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viernes, 20 de julio de 2018

Buenaventura-Puerto Carreño: la vía del siglo XXI

El país espera la construcción de este megaproyecto de 1.490 kilómetros de longitud.


La historia de las carreteras en Colombia, más allá del apasionante anecdotario que atesora, ha dejado –por efecto de las condiciones geográficas– una paradójica herencia: variopintas troncales que recorren el país de norte a sur y de sur a norte, pero curiosamente ni una sola transversal que interconecte, de manera directa, al occidente con el oriente.

El fenómeno, entre muchos otros aspectos, es el resultado de las desafiantes condiciones topográficas del país, pero, sobre todo, de la localización estratégica de las terminales portuarias, que se despliegan sobre las costas del Caribe y el Pacífico.

La incubación de dichos trazados, en dirección norte-sur y viceversa, bien podría decirse que comenzó a darse durante la dictadura de Rafael Reyes, quien en el segundo año de su periodo de gobierno (1904-1909) dio vida al Ministerio de Obras Públicas, entidad que entonces concentró esfuerzos en direccionar las vías nacionales, desde el interior hacia las costas. Posteriormente, en épocas de Laureano Gómez, el ministerio definió las troncales sur-norte, desde la frontera con Ecuador hasta los puertos sobre el mar Caribe.

Hoy, al cabo de una historia que ha olvidado incluir en sus líneas la conectividad entre el occidente y el oriente, finalmente el país decidió embarcarse en lo que algunos hemos llamado ‘la carretera del siglo XXI’. Se trata de la conexión Pacífico-Orinoquia, una transversal que justamente interconectará el puerto de Buenaventura con la altillanura.

Su trazado será más que desafiante: en primera instancia atraviesa la cordillera Occidental, en el tramo ya existente entre Buenaventura y Mulaló. Posteriormente, la vía proyectada pasará por la cordillera Central, entre los municipios de Florida, en el Valle, y Rioblanco, en el Tolima, sin necesidad de dirigirse hacia el alto de La Línea.

Superará también la cordillera Oriental, para así terminar de franquear aquella zona montañosa que por años ha marginado el oriente, y proseguirá su camino por los departamentos del Huila, Meta y Vichada.

De este modo, la competitividad, la inclusión social y la ruptura de barreras fronterizas serán los beneficios que traerá consigo la iniciativa.

Un milagro hecho carretera


Para entrar en materia, vale la pena dar una mirada inicial a las características del megaproyecto. Es una carretera cuyo trazado comprende una longitud de 1.490 kilómetros, desde la costa Pacífica hasta Puerto Carreño, Vichada. A lo largo de semejante recorrido, la vía penetrará en 350 de los 1.122 municipios del país. Además, su área de influencia indirecta cubrirá 12 departamentos, que suman una población cercana a los 13 millones de habitantes.

Por otra parte, la construcción de la megaobra demandará recursos cercanos a los 8.000 millones de dólares, y con su entrada en funcionamiento se verán impactados directa e indirectamente millones de habitantes de las regiones arriba mencionadas.

Es evidente entonces que el país está presenciando el nacimiento de una iniciativa de dimensiones colosales. Colosales no solo por las características ya descritas, sino por el impacto que tendrá en materia económica. Se estima que una vez opere, la carretera movilizará 15,9 millones de toneladas de carga al año, así: el 40 % de la producción nacional de arroz, el 50 % de la producción de palma, el 32 % de la de maíz, el 71 % de la de soya, el 28 % de los productos cárnicos, el 77 % del petróleo, el 93 % del etanol y el 97 % del azúcar. No hay que olvidar que la zona de influencia de la transversal Pacífico-Orinoquia es catalogada como la futura despensa alimentaria del país. Allí se concentra el 23 por ciento del PIB nacional.

Ahora, en asuntos relacionados con el comercio exterior, la transversal optimizará la infraestructura de fronteras y permitirá conectar la altillanura con mercados internacionales como, por ejemplo, los que conforman la Alianza del Pacífico, que representan un universo para nada despreciable de 220 millones de habitantes.

Últimos avances


Actualmente, bajo la orientación del Invías, una firma especializada trabaja en la elaboración de los diseños técnicos del corredor. Una vía que, más allá de sus evidentes virtudes, también incorporará elementos innovadores: en uno de sus tramos, en la propia cordillera Central, se construirá un túnel que permitirá que los vehículos ingresen allí y, mediante un práctico sistema, puedan ser transportados sobre una plataforma férrea. Tan pronto finalicen el recorrido del túnel, los vehículos volverán a la carretera.

