muchas gracias al señor presidente de la República”, dice Adriano, y continuá: “y gracias a (titubea mirandolo)… quien? Al señor vicepresidente”.

‘Ese soy yo”, dice Vargas. El auditorio se ríe.

Vargas explica que le gusta siempre recoger unos testimonios para constatar que no hubo interferencia, ni politiquería, ni corrupción para encontrar los beneficiarios de las casas. Los elegidos salen de un sorteo hecho por Red Unidos.

Luego le dice al Alcalde, usando la tercera persona de los que saben mandar:

“Alcalde, ¿podemos poner una volqueta para que se trasteen todos hoy mismo?”. El alcalde dice que sí. Luego, se dirige al constructor: “No se va a bajar el constructor de un detalle? ¿Un bono de electrodoméstico? Un televisor. Es que las veo como dormidas a las beneficiarias”. Todas aplauden felices. Ante la presión, el constructor ofrece un televisor plasma de 90 pulgadas como había sugerido Vargas.

Se la gana José Héctor Moreno, que vive con sus dos hijos y señora en Corocito, en una “casetica de madera, piso de tabla, techo de zinc”, según le cuentan al Vicepresidente.

Antes de despedirse, anuncia que el Ministro de Comunicaciones David Luna (quien a pesar de ser liberal ahora es de la cuerda de Vargas) le ha confirmado que pondrá Internet y donará computadores para los beneficiarios de todas las 100 mil casas.

Hay euforia. “Es increíble, el internet les da más ilusión que la casa”, dice Vargas, un poco defraudado.

Otros tres beneficiarios reciben sus escrituras con entrevista incluida y luego Vargas dice que nos tenemos que ir porque otros 500 colombianos esperan sus casas en Arauca.

En el avión, Vargas le pregunta al delegado del Invías sí ya tiene la información que le pidió. No la tiene. Es que en Tame no entra el celular (otra tarea para el Mintic).

En Arauca los beneficiarios de los 640 apartamentos están ansiosos esperando nuestra llegada. Mientras la animadora anuncia la entrada de Vargas, en medio de los aplausos, aprovecho para conocer el apartamento modelo. Es muy bueno: dos habitaciones, cocina, lavadero, techos altos. Henao luego dice que cuestan unos 43 millones de pesos (“es como meter plata en la alcancía”, les dice).

La visita tiene un propósito doble. Por un lado, el Vicepresidente quiere firmar el contrato por 55 mil millones de pesos para la carretera Tame-Arauca. La licitación la ganó la firma Hidalgo-Hidalgo, y allí está presente el delegado del consorcio. También termina entrevistado.

- ¿Cuándo arranca la obra?

El 15 de enero.

- ¿Cuántos empleos directos va a generar la obra?

300.

-¿De gente de Arauca?

El 90 por ciento.

Vargas le dice que estará verificando la obra. “No nos vaya a quedar como el responsable del aeropuerto de Arauca”, le dice. “El contratista va retrasado y ya le notificamos las primeras sanciones”.

Cuenta que ha ejecutado solo el 28 por ciento de la obra y amenaza con quitarle la obra. En este caso no dice públicamente su nombre, pero en las siguientes ciudades sí pone en evidencia a los contratistas incumplidos.

Le pregunto al funcionario que está al lado mío si cree que esa estrategia funciona. “Todo el mundo le teme, me dice. Porque comple casi todo lo que dice. Si amenaza lo cumple”.

Elogios públicos y humillaciones privadas, la receta del liderazgo efectivo en Colombia.

Vargas viajó durante todo el año por el país firmando este tipo de contratos. Ninguno de estos eventos era indispensable. Porque la verdad es que Vargas, como Vicepresidente, carece de competencia para ordenar gasto y él firma esos contrato como testigo. Hasta antes de su llegada, esos contratos los firmaba el director del Invías en una reunión en su oficina.

Pero Vargas, que tiene un estilo de microgerencia muy similar al de Álvaro Uribe, es un convencido de la importancia del contacto personal.

“Si uno no está encima verificando que se hagan las obras y se limita a recibir informes es imposible garantizar la buena ejecución de las mismas”, me dijo el Vicepresidente cuando le pregunté si esos eventos eran necesarios.

Vargas delega en el alcalde, en el comandante del Ejército, y en Henao la entrega de algunas escrituras, y la consabida entrevista a los beneficiarios. Luego agradece al notario porque “si no fuera por él, que lo hizo gratis, ustedes tendrían que haber pagado dos millones de pesos por la escritura”.

