lunes, 22 de mayo de 2017

Asesoría

Ofrecemos los servicios de asesoría técnica en revisión de textos escritos para comprobar que se adecue a las normas ortográficas; y examinamos todos los elementos que componen el texto, con el fin de pulir la calidad general de la publicación, y darle además, una coherencia global.

Revisamos y corregimos atendiendo a criterios de coherencia y cohesión semántica, buscando siempre la palabra exacta, evitando reiteraciones innecesarias y atendiendo constantemente a la finalidad, precisión y buen sentido del texto. Hacemos especial hincapié en elegir con precisión los términos empleados en el escrito, en corregir o adecuar equilibradamente los localismos, extranjerismos y modismos.

Además, ofrecemos los servicios de elaboración de los siguientes textos escritos:
  1. Artículos 
  2. Ensayos 
  3. Párrafos 
  4. Críticas
  5. Reseñas
Pueden contactarnos a través de correo electrónico a las siguientes direcciones:


¿Puede ser pobre un político?


El filósofo Norteamericano John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos decía que “Mientras en todas las ciencias se sigue investigando permanentemente, la de la política y cómo gobernar un Estado se ha estancado. Hoy la política y el gobernar se entiende y se practica sólo un poco mejor que hace 4.000 años”.

Esta frase, a pesar de haberse acuñado hace más de doscientos años, increíblemente aún goza de plena vigencia.

Es más, la política moderna no la crean los políticos, ni siquiera los académicos o juristas; sino los empresarios y los periodistas. Tristemente la política, que debería constituir un medio para garantizar las libertades ciudadanas y los derechos civiles, que debería ser un instrumento para construir equidad, seguridad ciudadana, bienestar social y desarrollo económico; hoy es visto como un fin en sí mismo. A lo mejor ésta es la razón por la que vemos cada vez más empresarios y periodistas lanzarse a la arena política; después de todo, es más lucrativo ser político que empresario, y la política es un mecanismo más expedito para obtener importancia y poder que escribiendo columnas de opinión.

Además, en respaldo al postulado de John Adams, pareciera que la política es una ciencia con escasa mejoría en relación con otras áreas del conocimiento

A nadie sorprende la foto que se hizo viral hace algún tiempo del senador mexicano y líder del sindicato petrolero Romero Deschamps viendo un catálogo de yates mientras se discutía la ley nacional anticorrupción. Y pocos se escandalizaron cuando descubrieron al que fuera secretario argentino de Obras Públicas durante el kirchnerismo, José López, enterrando varios millones de dólares de coimas en un monasterio Bonaerense.

Así las cosas, pareciera que quedó anclada en tiempos pretéritos aquel axioma que reza: “los cargos de elección popular deben ser ocupados por los mejores, por aquellos que no tengan tacha moral”.

Pero, si la política seduce a las personas ya ricas, para que amasen cantidades de dinero todavía mayores, ¿Puede existir en este mundo un político pobre?

Bueno, estos casos constituyen las excepciones a la regla, o como dice el refrán “es la excepción que confirma la regla”, pero si buscas bien seguramente los encontrarás.

Un presidente pobre


Uno de los políticos en Latinoamérica más populares de todos los tiempos, que increíblemente terminó su periodo presidencial con un índice de aprobación más alto que al inicio de su mandato, es Pepe Mujica, también conocido como el “político pobre”.

Comencemos por decir que el expresidente de Uruguay no vivía en la casa de gobierno, sino en una chacra (pequeña finca rural dotada de vivienda y terreno para el cultivo y la crianza de animales domésticos), propio de la clase media rural en Uruguay.

A continuación transcribiremos parte de una entrevista concedida por Pepe Mujica a María Casado del canal de televisión español TVE1, en la que explica su ideario político, la austeridad y sencillez con la que vivía cuando era jefe de Estado....

¿Qué es el capitalismo?


¡Lujo, propiedad privada, comercio libre, centros comerciales, industrias, edificios altos y que gane el mejor!

Muchos consideran que el capitalismo constituye un sistema socio-económico que rinde culto a los excesos, al egoísmo, a la desigualdad y a las superficialidades; por eso lo califican como depredador e inmisericorde.

¿Qué tan depredador e inmisericorde es el capitalismo?


Bueno, el economista Adam Smith, fundador intelectual del capitalismo, sostenía que la expectativa de conseguir un beneficio impulsa a la economía, entendiendo el "beneficio" como un rendimiento económico, y que el interés personal de obtener ese rendimiento económico es el motor del bienestar; en ese orden de ideas, que cada uno piense en si mismo beneficia también a los demás.

Además, el economista austriaco Joseph Schumpeter nos enseñó que el sistema de economía de mercado, en el que se desenvuelve el capitalismo, se renueva permanentemente con el fuego creador de la competencia y la innovación; por lo que los grandes adelantos tecnológicos e innovaciones en todos los ámbitos, se suceden en países en los que domina el sistema capitalista.

La cara poco amable del capitalismo...


domingo, 21 de mayo de 2017

La heroica y silenciosa muerte del sargento Copete

Esta es la historia del militar que se infiltró en la guardia personal del narco ‘Megateo’.


Le rompieron los huesos de las manos, los dientes, le destrozaron la mandíbula y los pómulos. Después de una tortura lenta, lo acribillaron a balazos: treinta y tres disparos entre el tórax y el abdomen. Y para que nadie de su entorno tuviera duda de hasta dónde podía llegar su sevicia con los infiltrados, Víctor Ramón Navarro Serrano, ‘Megateo’, grabó el macabro episodio completo.

Nirida Bejarano vio solo la primera parte, no habría podido soportar el resto. Y a pesar de no hacerlo, sufrió pesadillas durante meses imaginando el horror que soportó su esposo, Carlos Andrés Copete.

“Las imágenes comienzan en una casa vieja, de finca, en pleno monte de vegetación frondosa. Va llegando un grupo grande, hombres bien armados, vestidos de camuflado”. Nirida desgrana el recuerdo de las imágenes sin poderse sacudir el dolor. Ha intentado guardar en un rincón de su corazón la tragedia para que sus dos hijos crezcan felices, ajenos a sus tristezas.

“Andrés estaba acostado en un cuarto de piso de tierra, no había puerta, llevaba una pantaloneta, una camiseta roja y chanclas rosas, me llamó la atención el color. Por la luz, supuse que era por la tarde. ‘Megateo’ se dirigió a él, fresco, como si le tuviese aprecio. En ese momento Andrés se levantó.