El pasado 19 de febrero, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) dio luz verde para iniciar los estudios del mencionado tramo férreo, cuya longitud será de 40 kilómetros y su altura promedio, de 1.450 metros sobre el nivel del mar.

Esto significa que la conexión Pacífico-Orinoquia se convertirá en la primera carretera del país que combinará de manera integral al menos dos sistemas de transporte, lo que los expertos denominan intermodalidad.

Dicha solución ferroviaria permitirá además conservar las fuentes de agua provenientes de la parte alta de la cordillera, así como el complejo de lagunas que circundan el área donde se construirá el referido túnel. Asimismo, garantizará una importante reducción en los costos de operación vehicular y brindará una mayor seguridad a los usuarios viales.

Vale destacar, por otra parte, que en la zona más cercana a la frontera con Venezuela, puntualmente en el tramo ubicado entre Puente Arimena y Puerto Carreño (650 km), la Anla ya estudia las alternativas ambientales respectivas. La firma consultora a cargo de los estudios está a la espera de una respuesta para continuar allí con los diseños.

El proyecto va por la senda correcta. La invitación ahora es para que el nuevo gobierno y los del futuro –mediante la banca multilateral, entre otras fuentes– se la jueguen a fondo en la consecución de los recursos que garanticen la financiación del corredor. Recordemos que esta iniciativa forma parte de los proyectos incluidos en el Plan Maestro de Transporte Intermodal, esa hoja de ruta que trazó el Gobierno para orientar el devenir de la infraestructura nacional hasta el 2035.

Así pues, el clamor de un país que por años demandó la construcción de un corredor que pudiera entrelazar la costa del Pacífico con la despensa agrícola de la altillanura finalmente empieza a tener eco. De la voluntad política, de la ‘complicidad’ de las comunidades asentadas a lo largo del trazado y de un apalancamiento financiero bien estructurado dependerá entonces que tan anhelado proyecto se haga realidad. Todo indica que así puede ser.

JUAN MARTÍN CAICEDO FERRER*
* Presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Infraestructura
Especial para EL TIEMPO

sábado, 29 de julio de 2017

Lo nuevo que trae la APP para navegabilidad del río Magdalena

Más kilómetros de obras para encauzar el río y draga permanente en Barranquilla, entre novedades.


La nueva asociación público privada (APP) del río Magdalena, cuya licitación el Gobierno Nacional aspira abrir en septiembre de este año y adjudicar en enero del 2018 para que las obras empiecen luego en febrero, tendrá varias novedades frente a la anterior APP. De acuerdo con el ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas, “será de mayor alcance e inversiones y le servirá más al río y a la navegabilidad”. 

La licitación que se adjudicará a 10 años, por 2,24 billones de pesos, obliga a la APP a cubrir más kilómetros del río con las obras de encauzamiento, a beneficiar más a la población ribereña y a que instale una draga permanente en el canal de acceso a Barranquilla, según algunos de los cambios que se hicieron.

El proyecto para mejorar la navegabilidad en el río cubre 908 km, entre Puerto Salgar (Cundinamarca) y Bocas de Ceniza (Atlántico). Hoy son navegables 652 km, de Barrancabermeja (Santander) a Barranquilla. La anterior APP debía hacer las obras de encauzamiento (como anclajes, diques para direccionar las aguas y protección de orillas) en 256 km, de Barrancabermeja a Puerto Salgar. 

Con la nueva APP, las obras se ampliarían mínimo y obligatoriamente a 278,1 km., más allá de Barrancabermeja, aunque Cormagdalena aspira a que con obras voluntarias, por cuenta de la concesión que gane la licitación, se extiendan a un total de 303,7 km. 

Para ello, el director (e) saliente de Cormagdalena, Luis Fernando Andrade, y presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) –entidad que por convenio estructuró la APP–, explicó que a la nueva APP se le fija la obligación de ampliar las obras de encauzamiento en 22,1 km, de Barrancabermeja hasta la desembocadura del río Sogamoso. 

“Es la zona donde más sedimentación está teniendo el río ahora”, afirmó. Ahí tendrán que hacerse 12 estructuras de encauzamiento y remover mínimo 488.800 metros cúbicos de sedimentos. Estos trabajos costarían 135.612 millones de pesos.