La última casa que entrega allá es a una mujer, madre soltera de dos niños. Vargas la entrevista.

-¿Marido?

No hay

-¿Se voló?

Sí. (risas en el auditorio)

-¿No volverá si sabe que es propietaria de este bello apartamento?

Que no vuelva, porque es mío.

Menos de una hora después, estamos de nuevo en el avión.

San José del Guaviare

El vuelo a San José del Guaviare dura una hora, una hora en la que Vargas saca otra vez su folder y su hoja en blanco marcada con letra gigante y repite el ritual de verificar el estado de los compromisos. Los de Arauca los pasa a limpio en su Ipad.

También aprovecha para hablar con el representante de El Guaviare, que es del partido de la U. Se ve feliz de estar tan cerca del Vicepresidente y no pierde oportunidad de pedirle cosas para su pueblo. Unos cuántos kilómetros más para la vía cuyo diseño va a inaugurar el Vicepresidente ese día que conectará a San Vicente del Caguán con el Guaviare.

“Celebremos que en medio del recorte fiscal se puede hacer esta obra”, le dice Vargas. “A mí no me salga con lista de mercado. Es que uno siempre sale debiendo”.

La presencia del Estado en una región como el Guaviare es tan ínfima que nadie quiere desaprovechar la venida del Vicepresidente. El Gobernador y el Alcalde le piden los mismos kilómetros por los que ya ha intercedido el Representante, y algunas cosas más.

Las 100 mil casas gratis que terminó de entregar este año el gobierno habían costado para 2012, segúnel Presidente Santos, 6 billones de pesos, y cubierto menos del 10 por ciento del déficit habitacional del país. Un programa populista, según sus críticos, y enormemente rentable políticamente.

Pero, para mucha gente en el Guaviare, sobre todo víctimas de la guerra que son las principales beneficiarias de las casas, una de las pocas muestras concretas de que el Estado a veces se puede poner de su lado.

La ceremonia de la firma del contrato dura lo suficiente para el clip que saldrá en los medios. El aeropuerto del Guaviare carece de luces y tenemos que despegar antes de que anochezca. Todavía nos falta la aparición en Villavicencio.

Antes de irnos, le pregunto al alcalde alcalde electo de El Retorno si sirve que el Vicepresidente haga ese tipo de presencia.

“Claro”, me responde como asombrado por la estúpidez de la pregunta. “Que venga el Vicepresidente en carne propia le da a uno mucha moral”.

Moral, como la moral de los soldados?, le pregunto.

“Sí, de respaldo. Es que uno vive aquí muy olvidado del nivel central. Si vino el Vicepresidente, la obra se tiene que hacer. Además, porque seguramente será el Presidente en dos años”

Villavicencio

La escena se repite en el avión, esta vez con las fichas de Villavicencio. El Vicepresidente está cansado. Todos lo estamos.

Le vuelve a preguntar al representante del Guaviare sobre el gobernador. Ya había preguntado lo mismo antes, y la respuesta era poco olvidable: al gobernador del Guaviare le dicen ‘compra mundos’ porque va comprando tierra por donde viaja y porque es un hombre de 80 años que fundó el departamento y que en palabras del representante es “muy bondadoso”.

“Es que esta droga me tiene ahuevado”, dice el Vicepresidente. El enfermero se acerca y le dice que es hora de tomar el medicamento.

Vargas está tenso todo el tiempo. Incluso cuando lee el periódico parece trabajando. En el trayecto, miró cinco ediciones de El Siglo. Escanea las páginas y las pasa con método. Me cuenta que todas las mañanas se lee El Tiempo, El Espectador, la República, Portafolio y El Siglo con dos cafés. “Muy enchapado a la antigua, no?”, me pregunta1.

El representante del Guaviare vuelve y le pregunta si habrá alguna opción para alargar la vía que están haciendo en el departamento. Vargas aprovecha para echar su puya. “Dígale al ministro de Hacienda, porque yo ya no tengo más plata”, dice (es verdad, Vargas ya se gastó la plata del 2016 y el 2017).

“Él va al Congreso y dice hay que recortarle el presupuesto a Vargas y ustedes aplauden. Bueno, pues entonces pidanle la plata al Ministro”.

Vargas tiene una rivalidad con Mauricio Cárdenas, el ministro de Hacienda que aspira a convertirse en su rival en el 2018 por el partido Conservador y la U.

Le pregunto si siente que su cartera sufrió de manera desproporcionada el ajuste fiscal. “No nos afectó concesiones pero sí el programa de obra pública”, me dice. “Era de 10 billones, terminamos ejecutando seis”.