–“¿Q’hubo, chino? ¿Sí ve? Me hicieron una llamada y usted, Junior, ¿por qué me hizo eso? Me siento traicionado. Íbamos bien, pelado, le tenía mucha confianza”.

Nirida hace un esfuerzo por rescatar esos últimos momentos de su esposo, por relatar la secuencia del video sin desmoronarse. “‘Megateo’ cambió el tono y dijo: Yo sé dónde está su esposa embarazada, su hija… Andrés se apresuró a contestarle: ‘eso es conmigo, es mi trabajo. Haga conmigo lo que sea pero a mi esposa no le haga nada’”, continúa Nirida. “Luego me enteraría de que Junior era su nombre ficticio, el que usaba con esa gente. No quise ver nada más de la grabación”.

Al suboficial no le quedó otra salida que aceptar su pertenencia a Inteligencia. Admitió que era un infiltrado al servicio del Ejército y no el militar torcido, adscrito a la Brigada 30, experto en comunicaciones, que había utilizado de fachada.

En ese instante debió vislumbrar el calvario que le esperaba, pensaría en su hija de 5 años, en su esposa embarazada, en el bebé que ya no conocería. Pero no tenía escapatoria. Ofrendaba su vida por cuidar las espaldas de sus compatriotas, aunque pocos se enterarían. Sería un muerto anónimo como tantos compañeros. “Nos la pasamos en las tinieblas para que otros vean la luz”, reza una máxima de los militares que penetran las redes criminales. 

Lo que seguramente no imaginó es que, tras su muerte, el Ejército dedicaría seis meses a investigar sus últimos pasos así como las finanzas de su familia para cerciorarse de que no era una manzana podrida. Que merecía un lugar en la Galería de los Héroes de Inteligencia Militar.

El sargento era de Aguadas (Caldas). Aquí con su esposa en una sede de las FF. MM.

Foto: Archivo particular

“Dígale a sus hijos que su padre fue un héroe, que llegó más lejos que ninguno de nosotros”, le comentó a Nirida un funcionario de la DEA, tras darle el pésame. Sin embargo, al jefe de Copete, entonces teniente coronel Pedro Rojas, le quitaron la visa. El organismo norteamericano participaba en la cacería en el que por entonces era uno de los mayores narcotraficantes del país, por cuya captura ofrecían 5 millones de dólares de recompensa.

Nirida Bejarano agradeció las palabras aunque no necesitaba que nadie le contara quién era su esposo, la rectitud que rigió su vida, el amor y entrega al Ejército del que hizo gala desde que prestó servicio militar. Le gustó tanto el mundo castrense que ingresó a la Escuela de Suboficiales. Al graduarse, por sus buenas calificaciones, le brindaron la oportunidad de incorporarse a Inteligencia, campo que le apasionaba.

Antes de su primer destino, conoció a Nirida y al año se casaron. Tuvieron la niña, y mientras él ejercía su trabajo y seguía especializándose en investigación judicial y ciminalística, en grafología, siempre con la mirada puesta en su oficio, ella terminó Administración de Empresas y empezó a trabajar en un banco.

La traición


Hay que rebobinar la historia y situarnos en diciembre del 2011. El sargento Carlos Andrés Copete, natural de Aguadas, Caldas, de 32 años, regresa a Ocaña, Norte de Santander, a entregar el apartamento, recoger sus pocos enseres y hacer el empalme con el compañero que le sucedería. Esa es la versión que tiene Nirida. Pero la razón del viaje era otra.

Volvía, pese al enorme peligro que corría, a atar algún cabo suelto para perfeccionar la prueba reina de su misión. Dejaría al descubierto la telaraña de sobornados en todas las instituciones estatales, incluido el Ejército, que había tejido ‘Megateo’.

Desde hacía más de dos años estaba infiltrado en la estructura del jefe máximo del Epl (una disidencia del Ejército Popular de Liberación conocida como ‘Pelusos’). Si bien ‘Megateo’ fue siempre objetivo prioritario, a raíz de la masacre de diez detectives del DAS y siete soldados en el 2006, la búsqueda se intensificó por la región del Catatumbo, Norte de Santander, donde se movía a sus anchas con una tropa numerosa.

Andrés era muy inteligente, controlado, respetuoso, hizo su trabajo con mucha pasión y creo que era consciente de que en cualquier momento lo podían descubrir 

En noviembre del 2011 acudió al búnker de la Fiscalía General con su esposa, que le aguardó en la entrada. “Salió y solo me dijo, ya estoy tranquilo”, apunta Nirida. “Además, en enero comenzaba su curso de ascenso”.

Para su desgracia, en ese encuentro en el que creyó apuntalar su seguridad, estaba cavando su tumba. En algún punto de la cadena el anuncio de que viajaría una última vez y entregaría una valiosa información se filtró. ‘Megateo’ lo supo y planeó su asesinato.

El miércoles 14 de diciembre del 2011, Copete llamó a su esposa desde Ocaña y ella lo notó sereno. Fue la última vez que hablaron. Una fuente que conoce el caso concluyó que la misma noche lo sacaron con engaños del apartamento, le dieron una droga para trasladarlo a la casa donde moriría sin que opusiera resistencia, el jueves lo asesinaron y el viernes su cadáver apareció botado en una cuneta de la vía que de La Vega de San Antonio conduce a Aspasica. Le quitaron el celular, el computador portátil, la pistola Jericó 9 mm que cargaba y su argolla matrimonial. 

“La mamá de Andrés casi se muere al darle yo la noticia. Luego sus papás querían saber qué había pasado, por qué lo mataron, pero yo tomé la decisión de no meterme más, me parecía peligroso y mi prioridad eran mis hijos. Lo enterraron en Jardines de Paz, en el Panteón de los Héroes Muertos en Combate. Andrés era muy inteligente, controlado, respetuoso, hizo su trabajo con mucha pasión y creo que era consciente de que en cualquier momento lo podían descubrir”.

Poco después de su muerte, fue al Club de Suboficiales con su hija de la mano. “No me dejaron entrar, dijeron que (mi pase) estaba inactivo. Insistí por la niña, le dije que era viuda y ni modo. Cinco años demoré en meter derechos de petición y me dejaran entrar de nuevo”, recuerda Nirida.