En el siguiente tramo de 25,6 km, de la desembocadura del río Sogamoso (Santander) hasta el municipio de San Pablo (Bolívar), las obras serían voluntarias. El concesionario las haría por su cuenta y riesgo y se calcula que el costo sería de 99.758 millones de pesos. 

Otra obligación que se le crea a la nueva APP es de tipo social. Andrade informó que deberá asumir la reparación y mantenimiento de los 27 muelles que operan a lo largo del río, desde Puerto Salgar hasta Barranquilla, que son los que utiliza la población para abordar y salir de las embarcaciones. 

“A cambio, la concesión podría explotar económicamente los muelles de Barrancabermeja, El Banco y Barranquilla. De esta manera, adquiere una obligación pero también tendría nuevos activos que podrían explotar económicamente”, declaró Andrade.

En cuanto al acceso en el área de Barranquilla, en la nueva licitación se incluye el aumento del área de dragado en el canal marítimo de aproximación, en una extensión de 2 kilómetros.

Igualmente, el ensanchamiento del canal de 150 metros a 210 m, entre Bocas de Ceniza y los 2 km aguas arriba. Así podrán ingresar barcos más grandes y no tendrían que entrar ladeados u oblicuos, como sucede actualmente, por efecto de los fuertes vientos y oleajes. 

También, para facilitar las maniobras en el canal de aproximación a los puertos, la nueva concesión ampliaría las zonas de giro, fondeo y, además, reconstruiría los tajamares. 

Se calcula que las anteriores obras en la zona de Barranquilla valdrán alrededor de 34.000 millones de pesos. El concesionario que las ofrezca en la licitación –y que solo tendrá que hacerlas por una vez– recibirá puntos adicionales en la evaluación.

De otro lado, Andrade manifestó que como respuesta a las peticiones de la comunidad portuaria de Barranquilla, se incluyó que la nueva APP disponga de una draga en forma permanente en el canal de acceso, para que se pueda reaccionar rápidamente cuando haya problemas de sedimentación en el río.


Draga permanente


“Hemos analizado que sería un buen negocio para el concesionario que tenga una draga de 3.000 metros cúbicos de capacidad en Barranquilla, porque no solo llevaría a cabo los dragados que requiere el canal, sino que podría ofrecerles los servicios a terceros, cuando no la ocupe –dijo–. Hay una demanda de servicios importante de puertos privados y también en los canales de acceso en las zonas portuarias de Cartagena y Ciénaga”.

Las actividades y obras que deberá desarrollar la nueva APP se financiarían con vigencias futuras de la Nación (2,1 billones), recursos de Ecopetrol (más de 15.000 millones), Cormagdalena (28.000 millones) y recaudo tarifario (66.183 millones).

Otros aspectos que plantea la licitación


1. Trámite ante Minhacienda

La nueva APP estructurada está para aprobación de Minhacienda y de Planeación Nacional.

2. Las fuentes de financiación

Para financiar el nuevo proyecto de navegabilidad se comprometen vigencias desde el 2019 hasta el 2027.

3. Los materiales que usarán

Dejan en libertad el uso de material rocoso, geotextil o mezcla de los dos en las obras de encauzamiento.

4. Estudios obligatorios

La APP debe tramitar la licencia para un futuro corte del meandro Pinillos, difícil de navegar.

5. Harían más obras

La anterior APP debía hacer 168 obras en el río. La nueva tendría que ejecutar más de 20 adicionales.

6. Los equipos que utilizarán

Podrá usar los que tenía Navelena porque debe devolverlos a la Nación, por liquidación.

‘Proyectos deben mirar lo ambiental’: Alfredo Varela
Alfredo Varela de la Rosa, elegido como nuevo director ejecutivo de Cormagdalena, dijo que cuando asuma el cargo, su mayor reto y responsabilidad será la adjudicación de la nueva APP del río . “Este es uno de los proyectos emblemáticos del país y todo lo que lleva la economía del río. Por eso es importante que la APP se adjudique con transparencia y sin ningún tipo de contratiempos, para que se pueda seguir garantizando el desarrollo económico y la sostenibilidad del río”. 