En Villavicencio, Vargas entregó 932 apartamentos y firmó los estudios de la vía de la Altillanura.

El show se repite. Pregunta a cuántas mujeres se les voló el marido (a casi todas). Pregunta sobre la casa que dejan y la felicidad que sienten de recibir una nueva.

El ministro Henao explica cómo “la única forma de construir la paz es con hechos reales para ayudar a la gente a salir de la pobreza. Un verdadero hecho de paz es que pueda haber estas vías”.

Vargas no menciona la paz. Le pregunto en el avión, ya de vuelta, cuál es su verdadera posición frente a la Habana.

“Lo he convertido en regla de oro: no opino del proceso de paz. Pero tampoco de otros asuntos que no me fueron delegados”, dice.

¿Es cierto que va a renunciar antes de que le toque?, le pregunto. Quedan pocos minutos para aterrizar en Bogotá y finalmente accede a darme la entrevista.

“No. Es más, no se si lo haga”, me dice. Pero agrega: “Sí me parece inadecuada la inhabilidad sobreviviente. Me medí como vicepresidente con unas reglas de juego y el cambio en la ley de equilibrio de poderes se hizo con nombre propio. Eso viola cualquier principio.”

Pero sí va a ser candidato para el 2018, le digo.

"No he tomado la decisión. Tengo un compromiso muy grande con el país. No hay nada más gratificante que las tareas que tengo a mi cargo. Quienes creen que ando obsesionado con ser presidente, que pierdan cuidado."

¿No lo trasnocha ser presidente?

"Para nada. Eso dijeron hace 5 años y hace 4 y hace tres. años Lo que no puedo es estar gastado mi tiempo en controversias estériles de pura politiquería."

¿Se refiere a la controversia con Roy y Serpa?

"Son controversias tan poco productivas."

¿Parece que en todo caso la reunificación liberal ya no se dio?

"Hace ya un tiempo que no se habla de eso. No olvide que muchos nos separamos del partido cuando se nos convino a apoyar la segunda candidatura de Serpa a la Presidencia de la República. Han pasado 14 años desde entonces y en el liberalismo parece que nada haya ocurrido. Tantos años después y siguen bajo las orientaciones de Serpa. Generando las mismas polémicas y controversias que dieron orígen a la gran división y la ruptura que provocó en el liberalismo desde entonces.”

Es un sablazo premeditado a Serpa y yo lo entiendo como un titular que me quiere dar. Conoce la avidez que tenemos los periodistas por albergar una pelea.

¿Se está acercando a uribe

"Estoy tan alejado de la política, me dice el hombre que la desestabilizó en el 2018. Para que lo tenga presente: hace siete años no hablo con el presidente Uribe. La última vez que nos vimos fue en el aniversario del centenario de Carlos Lleras Restrepo."

Le digo que es paradójico que al mismo tiempo que le ha arrebatado a los políticos la corrupción asociada a las licitaciones de obras, le haya dado fuerza a clanes políticos tan cuestionados en las pasadas elecciones.

“El éxito de estos programas ha sido la modalidad de contratación. Casa entregada, casa pagada. Eliminamos los anticipos”, me dice. “Le arrebatamos esta caja menor a la corrupción y a la politiquería. Eso es parte de los buenos resultados.”

Al mismo tiempo hizo alianzas con políticos muy cuestionados, insisto

“No puedo responder por todas las actuaciones del partido. Ni estuve en la dirección del partido. Tampoco me deslindo de la responsabilidad de las decisiones que se tomaron. Ahora el desafío es demostrar que las preocupaciones eran infundadas”.

Por último, y dado que en pocas semanas será operado del tumor en la cabeza –una cirujía que parece de poco riesgo pero que se ha convertido en el tema de moda en los corrillos políticos- le pregunto si es prudente seguir trabajando a ese ritmo a pesar de la recomendación médica.

La pregunta le ofusca un poco: “Ese desmayo no tiene nada que ver con el ritmo de trabajo. Sí tengo un tumor que me voy a operar en enero, y que ocasionó la convulsión. Pero nada tiene que ver con el ritmo de trabajo. Por supuesto que no.”

Al día siguiente tiene programado un viaje similar a Cali, Buenaventura y otros municipios del Valle. Y un par de días después, a Santander.

“Quiero dejar todo listo antes de la operación”, me dice. 

Ya en Bogotá, se monta en la camioneta que lo recoje, y antes de hacerlo le pide a Henao que lo acompañe para la última reunión de trabajo. Son las 9.30 p.m.