Héroe olvidado


Fue a mediados del 2016 que alguien de la Policía me habló con admiración del suboficial y de su espantosa muerte, quería que el país conociera a quienes pierden la vida por perseguir criminales, pero solo me dibujó unas pinceladas de su existencia y dio indicaciones de la casa en la que lo mataron. Enclavada en una ladera boscosa, entre La Vega de San Antonio –minúsculo pueblo de calles solitarias– y el diminuto caserío Guayabón. Decidí buscarla.

Llegué en flota a La Vega y al segundo día conseguí un mototaxi con la excusa de conocer la escuela de Guayabón y reportar el abandono estatal de esos territorios apartados. En las regiones que controlan las bandas armadas es necesario justificar tu presencia si los encuentras y si revelaba lo que buscaba, el motorista tampoco me habría llevado. En el trayecto solo divisé una casa que obedecía a la descripción. Le saqué fotos en la distancia porque no encontré razón creíble para subir hasta ella. 

Demoré un año en averiguar quién era Copete y armé parte del rompecabezas que explica su muerte. Aún faltan muchas incógnitas por resolver.

SALUD HERNÁNDEZ-MORA
Especial para EL TIEMPO

Doce horas con los hombres que cazan al ‘clan del Golfo’ en Urabá

A pesar del ‘plan pistola’, ya llegaron al anillo de seguridad de ‘Gavilán’ y van por ‘Otoniel’.


Pobladores de Acandí, Chocó, creen que los jefes de ‘clan del Golfo’ están rezados y que un par de brujas de la zona se encargan de que las fuerzas especiales de la Policía aun no den de baja a los cabecillas de ese poderoso narcocartel. Solo así explican que Roberto Vargas, alias Gavilán, el segundo al mando de esa banda criminal, haya escapado del operativo que le tendieron 15 hombres de la Dipol y la Dijín.

Estuvieron tan cerca de capturar al capo –quien ahora paga por matar policías a mansalva–, que lograron neutralizar a ‘Balboa’, su hombre de confianza. 

“Fue hace 7 días. Llovía y hacía un calor húmedo. La zona estaba minada y había 30 hombres enfusilados. Aunque ‘Gavilán’ se voló, sabe que lo tenemos cerca. Aquí no hay conjuros, estamos los mejores hombres”, narró uno de los oficiales del operativo.

Más de 1.500 uniformados como él hacen parte de Agamenón, la megaoperación de la Policía creada el 2 de febrero de 2015 para desmantelar al clan y a otras bandas que azotan al país. Tras 27 meses de operaciones, acumulan 1.034 capturas, 94 toneladas de coca incautadas y 427 armas decomisadas. Pero, aún falta que caigan Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el jefe del cartel; Luis Padierna, alias Inglaterra, tercero al mando, y ‘Gavilán’, el narco que viola niños de caseríos en donde se esconde. 

EL TIEMPO fue hasta uno de los campamentos madre de Agamenón en Urabá, Antioquia, para indagar cómo es la cacería de este monstruo –heredado del narcoparamilitarismo–, con cerca de 2.000 hombres en armas que delinque en 20 departamentos. 

El lugar está a 20 minutos en helicóptero de Necoclí, Antioquia, y a 650 metros de altura. Está incrustado en el cerro Yoki, en la cordillera Occidental, y solo unos cuantos oficiales saben las coordenadas. Allí, policías monitorean 24 horas las comunicaciones del clan, información vital que le ha permitido al bloque de búsqueda asestar grandes golpes a miembros de su estado mayor y hasta a la mujer de ‘Otoniel’.

El piso del campamento es de barro amarillo y resbaloso, por la lluvia constante de la selva. El aire es denso y el único claro en la zona está dispuesto para que aterrice un Black Hawk al que reciben dos perros guardianes, uno de ellos sordo por cuenta de un explosivo. 

En las carpas apenas cabe una colchoneta y un fusil. Pero en la de un intendente hay un escáner, un potente radio y varias antenas con las que se interceptan las comunicaciones de los cabecillas del clan y de otras organizaciones. 

“Mi general Nieto, acá está el mapa de Colombia con fotos de los que ya hemos neutralizado. Alúmbrenme aquí para que vean que faltan pocos”, explicó el experto cuyo catre está detrás de una garita de vigilancia y al lado del rancho donde controlan hasta el humo para que no los detecten. 

“Ya tenemos el control de un 35 por ciento de sus comunicaciones. Observe: así trabajan mis hombres, enfrentando al mal en la selva”, explicó el director de la Policía, general Jorge Nieto, quien inspecciona los operativos de Agamenón en Urabá y Córdoba.

Esa noche, la cena fue pasta, atún, café y la moral que llevó Nieto, quien les informó que van 150 capturas como consecuencia del ‘plan pistola’lanzado por ‘Gavilán’ en retaliación por los golpes recibidos. En los operativos de Agamenón han muerto 7 policías y 9 han sido asesinados dentro del ‘plan pistola’. Pero aseguran que la moral sigue intacta. 

“No vamos a descansar hasta acabar con esta estructura criminal. Estamos a la ofensiva total”, explicó Nieto. Y agregó que la anticipación y la inteligencia permitió esta semana neutralizar a dos de los asesinos de sus hombres.

Por eso, sacó tiempo para darle la mano y un bono a 6 uniformados cordobeses y a uno de Sucre que evitaron un ataque en Lorica y se enfrentaron a tiros a hombres del clan. Allí, agentes patrullan con chaleco blindado y, algunos con casco, a pesar de los 32 grados de temperatura que los castigan. En esa zona, oficiales le dijeron a EL TIEMPO que ya hay gente del clan que empezó a dar información. Y los pobladores también están ayudando, cansados de que les violen a sus niños.

‘Nadando en coca’


Pero los sueldos que ofrece esa banda a jóvenes desempleados en Córdoba y Urabá parecieran no competir con nada. EL TIEMPO recorrió Carepa, Apartadó y Chigorodó (Antioquia), municipios con fuerte influencia del clan, donde funcionarios y pobladores coincidieron en que la plata de la nueva bonanza cocalera les cogió ventaja.

“En 2015, la cosa estaba medio controlada. Pero ahora nadamos en coca. Por aquí sale casi toda la droga que mueve el clan por el Pacífico. Así cualquier control es difícil”, dijo un funcionario. El poder corruptor es tal que en la nómina del clan hay fiscales, jueces y hasta miembros de la Fuerza Pública que torpedean los operativos.

Hace unos meses fue capturado Walter Ardila, de la Interpol, por venderle datos. Y a principios de este año cayó otro que le pasaba información a Miro Niemeier, el bosnio que comercializaba la coca de ‘Otoniel’ en Europa y Asia.