Los borradores de los pliegos de condiciones de la nueva concesión están ya divulgados en la web de Cormagdalena. Varela espera que estos logren la mayor difusión e interés para que en el proceso participen muchas firmas que permitan la escogencia de un buen proponente. Otro reto importante para Varela será que Cormagdalena vuelva a cumplir con la función para la cual fue creada alrededor del río: “Que no solo tenga en cuenta la actividad portuaria y el transporte de carga para el desarrollo económico, sino también el componente ambiental, que lleve a la sostenibilidad del territorio y del país, y el componente energético”, manifestó.

En su concepto, como la corporación administra una fuente de recursos como es el río Magdalena, debe desarrollar las iniciativas que incluyan los aspectos ambientales que garanticen la sostenibilidad del río, pero, al mismo tiempo, contribuyan al desarrollo del país. 

Planteó que, por ejemplo, en un proyecto de reforestación, Cormagdalena debe estar ahí presente. Lo mismo podría suceder con un plan de energía. “Si Cormagdalena administra la fuente hídrica más importante, por qué entonces no entramos a vigilar, regular o acompañar los procesos energéticos que se dan alrededor del río”, dijo.

LUCEVÍN GÓMEZ E.
*Concepto y redacción editorial Unidad de Contenidos Especiales de EL TIEMPO. Con el patrocinio del sector de Infraestructura del Transporte.

jueves, 11 de mayo de 2017

ABC de las obras de las esclusas y compuertas para el nuevo Canal del Dique



El gerente del Fondo Adaptación, Iván Mustafá Durán, y el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, en una visita ayer a El Universal, informaron que los diseños definitivos para construir las esclusas en el Canal del Dique (una en Calamar y la otra en Puerto Badel, Arjona) ya están listos.

Para ambos funcionarios, estamos frente a la obra de infraestructura y de ingeniería más importante en el departamento, toda vez que se le pondría fin a las inundaciones de las poblaciones que están sobre el canal (Atlántico y Bolívar); mejorará en un cien por ciento la navegabilidad pues se acabaría con la sedimentación y la llegada de esta a la bahía, cuya entrada amenaza seriamente; y por último, la recuperación de todo el cuerpo cenagoso de la zona lo que aumentaría su fauna y flora y su parte productiva, lo que impactaría en la población que depende directamente de estos cuerpos de agua.

“Por primer vez ya los diseños definitivos están, a finales de mes serán aprobados por la interventoría del proyecto, esto para darle inicio a dos acciones. La primera: el permiso ante la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales), que en dos o tres meses debe estar listo; y dos, la estructuración financiera y contractual.

Estamos hablando de un proyecto de 2 billones de pesos en donde requerimos estructurar cómo se obtienen los recursos, ya sea con una alianza público privada, a través de una concesión, bajo qué vigencias, en qué año, y programar la ejecución de las obras”, explicó Mustafá Durán.

El funcionario explicó que estas obras son para varios objetivos primordiales: “controlar la entrada de sedimentos al canal y para que la entrada a la bahía de Cartagena no se vea amenazada; se garantizará el agua potable de Cartagena; se recuperarán todas las ciénagas que se han destruido taponando las entradas de esos canales que han generando pobreza. Además, la navegabilidad, pues con garantizamos unos niveles del río en el canal de manera más rentable; y por último controlar las inundaciones”, precisó.

Otro de los grandes impactos que se pretende tras las construcción de las esclusas “es que se generará un aumento en el turismo, que incidirá en el desarrollo económico. Esto va a llevar a que todo el mundo quiera conocer este proyecto. Se generará una dinámica distinta alrededor de esto”.

La firma holandesa Royal Haskoning DHV, cuyo representante es Fortunato Carvajal, le entregará al Fondo Adaptación los diseños el próximo 9 de mayo. Mustafá dio a entender que las esclusas serán una especie de “mini canal de Panamá” y deberían estar listas en los próximos cuatros años.

Por su parte, Turbay Paz destacó que lo más importante es que la identificación de la solución definitiva para la recuperación total del Canal del Dique y todo lo que esto conlleva ya está lista y ya dejó de ser ‘puros anuncios’ y es una realidad.

“Ya se tiene un proyecto definitivo para la solución ambiental, de transporte, protección de los municipios, de los cuerpos de agua, y para entender cómo salvamos la navegabilidad en la bahía. Estamos frente a un proyecto que nos dice cómo lo vamos a hacer y cuánto nos costaría”, precisó el mandatario de los bolivarenses, porque hay diseño fase 3.