Y les han encontrado sofisticados fusiles Barret M-95, que no tiene ningún ejército en América Latina.

Aun así, la guerra contra el clan sigue y el teatro de operaciones se coordina desde la base antinarcóticos en Necoclí. En uno de sus muros están las fotos de los cabecillas, lo primero que ve la tropa cuando amanece y lo último que observa cuando se sube a los helicópteros artillados a ejecutar las misiones.

Hace 72 horas, hombres de inteligencia se reunieron allí con el general Nieto para revelarle detalles de dos allanamientos a casas en Carepa, en donde escondían armas y explosivos. EL TIEMPO subió a uno de los helicópteros y, luego, hizo parte de una caravana de 15 carros, con fiscal y general Nieto incluidos, que llegó a una de las casas en donde se halló munición, uniformes y una granada. Pero no hubo capturas porque, según el escaneo de las comunicaciones, un taxista alcanzó a avisar que llegaba la Policía. “Ojo, se les están metiendo por detrás”, alertó.

Horas antes, en Montería, hubo otra reunión a puerta cerrada, en la que le anunciaron a Nieto que se acerca un gran golpe. Mientras este llega, la población de la zona espera que la tropa continúe haciendo presencia y erradique la violencia y la zozobra que causa el crimen organizado.

Van 1.034 capturas y 94 narcotoneladas incautadas


El corte de cuentas de la operación Agamenón es la mejor evidencia de su efectividad, pero también del poderío del llamado ‘clan de Golfo’ al que se enfrenta la Policía. En 27 meses de operaciones sus hombres han capturado a 1.317 individuos, de los cuales 1.034 pertenecen a esa estructura criminal, reducto de las viejas autodefensas. Entre cabecillas capturados está ‘Zeta 5’, ‘Orejas’ y hasta Blanca Madrid, esposa de alias Otoniel y coordinadora de la red financiera de la organización criminal. Pero el principal objetivo neutralizado ha sido Jairo Durango Restrepo, alias Guagua, miembro del llamado ‘estado mayor del clan’. Le sigue Ulder Cardona Rueda, alias Pablito, mano derecha de Gavilán. Este cayó en Arboletes (Antioquia), el primero de mayo, con tres de sus lugartenientes, entre ellos su jefe de seguridad, el ‘Flaco’. En el operativo, se capturó a seis de sus hombres.

Agamenón ha ejecutado 367 operaciones de registro, asalto e interdicción que han permitido, entre otras cosas, incautarle al ‘clan’ 94 toneladas de coca, listas para enviar a Estados Unidos, Europa y Asia. También se les han destruido 81 laboratorios y más de 200 hectáreas de narcocultivos. Y a sus cabecillas y testaferros les han ocupado bienes avaluados en más de 338.000 millones de pesos. En algunos de ellos y en zona rural, la Policía ha encontrado caletas con dinero por 27.447 millones de pesos.

En estos operativos han participado hombres de la direcciones de Antinarcóticos, Investigación Criminal (Dijín), de Inteligencia (Dipol) y de Carabineros (Dicar). Algunos de ellos llevan más de 20 años en la Policía y han participado en golpes a campamentos de la guerrilla e incluso en el operativo del ‘Bronx’ en Bogotá. En noviembre del 2015, por primera vez fueron bombardeados los miembros de la banda en un operativo en Unguía (Chocó). Allí murieron 12 de sus integrantes. Pero Agamenón también tiene un componente social. Con obras hechas por sus hombres, ha logrado beneficiar con agua potable a 100.542 habitantes, y 49.670 niños están en el programa de Prevención de Educación para la Resistencia al Uso y Abuso de las Drogas.

Además, sus enfermeros de guerra atienden a la población.

UNIDAD INVESTIGATIVA

sábado, 13 de mayo de 2017

Los días cuando Colombia y Perú estuvieron cerca de una segunda guerra

Cables desclasificados de la CIA revelan que en 1949 preparaban una ofensiva militar en la frontera.

Tres lustros después de terminada la guerra en la que Colombia confirmó su soberanía sobre Leticia ante Perú, los dos países estuvieron al borde de tener un segundo conflicto bélico. Eso es lo que revelan documentos desclasificados de la CIA que recogen reportes de la embajada de los Estados Unidos en Bogotá desde febrero hasta junio de 1949.

El ‘florero de Llorente’ de esa discordia fue el asilo político concedido por Colombia al líder peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (Apra) en 1924 y opositor del régimen militar peruano. 

Según los cables, militares colombianos estaban listos para pasar a la ofensiva en la frontera si el gobierno del general Manuel Odría se atrevía a tomarse la embajada en Lima, donde vivió como refugiado Haya de la Torre durante cinco años.

La amenaza de un asalto a la sede diplomática era latente, al punto de que durante el tiempo en que el político peruano estuvo allí, el sitio estuvo rodeado de francotiradores a la espera de la orden de fuego del general Odría. Este hecho puso de inmediato a la defensiva al Gobierno colombiano.

El primer reporte, que data del 28 de febrero de 1949, dice que “Mariano Ospina, presidente de Colombia, sostuvo una reunión secreta con el Ministro de Guerra y miembros de las Fuerzas Armadas colombianas en la que se estableció el plan para invadir Güepí, Perú, desde Leticia, Colombia, si el Gobierno peruano llegara a violar la inmunidad diplomática de la embajada colombiana en Lima en un intento de apoderarse de Haya de la Torre”.

El caso de asilo al fundador del Apra, quien fue uno de los líderes más importantes de Perú, es uno de los más conocidos en el tema de conflictos diplomáticos y refugiados políticos en Latinoamérica. El 3 de enero de 1949, Haya de la Torre pidió resguardo en la embajada de Colombia por la persecución que venía sufriendo por parte del general Manuel Odría, quien había llegado a la Presidencia del Perú un año antes, tras un golpe de Estado, y declaraba que Haya incitaba a manifestaciones en su contra.

Hasta donde se sabía, la tensión solo había llegado a nivel político entre ambos países por este caso. De hecho, el historiador Enrique Santos Molano no recuerda que en ese momento se hubiera dado una movilización militar. 

“Hubo una enérgica protesta del Gobierno colombiano y una reiteración de que se mantenía el derecho de asilo y de que, en caso de que se intentara un asalto a la embajada, habría un rompimiento de relaciones con todas sus consecuencias –sostiene–. Pero de movilización de fuerzas militares no hubo noticia”. De hecho, la hermandad entre los dos países, luego de los hechos del Amazonas, es considerada un ejemplo en la región.