Agregó que este si bien Bolívar, junto con el Atlántico (con el gobernador Eduardo Verano de la Rosa) están unidos para que el éxito de este proyecto se cumpla en su totalidad, sin duda no solo será beneficioso para ambos departamentos sino para todo el país.

Fue enfático en señalar que “toda la dirigencia gremial, industrial y política de Cartagena y Bolívar, tenemos que unirnos, en alianza con el Atlántico, para hacer el requerimiento para esa financiación ante el Gobierno nacional y poder estar próximos a su contratación.

“Es decir, los recursos no están completos, solo hay una parte en cabeza del Fondo Adaptación y eso es lo que nos corresponde como autoridades para que rápidamente, el presidente Juan Manuel Santos, el Ministerio de Hacienda, Planeación Nacional, los ministerios de Transporte y de Medio Ambiente, se puedan alinear en este propósito que es para todo el país”.

Las inundaciones del 2010 según Mustafá Durán no se dieron por el desbordamiento del Canal, si no por el rompimiento de los diques hechos por las mismas personas de los pueblos.

Las obras


Este año, entre los municipios de Calamar (Bolívar) y Santa Lucía (Atlántico) se rompió un boquete que ya está reparado, ahora falta construir una compuerta y un edificio de control, la presa de control de caudales, una esclusa para navegación y ahí habrá oficinas, talleres y parqueaderos, según se muestra en el proyecto.

En Calamar estará una esclusa que tendrá el objetivo de bajar el caudal de las aguas y de la sedimentación, quiere decir esto que se reducirán de 550 a 250 metros cúbicos de agua por segundo.

Las esclusas están diseñadas para un convoy de 3 x 2 barcazas (2 barcazas en manga y 3 de largo, 6 en total), y tendrán 250 metros de largo y 33,5 metros de ancho.

Las compuertas de control para la navegación que se construirán están diseñadas de tal manera que al cerrarse en su totalidad o en su defecto permitir el paso de 1.000 metros cúbicos de aguas por segundo. Las que se construirán en Puerto Badel (Arjona) entrarían a terminar de llevar la entrada del sedimento a la Bahía de Cartagena a casi cero.

Los $2 billones que requiere el proyecto se proyectan así: 1.7 billones de pesos para construir las esclusas y las compuertas (son integrales), y más $300 mil millones para la recuperación de las ciénagas.

Avanzan las obras de protección 


Las obras de protección para todos los centros poblados, mas los tramos viales tienen un 48% de avance, frente a un 44% que se tenía proyectado para esta fecha. Para diciembre ya debe estar en un 90% y el resto en el primer semestre del 2018.

“Todas las obras que se requerían para que no suceda lo que pasó en el 2010 y 20011 ya están 100% terminadas, es decir el boquete que se abrió entre Santa Lucía y Calamar ya está tapado más los caños por los cuales se evacuaron esas aguas.

domingo, 5 de febrero de 2017

El futuro de las 4G tras el escándalo de Odebrecht


Tras el escándalo de corrupción en Odebrecht, los proyectos de 4G que aún no tienen cierre financiero podrían retrasarse. En manos de Luis Andrade, presidente de la ANI, está recuperar la confianza, pero deberá hacerlo en medio de su defensa.

Para Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), los últimos días no han sido fáciles. La Procuraduría General de la Nación le abrió indagación preliminar –junto con otros funcionarios investigados– por el contrato Ruta del Sol 2 y los otrosí que se firmaron –en especial el de la adición de la vía Ocaña-Gamarra–, al tiempo que ha tenido que atender entrevistas con la Fiscalía para aclarar su participación en estos casos.

Pero no son los únicos temas que debe enfrentar Andrade, tras develarse el caso de corrupción de Odebrecht en el país, que tiene en jaque varios proyectos emblemáticos, como la Ruta del Sol 2 y la navegabilidad del Río Magdalena. En este último caso, al cierre de la edición, se conoció que el banco Sumitomo decidió no financiar la obra. Navelena tiene hasta el 22 de febrero para conseguir los recursos o ceder el contrato, de lo contrario se declararía la caducidad.

El panorama para Andrade y el Gobierno es cada vez más retador. El año pasado 8 proyectos tuvieron cierre financiero por un valor de $13 billones, pero están pendientes por cerrar otros 24 que combinan la segunda y tercera ola de concesiones de cuarta generación (4G) y las iniciativas privadas.