Sin embargo, los nueve documentos desclasificados de la CIA hablan de la acomodación de tropas colombianas en la frontera amazónica, de una posible alianza militar entre Colombia y Ecuador contra Perú y de un supuesto intento de retaliación por este último país.

Para principios de marzo del 49, de acuerdo con los reportes secretos de la embajada, el Gobierno colombiano enviaba constantemente “refuerzos de grupos motorizados y de infantería” a la frontera colombo-peruana. También, armas y suministros a la base aérea de Tres Esquinas, en Caquetá, “y a otras ciudades en la porción central de Colombia que están preparadas para un ataque en la frontera”. “Tres B-25 completamente equipados y siete P-47 (aviones Boing y Thunderbolt, respectivamente), de los cuales tres están armados, serán localizados en Villavicencio. Dieciséis AT-6 (North American T-6 Texan), con armas montadas en sus asientos traseros, serán localizados en Neiva”, reporta el cable del 3 de marzo de 1949.

El despliegue de militares por el sur del país se estaba dando en respuesta al rechazo del Gobierno peruano de garantizarle el salvoconducto a Haya de la Torre para que saliera de su territorio. El 4 de marzo, la Oficina de Relaciones Exteriores de Colombia presentó una nota como objeción a la negación del salvoconducto, y cuatro días después el mismo Odría pronunció un encendido discurso en Lima en el que fustigó a Colombia y aseguró que para Haya solo podía haber cárcel.

Posible alianza militar


De acuerdo con los documentos desclasificados, desde febrero de ese año el entonces presidente, Mariano Ospina, no solo mantenía reuniones con miembros del Ministerio de Guerra colombiano, sino también con el presidente de Ecuador, Galo Plaza Lasso, para discutir una “posible alianza militar” frente a una eventual ofensiva del Perú.

En un documento del 16 de marzo se afirma que el Presidente de Ecuador, después de su regreso de Bogotá, le contó a un amigo cercano que había discutido “una alianza militar secreta con el Presidente de Colombia”. Según el reporte recibido en Washington, Ospina llegó a decir: “Las dificultades entre Colombia y Perú solo puede ser arregladas a la fuerza, y como Perú es enemigo común de Ecuador y Colombia, los dos países deberían unirse en este asunto”. El Presidente de Ecuador, agrega el reporte, se comprometió a analizar la idea de la coalición.

Tras el regreso de Plaza a su país, reportó la embajada, “varios miembros del staff general de las Fuerzas Armadas de Ecuador se encontraron en privado con el Ministro de Defensa (Manuel Díaz Granados), con el propósito de alentar al Ministro a que prevalezca sobre el Presidente para discutir tal alianza con Ospina Pérez”.

El 16 de marzo, los diplomáticos norteamericanos en Bogotá reportaron la “aprobación” por el Partido Conservador ecuatoriano “de conversaciones sobre tratados entre los dos presidentes”. Rafael Florencio Arizaga, quien para entonces era el líder de este partido, sostuvo que su coalición “había tomado una postura a favor de la autorización de Plaza para discutir la alianza militar con Colombia”, pero que bajo ninguna circunstancia se le permitiría concluirla o firmarla sin primero cumplir con los requisitos constitucionales.

Perú decidió llevar el caso Haya de la Torre a la Corte Internacional de Justicia en abril de 1949. Un cable fechado el 8 de ese mes reportó que ese paso “ha disminuido la tensión en Colombia”, al punto de que el Gobierno colombiano “dio órdenes a la Fuerza Aérea para abandonar la frontera”, aunque en el terreno permanecerían fuerzas adicionales de infantería. Pero esto no marcó el fin de la estrategia militar.

Mientras esto pasaba entre Bogotá y Lima, en Quito la actividad era intensa. El ministro ecuatoriano de Defensa, Díaz Granados, le ofreció a Colombia entregar información de inteligencia sobre los movimientos peruanos.

Pero la ayuda no era desinteresada, pues, según los mismos cables, el deseo de Ecuador de tomar un papel activo en la disputa “podría ser una oportunidad para eventualmente realizar un reajuste en los límites acordados de su frontera en 1942 (Protocolo de Río de Janeiro)”.

A mediados de mayo, Díaz recibió información de que los peruanos estaban fortaleciendo sus guarniciones a lo largo de la frontera con su país y que además estaban “planeando acciones militares contra Colombia”. La ofensiva, según la información, estaba calculada para junio, “cuando el factor estacional pueda ser más favorable”.

Su reacción fue designar una comisión a cargo de los tenientes coronel César Alfaro, Carlos Patiño y Ernesto Villacis, del equipo general del Ejército de Ecuador, para que fueran a la frontera a investigar sobre el terreno.

En junio, Díaz informó que se había efectuado el arresto de cinco soldados peruanos cerca de la zona de Tulcán. “Tres ingenieros y dos oficiales de la Fuerza Aérea estaban sin duda envueltos en espionaje en la medida en que fueron encontrados con muchos documentos de carácter topográfico. Los documentos, junto con los peruanos, fueron entregados a autoridades colombianas al momento del arresto”, relata el cable de la Embajada en Bogotá.

Con todo esto, los mismos documentos de la CIA retratan que la amenaza militar fue ocultada a la opinión pública y que los medios de comunicación de la época no documentaron la tensión durante esos seis meses. “A pesar de los rumores alarmantes de los ataques en la embajada de Colombia en Lima, la prensa colombiana y el público están en extrema calma”. Y en otro documento se afirma que “la prensa colombiana ha dado mucha publicidad a la actitud peruana, pero se ha abstenido de mencionar las actividades militares colombianas”.

Después de este hecho no hay más documentación sobre el conflicto militar que casi termina en una segunda guerra entre Colombia y Perú. Finalmente, la embajada colombiana en Lima nunca fue atacada, y el fallo de la Corte Internacional de Justicia salió un año después.

Aunque el fallo del 20 de noviembre de 1950 de la CIJ reconoció el carácter de asilado político de Haya de la Torre, dejó a ambos países más enredados: Colombia no estaría obligada a entregar al refugiado, pero Perú tampoco tenía la obligación de entregar el salvoconducto. La discusión para resolver este embrollo duró cuatro años.