Tras las denuncias, los bancos y entidades de financiación han extremado las alertas y el programa de infraestructura más ambicioso del país está en jaque: ya no solo se habla de riesgos ambientales o del impacto en las comunidades o sobre los descubrimientos arqueológicos, sino de un riesgo que no se había materializado, el reputacional.

Fuentes del sector financiero coincidieron en advertir que los cierres financieros pendientes –algunos programados para el primer trimestre y el resto a lo largo de 2017– se van a demorar y a complicar.


Foto: Juan Manuel Santos, Pesidente de la República, Clemente del Valle, Presidente de la FDN, Santiago Castro, Presidente de Asobancaria

En entrevista concedida a Dinero en el marco de la Convención Anual de Tesorería, Santiago Castro, presidente de Asobancaria, advirtió con respecto a los cierres de 4G: “(los bancos) van a extremar medidas en los préstamos, pero más allá de las 4G que son mejor estructuradas con perfiles de riesgo más bajos, que contemplan más contingencias que una vía como la Ruta del Sol, que era de primera generación, yo creo que no se van a frenar los proyectos, pero se van a demorar más los cierres y creo que van a hacer una segunda revisión”.

Otra fuente asegura que “algunos de los proyectos no se habían cerrado por un problema eminentemente financiero, pues las cuentas en el retorno de inversión y las tasas se dificultaba. La tasa debe ser compensatoria del riesgo. Y a los riesgos ambientales y sociales les llegan ahora los reputacionales”.

En el corto plazo, Andrade y el equipo del Gobierno deben destrabar uno de los temas más complejos: el futuro del tramo 2 de Ruta del Sol, donde Odebrecht tiene 62,01% de participación; Episol –firma de Corficolombiana– posee 33%, y el Grupo Solarte cuenta con 4,99%.

Con deudas por cerca de $2 billones, el sistema financiero –que casi en su totalidad participó en la financiación de esta obra– está alerta por lo que le pueda pasar con estos recursos, tras la solicitud de nulidad del contrato por parte de la ANI ante el tribunal de arbitramento que está cursando en ese proyecto.

La situación de Ruta del Sol 2 con la declaratoria de nulidad del contrato genera una profunda controversia jurídica. Primero, porque declarado nulo se considera que el contrato mismo ni siquiera existió. Y segundo, porque aunque las normas han previsto la nulidad frente a casos de corrupción, ahora se materializó y no había precedentes de esta magnitud. Los financiadores hoy están preguntando cómo y cuál es el marco legal en el que les van a pagar y qué procede ahora en la medida en que hay un limbo jurídico complejo en el cual es el Gobierno el que tiene que entrar a generar una solución.

Todo indica que de la solución a esta situación dependerá en parte de que los bancos sigan participando en los cierres financieros de los proyectos de 4G e iniciativas privadas que aún están pendientes, especialmente después del golpe que recibieron los bancos a finales del año pasado, tras la intervención de Electricaribe por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, y la deuda de la empresa con el sector financiero, que supera los $1,7 billones que, si bien está provisionada, sigue congelada. Eso sin perder de vista que en 2016 se produjo uno de los descalabros más grandes del sector infraestructura: Conalvías, donde los bancos renegociaron las deudas. Al cierre de esta edición, a Andrés Jaramillo, expresidente de la firma, se le imputaban cargos en el proceso del carrusel de contratos en Bogotá.

Además, Andrade debe cumplir la instrucción del presidente Juan Manuel Santos, en el sentido de que no se pueden dejar de construir las obras fundamentales para el crecimiento de largo plazo, el empleo y la competitividad.

En el caso de Ruta del Sol tramo 2, Dinero conoció el esquema en el que se está trabajando y su filosofía es clara: darle una solución rápida al asunto, que permita pagarles a los bancos y liquidar el proyecto lo más pronto posible, para adjudicar rápidamente con el fin de continuar con la construcción. De lo contrario, si los bancos no obtienen respuesta, se dificultaría su relación con el sector de infraestructura.