“Luego de un extenuante proceso jurídico y diplomático, los representantes colombianos, Alberto Zuleta Ángel y Carlos Sanz de Santamaría, y los peruanos, Hernán Bellido y David Aguilar Cornejo, celebraron un convenio en Bogotá, el 23 de marzo de 1954, que permitió solucionar satisfactoriamente la situación existente”. Así lo documentó el embajador de Perú en Colombia, Harold Forsyth, en un artículo que escribió para EL TIEMPO el 6 de abril del 2004.

El 7 de abril de 1954 pasaría lo que Víctor Raúl Haya de la Torre esperó durante cinco años y tres meses: salió del encierro rumbo a suelo mexicano, donde vivió por tres años. En 1957, ya con Odría fuera del poder, volvió a Perú. En 1962 ganó la presidencia, pero un golpe militar no permitió que la izquierda tomara el poder en ese país. Murió en 1979.

La confrontación por el Amazonas duró 2 años


A mitad de su mandato, el presidente Enrique Olaya Herrera recibió la noticia de un asalto a Leticia por tropas peruanas.

La madrugada del 1.° de septiembre de 1932, un grupo de peruanos, en cabeza del alférez Juan de la Rosa y el ingeniero Oscar Ordóñez, se tomaron a la fuerza esta población bajo el reclamo de supuesta soberanía sobre este territorio, que ya había sido resuelto a favor de Colombia 10 años antes con el Tratado Salomón-Lozano.

Los respaldó el presidente peruano de ese entonces, el general Luis Miguel Sánchez Cerro, quien enseguida oficializó reclamos por el territorio de Putumayo y Amazonas.

Aunque Colombia se enfrentaba a la trayectoria militar que tenía Perú, entre febrero y marzo de 1933, bajo el liderazgo del general Alfredo Vásquez Cobo, logró dar golpes certeros en el puerto de Tarapacá, en la guarnición de Güepí y Puca-Urco, en la ofensiva para recuperar el territorio tomado por los peruanos.

Esto cambió el curso de la guerra, que se resolvió por vía diplomática después del asesinato de Sánchez Cerro. Con el general Óscar Benavides, quien lo sucedió, se logró llegar a un acuerdo, y el 24 de mayo de 1934 se firmó el Protocolo de Río de Janeiro, con el que se ratificó el tratado que ya establecía los límites entre ambos países.

LAURA CAROLINA ÁVILA CORTÉS
Especial para EL TIEMPO

El papel clave que juega el ejército en la crisis de Venezuela

Mientras el gobierno elogia la labor de los militares y amplía sus poderes, la oposición les exige lealtad a la Constitución. Los uniformados pueden ser de nuevo un factor en el desenlace de una crisis que dura ya más de cinco semanas, que ha dejado casi 40 muertos y que no tiene final a la vista.


En un país que en 25 años vivió tres intentos de golpe de Estado y que atraviesa una grave crisis económica y política, es normal que muchas miradas estén puestas en el ejército.

Es lo que sucede hoy en Venezuela, donde desde hace cinco semanas parte de la población protesta en la calle contra un gobierno con un fuerte componente militar no ajeno a las tensiones.

Hay varios datos que indican la fuerte conexión entre ejército y gobierno. Estos son algunos.
De los 29 ministros del gabinete, 10 son militares o exmilitares.

Pese a que las fuerzas armadas deben ser apolíticas, según la Constitución, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, cierra así sus comunicados: "Chávez vive, la patria sigue. Independencia y patria socialista".

Desde septiembre del año pasado hay oficiales encargados de la distribución de aceite, arroz, café y de muchos otros rubros de alimentación e higiene. Incluso hay uno responsable del papel higiénico, las toallas sanitarias y los pañales desechables.

Decenas de personas arrestadas recientemente en protestas y saqueos están siendo juzgadas por tribunales militares, lo que ha generado las críticas de ONGs y hasta de la Fiscalía.

Y recientemente, el presidente, Nicolás Maduro, dijo que la Constituyente que prepara para rehacer la Carta Magna será "militar", aunque no dio más detalles.

Estas son algunas razones por las que el ejército es un actor político clave hoy en día.

Dependencia constante


"Nunca antes como ahora habíamos visto tanta presencia militar en la sociedad", dice a BBC Mundo Hernán Castillo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar y experto en seguridad, defensa y en relaciones civiles y militares en Venezuela.

Esa dependencia entre sociedad y ejército es constante en la historia contemporánea de Venezuela.

Sobre todo desde que el comandante Chávez promovió la recuperación de los derechos políticos de los militares en la Constitución de 1999.

Pero ahora aún alcanza una cota mayor.

"La Fuerza Armada se involucró más en el desarrollo nacional y en la vida pública", analiza en diálogo con BBC Mundo el exmilitar Clíver Alcalá, leal a Chávez, al que acompañó en el intento de golpe de febrero de 1992, pero crítico con su sucesor, Maduro.

"Ahora con Maduro se ha generado mayor exceso en la dependencia del presidente ante la Fuerza Armada, porque ha ido perdiendo apoyo político en los civiles. Ha asumido un viraje hacia lo militar en la búsqueda de mantener apoyos", dice Alcalá.

A más presencia pública, más responsabilidad le achacan los opositores al ejército en un momento en el que culpan al gobierno de la crisis económica y política y hasta de una deriva autoritaria.

De ahí que las apelaciones cada vez sean más directas.

"Hago un llamado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. No dejen que se les utilice como herramienta de presión política", dijo, por ejemplo, Julio Borges, uno de los líderes de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional.

El diputado opositor José Manuel Olivares, por su parte, fue más contundente este miércoles: "Fuerza Armada Nacional, generales, capitanes, tenientes, ustedes son el muro entre la Venezuela que quiere cambio y la Venezuela que defienden con balas".

El gobierno asegura que con esos llamados lo que buscan sus rivales políticos es una insurrección golpista. La oposición dice que solo quiere apelar a la conciencia de los rangos medios y bajos del ejército para que no cumplan las supuestas órdenes de represión.

Hermetismo


En el hermético mundo militar poco trasciende. La cúpula da muestras de cercanía con un gobierno que ha dado a las fuerzas armadas una gran cuota de poder más allá de la defensa y seguridad, como por ejemplo con la importación y distribución de alimentos.

Alcalá, que fue mayor general y estuvo 34 años en el ejército, considera "contra natura" que haya empresas militares involucradas en la administración económica del país.

Aunque la cúpula parece bastante leal a Maduro, algunos analistas dicen que el descontento es palpable en los rangos medios y bajos.