De hecho, Corficolombiana expidió en la noche del pasado viernes 27 de enero un comunicado en el que advertía que: “ante el eventual escenario de la liquidación anticipada del proyecto Ruta del Sol Sector 2, Corficolombiana se encuentra trabajando intensamente en la búsqueda de soluciones que permitan salvaguardar los intereses de la Nación, de sus ciudadanos, del sistema financiero colombiano y extranjero, y de cualquier otro grupo de interés involucrado en el proyecto, entre estos, los de los accionistas minoritarios, como es el caso de Episol”.

Allí, el papel de Andrade, al frente de la ANI, será fundamental para destrabar el proceso, garantizarles a los bancos sus recursos y, tal vez lo más importante, recuperar la confianza del sector financiero en la infraestructura –considerado como el motor de la economía–.

Sin duda, Andrade, exdirector de la consultora McKinsey y uno de los asesores más respetados por el sector empresarial, es la persona capaz de encontrar una salida para este tema.

La propuesta


Tras su retiro de McKinsey, Andrade llegó al antiguo Inco, con el objetivo de darle al sector de la infraestructura una mejor institucionalidad, al transformarlo en la ANI. Dos de sus principios rectores fueron la eliminación de los anticipos en las obras –que había anunciado el entonces ministro de Transporte Germán Cardona– para que los privados entraran con mayores apuestas a los proyectos, y la limitación a las adiciones de los contratos, de tal manera que la estrategia perversa de presentar en las licitaciones valores menores para luego ajustarlos en adiciones posteriores quedara limitada.

Eso le generó a Andrade tensiones en el sector e incluso algunos pronunciamientos en su contra de las empresas. Sin embargo, logró no solo consolidar estas iniciativas, sino estructurar el proyecto de infraestructura más grande del país por un valor cercano a los $40 billones, representado en tres olas de 4G, más los proyectos de iniciativa privada.

Si bien la realización de los contratos fue compleja y presentó retrasos, se convirtió en un referente para el sector de infraestructura. Andrade ha sido el encargado de darle vida a esta nueva etapa de la infraestructura en el país, no solo desde el punto de vista vial, sino también en puertos, aeropuertos y en otras iniciativas como la de los accesos a Bogotá.

Para algunos expertos lo que indica la ley frente a la nulidad del contrato en Ruta del Sol 2 es que las cosas se deben restablecer al estado anterior a la firma del contrato. Pero no se puede, después de declarar nulo el contrato, deshacer la inversión que se hizo.

“Pareciera que quedan en el limbo unos terceros de buena fe que, ajenos a los actos que llevaron a la nulidad del contrato –en este caso un acto de corrupción– otorgaron un financiamiento. No hay un marco legal que cobije o prevea frente a la nulidad del contrato cómo se liquida de cara a que el Gobierno pague por las obras ejecutadas y con el producto de sus pagos se les pueda pagar a los financiadores”, advierte el experto, para quien esta situación debe llevarse al Congreso y buscar una solución por vía de ley.

La ANI viene trabajando en un esquema que busca precisamente pagarles a los bancos por los créditos desembolsados y tranquilizar al sistema financiero para que se retomen los cierres financieros pendientes.

La idea es lograr un acuerdo entre el Gobierno y el consorcio para liquidar el contrato sin necesidad de reconocer la proyección en el tiempo de las utilidades y con la prerrogativa de pagar de manera inmediata las deudas al sector financiero. Una de las fuentes para ese pago sería una fiducia del proyecto cuyos recursos llegan a $1,5 billones. El plazo de negociación entre las partes está fijado en 2 meses y de tener éxito, permitiría no solo agilizar los procesos de contratación de las obras que hacen falta sino calmar los ánimos del mercado.

El plan de la ANI prevé que una vez se logre este acuerdo se entregue la operación de los peajes al Invías, entidad que adelantará algunas obras en ese corredor hasta 2018. Entre 2019 y 2020 se estaría licitando una nueva APP para terminar con el proyecto.

El acuerdo también dejaría sin piso las millonarias demandas que interpuso Odebrecht contra el Gobierno, derivadas de problemas con comunidades y licencias ambientales. Allí las pretensiones de la constructora eran de $700.000 millones. Un eventual acuerdo contaría con el aval de la Procuraduría, el tribunal de arbitramento y los bancos.

Los cálculos del Gobierno prevén que, si todo sale bien, en el segundo semestre de este año se estarían reactivando los frentes de obra. Si esto se logra, los bancos van a quedar más tranquilos y eso ayudará a que no haya sobrerreacciones de cara a la financiación de los proyectos que aún están pendientes.