El líder opositor Henrique Capriles reveló hace varios días que 85 oficiales fueron detenidos por mostrar descontento y que más de 1.000 soldados están pidiendo la baja por el mismo motivo.

"Eso sería un cisma en la fuerza armada", dice a BBC Mundo Rocío San Miguel, experta en defensa, directora de la ONG Control Ciudadano y escéptica ante los números que da Capriles, dos veces candidato presidencial.

"Esa cifra especulativa no existe, no existe tal cantidad de oficiales por subversión, en lo absoluto", rechazó en una entrevista con la agencia EFE el ministro de la Defensa, Padrino.

El gobierno sí confirmó a final de abril que tres militares habían solicitado refugio en Colombia y pidió su entrega. Los acusa de querer instigar un golpe de Estado.

"El verdadero sentir no se ve", dice Alcalá. "Siento que la cosa no está bien, definitivamente hay un quiebre", afirma sin dar información que lo respalde.

La sombra de Baduel


En la sombra aparece la figura de Raúl Baduel, exmilitar, exministro de Defensa con Chávez y hombre clave en el retorno del presidente al palacio de Miraflores tras el golpe de 2002.

Baduel se fue alejando de Chávez y en 2010 fue condenado a ocho años por un delito de corrupción.

Este mes de enero, cuando ya disponía de libertad condicional, fue arrestado de nuevo. Días después se publicó una carta supuestamente escrita por él en la que llamaba al "desconocimiento de un régimen autoritario".

¿Pero tiene el ejército la solución al conflicto?

"La participación política de los militares en las crisis venezolanas es tradicional. Sin embargo, en esta oportunidad, la crisis no requiere de la intervención de los militares", opina el profesor Castillo.

"La intervención agudizaría todos los problemas", agrega sobre un eventual golpe. El experto sí cree que podrían presionar para una salida pacífica y la convocatoria de unas elecciones generales, reclamo de la oposición.

Y la sombra del golpe


El golpe de Estado es una salida que rechazan prominentes líderes opositores como Henry Ramos Allup, diputado y expresidente de la Asamblea Nacional, quien esta semana en el parlamento lo consideró un "peligro" y lo calificó como solución "nefasta".

El profesor Castillo lo descarta de pleno, pese a cierta tradición golpista en la historia contemporánea del país.

"Una salida militar no es deseable y afortunadamente no es posible. Un golpe clásico como en los (años) 70 no es posible. Además, la coyuntura internacional ya ha cambiado, ya no estamos en Guerra Fría", afirma.

Para Alcalá "no hay necesidad" de un golpe, sino de hacer cumplir la Constitución.

"Siento que cada día se acerca más el cumplimiento de la Constitución", dice con el mismo aire críptico que rodea hoy en día a la Fuerza Armada de Venezuela.

El edificio verde que oxigena al barrio Rosales, en Bogotá

Según Green Roofs, este es uno de los jardines verticales más altos del mundo.

Con más de 115.000 plantas a lo largo y ancho de su fachada, el edificio Santalaia, ubicado en la calle 76 con 4.ª, en Bogotá, les da oxígeno a más de 3.000 vecinos del sector.

Tiene un jardín vertical de más de 3.117 metros cuadrados que, según la revista Green Roofs –entidad americana sin ánimo de lucro que promueve la arquitectura de techos y paredes verdes–, lo convierte en uno de los más grandes del mundo. 

La idea de levantar el edificio fue desarrollada por Exacta Proyecto Total, con el apoyo de Groncol y el aporte tecnológico de la organización Paisajismo Urbano. 

Este innovador concepto de arquitectura verde limpia las emisiones de carbono que producen 745 carros.

El proyecto se inició para devolverle a la ciudad el verde que se había perdido y se desarrolló bajo la dirección del arquitecto Luis Guillermo Vallejo, que hizo equipo con el diseñador Carlos Lleras. “El reto no fue fácil; fue un trabajo en conjunto, donde se le puso el cuerpo y el corazón para construir algo que tuviera un sentido y un propósito para la ciudad”, aseguró el arquitecto.

Al final, cuando el proyecto terminó, él y sus socios no pudieron ocultar la emoción de estar parados frente a lo que parecía un parque natural inclinado, que se mezclaba con el cielo, para crear una vista que vale la pena guardar para siempre en la memoria.


Santalaia está ubicado en la parte oriente de la carrera 7.ª, así que a tres cuadras arriba es todavía difícil de observar. Hay que subir cuatro cuadras o más para percibir su verdor espectacular. “Es una lástima que la mayoría de bogotanos no estén enterados de la existencia de este edificio tan majestuoso”, se lamentó Vallejo. 

El constructor también expresó que debido a su poca información y a su ubicación, que no es central, las personas se están perdiendo la oportunidad de admirar un paisaje urbano diferente, que contribuye con el medioambiente y que puede ser aplicado en los hogares colombianos.

Para los residentes del barrio Rosales esta edificación es sinónimo de orgullo y no pueden ocultar su admiración. “Siempre que paso por ahí para llevar el perro al parque, es inevitable no mirarlo, es asombroso que se estén haciendo cosas como estas en Bogotá, y más si ayudan a reducir la contaminación del aire y contribuyen al planeta”, señaló Valentina Pedreros, estudiante de Derecho y residente del sector.

Para Miguel Ángel Cubillos, vigilante del edificio, este es un ambiente tranquilo, similar a la sensación de caminar por el campo, además de que se respira un aire más puro. 

Según el Instituto de Estudios Urbanos, la localidad de Chapinero tiene un alto flujo vehicular en corredores como la avenida Circunvalar, la Caracas, las carreras 7.ª, 13 y 15, o también en la calle 72, lo que genera alta contaminación del aire, debido a gases tóxicos, como el monóxido de carbono y el óxido de nitrógeno.

Con respecto a su nombre, ‘Santalaia’, está inspirado en Santa Eulaia, la patrona de los municipios de Barcelona (España). 

Cuenta la leyenda que en la época romana, Eulaia fue una niña educada en el cristianismo y con tan solo 13 años ella decidió ir a reclamarle al perfecto romano de Hispania, Publio Daciano, los abusos que estaba sufriendo su comunidad, ya que en esa época había una persecución a los cristianos.

Tuvo mala suerte, pues Eulaia fue condenada por Daciano a trece martirios, las torturas fueron desde desgarrarle la piel con ganchos hasta su propia crucifixión. 
Más adelante, fue canonizada en el año 663, como Santa Eulaia, que en catalán sería Laia. 

Esta edificación tiene 42 estaciones de riego que se alimentan de aguas lluvias y aguas recicladas. Así mismo, cuenta con un sistema computarizado, lo que significa que en días de mucha lluvia avisa que no es necesario regar sus plantas.

El único problema para algunos residentes es la presencia de insectos, pues a pesar de que rocían las plantas con insecticidas, se deben mantener las ventanas cerradas, para evitarlos. Estos apartamentos tienen el mismo costo que los demás del sector.

jueves, 11 de mayo de 2017

ABC de las obras de las esclusas y compuertas para el nuevo Canal del Dique



El gerente del Fondo Adaptación, Iván Mustafá Durán, y el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, en una visita ayer a El Universal, informaron que los diseños definitivos para construir las esclusas en el Canal del Dique (una en Calamar y la otra en Puerto Badel, Arjona) ya están listos.

Para ambos funcionarios, estamos frente a la obra de infraestructura y de ingeniería más importante en el departamento, toda vez que se le pondría fin a las inundaciones de las poblaciones que están sobre el canal (Atlántico y Bolívar); mejorará en un cien por ciento la navegabilidad pues se acabaría con la sedimentación y la llegada de esta a la bahía, cuya entrada amenaza seriamente; y por último, la recuperación de todo el cuerpo cenagoso de la zona lo que aumentaría su fauna y flora y su parte productiva, lo que impactaría en la población que depende directamente de estos cuerpos de agua.

“Por primer vez ya los diseños definitivos están, a finales de mes serán aprobados por la interventoría del proyecto, esto para darle inicio a dos acciones. La primera: el permiso ante la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales), que en dos o tres meses debe estar listo; y dos, la estructuración financiera y contractual.

Estamos hablando de un proyecto de 2 billones de pesos en donde requerimos estructurar cómo se obtienen los recursos, ya sea con una alianza público privada, a través de una concesión, bajo qué vigencias, en qué año, y programar la ejecución de las obras”, explicó Mustafá Durán.

El funcionario explicó que estas obras son para varios objetivos primordiales: “controlar la entrada de sedimentos al canal y para que la entrada a la bahía de Cartagena no se vea amenazada; se garantizará el agua potable de Cartagena; se recuperarán todas las ciénagas que se han destruido taponando las entradas de esos canales que han generando pobreza. Además, la navegabilidad, pues con garantizamos unos niveles del río en el canal de manera más rentable; y por último controlar las inundaciones”, precisó.

Otro de los grandes impactos que se pretende tras las construcción de las esclusas “es que se generará un aumento en el turismo, que incidirá en el desarrollo económico. Esto va a llevar a que todo el mundo quiera conocer este proyecto. Se generará una dinámica distinta alrededor de esto”.

La firma holandesa Royal Haskoning DHV, cuyo representante es Fortunato Carvajal, le entregará al Fondo Adaptación los diseños el próximo 9 de mayo. Mustafá dio a entender que las esclusas serán una especie de “mini canal de Panamá” y deberían estar listas en los próximos cuatros años.

Por su parte, Turbay Paz destacó que lo más importante es que la identificación de la solución definitiva para la recuperación total del Canal del Dique y todo lo que esto conlleva ya está lista y ya dejó de ser ‘puros anuncios’ y es una realidad.

“Ya se tiene un proyecto definitivo para la solución ambiental, de transporte, protección de los municipios, de los cuerpos de agua, y para entender cómo salvamos la navegabilidad en la bahía. Estamos frente a un proyecto que nos dice cómo lo vamos a hacer y cuánto nos costaría”, precisó el mandatario de los bolivarenses, porque hay diseño fase 3.

Agregó que este si bien Bolívar, junto con el Atlántico (con el gobernador Eduardo Verano de la Rosa) están unidos para que el éxito de este proyecto se cumpla en su totalidad, sin duda no solo será beneficioso para ambos departamentos sino para todo el país.

Fue enfático en señalar que “toda la dirigencia gremial, industrial y política de Cartagena y Bolívar, tenemos que unirnos, en alianza con el Atlántico, para hacer el requerimiento para esa financiación ante el Gobierno nacional y poder estar próximos a su contratación.

“Es decir, los recursos no están completos, solo hay una parte en cabeza del Fondo Adaptación y eso es lo que nos corresponde como autoridades para que rápidamente, el presidente Juan Manuel Santos, el Ministerio de Hacienda, Planeación Nacional, los ministerios de Transporte y de Medio Ambiente, se puedan alinear en este propósito que es para todo el país”.

Las inundaciones del 2010 según Mustafá Durán no se dieron por el desbordamiento del Canal, si no por el rompimiento de los diques hechos por las mismas personas de los pueblos.

Las obras


Este año, entre los municipios de Calamar (Bolívar) y Santa Lucía (Atlántico) se rompió un boquete que ya está reparado, ahora falta construir una compuerta y un edificio de control, la presa de control de caudales, una esclusa para navegación y ahí habrá oficinas, talleres y parqueaderos, según se muestra en el proyecto.

En Calamar estará una esclusa que tendrá el objetivo de bajar el caudal de las aguas y de la sedimentación, quiere decir esto que se reducirán de 550 a 250 metros cúbicos de agua por segundo.

Las esclusas están diseñadas para un convoy de 3 x 2 barcazas (2 barcazas en manga y 3 de largo, 6 en total), y tendrán 250 metros de largo y 33,5 metros de ancho.

Las compuertas de control para la navegación que se construirán están diseñadas de tal manera que al cerrarse en su totalidad o en su defecto permitir el paso de 1.000 metros cúbicos de aguas por segundo. Las que se construirán en Puerto Badel (Arjona) entrarían a terminar de llevar la entrada del sedimento a la Bahía de Cartagena a casi cero.

Los $2 billones que requiere el proyecto se proyectan así: 1.7 billones de pesos para construir las esclusas y las compuertas (son integrales), y más $300 mil millones para la recuperación de las ciénagas.

Avanzan las obras de protección 


Las obras de protección para todos los centros poblados, mas los tramos viales tienen un 48% de avance, frente a un 44% que se tenía proyectado para esta fecha. Para diciembre ya debe estar en un 90% y el resto en el primer semestre del 2018.

“Todas las obras que se requerían para que no suceda lo que pasó en el 2010 y 20011 ya están 100% terminadas, es decir el boquete que se abrió entre Santa Lucía y Calamar ya está tapado más los caños por los cuales se evacuaron esas aguas.