Pero, en paralelo, los esfuerzos de Andrade no solo se deberán enfocar en este proceso sino también en su defensa, tras la apertura de investigación que le inició la Procuraduría por la firma de la adición de la vía Ocaña-Gamarra a Ruta del Sol 2 (ver recuadro) y que ha sido uno de los coletazos del escándalo de Odebrecht en el país, con acusaciones de la oposición a las exministras Cecilia Álvarez y Gina Parody, pues la obra al parecer beneficiaría un puerto en Gamarra en el que tendría participación la familia de la exministra Parody.


El panorama


Financiar una iniciativa de más de $40 billones es una tarea sin antecedentes en la historia del país. Ese nuevo escenario ha producido lecciones y aprendizajes, y un nuevo modelo de estructuración, donde para cada proyecto, en promedio, 70% es deuda y 30% es equity de los concesionarios.

Aunque los cronogramas de algunos de los cierres financieros se dificultaron, el esquema de financiación de las obras ha sido destacado. Por ejemplo, el año pasado ‘barrieron’ en los premios de infraestructura que entregó la revista LatinFinan- ce.

Sin embargo, el escándalo de Odebrecht llega en el peor momento y ha puesto a los bancos en una posición más defensiva.

“Lo que va a pasar es que se van a demorar mucho más los cierres pendientes. Si el escándalo aumenta y las presiones son mayores, la posibilidad de que algunos proyectos queden huérfanos (sin financiamiento) también crece”, agrega otro empresario.

Además, para algunos analistas la preocupación es todavía mayor, no solo con los cierres financieros por venir, sino con los que ya se han adjudicado; es decir, los que tienen contratos de crédito firmados o próximos a serlo, pero no están desembolsados. ¿Por qué? Los bancos también van a querer ver que el riesgo reputacional se cubra para los proyectos que ya se financiaron.

En el frente regulatorio, los bancos no pueden tener más de 25% de su cartera en negocios de infraestructura, pues sería una sobreexposición sectorial. De hecho, antes de 4G era de 17% y se corrió a 25% para darles cabida a estos proyectos de infraestructura. Esto tiene implicaciones en varios sentidos; por ejemplo, si el Grupo Aval aumenta su participación para cerrar Ruta del Sol 2, luego de los procesos de liquidación y ajustes, podría quitarles oxígeno a otros proyectos en los que quiera participar. Hoy ya hay bancos internacionales con presencia en Colombia que llegaron a su tope.

A la suma de estos hechos se agrega que en los próximos días deberá conocerse el futuro del proyecto del Río Magdalena, a través del consorcio Navelena, en donde Odebrecht tiene la mayor participación y está asociado con Valorcon. Este proyecto tuvo inicialmente el apoyo del banco Sumitomo para su cierre financiero, pero al cierre de esta edición se conoció que no participaría. Sin cierre financiero, el contrato sería caducado y generaría inhabilidades para los socios de la concesión, según explica un abogado.


Foto: Nestor Humberto Martínez, Fiscal General, Edgardo Maya, Contralor General, Fernando Carrillo, Procurador General.

El efecto Odebrecht no solo está sacudiendo a Colombia, sino también a la región e incluso con más fuerza. En Perú, por ejemplo, el papel de las constructoras brasileñas en obras públicas y concesiones ha sido mucho mayor que en nuestro país y la exposición de la banca es muy grande. Uno de los casos más importantes es el gasoducto que estaba construyendo Odebrecht en asocio con Graña y Montero. La obra vale US$4.000 millones y el contrato tiene una garantía de cumplimiento por US$260 millones que, al cierre de esta edición, estaba por ejecutarse.

El futuro


El caso Odebrecht podría tener efectos colaterales en distintos campos. Uno, por ejemplo, es un mercado secundario más activo, con la venta de participaciones en proyectos y concesiones ya adjudicadas para jugadores y nuevos inversionistas. La pregunta es qué tipo de compradores habrá en este nuevo contexto.

El otro es en los llamados fondos de deuda, vehículos con los que los fondos de pensiones –especialmente– y algunas aseguradoras participan en la financiación de las obras. Dos ya tienen los recursos y cerraron financieramente –el de Credicorp, Sura y Sumatoria, y el de Ashmore y CAF–, pero se estaba pendiente de la estructuración de dos más: Blackrock y Sumitomo y uno más de BTG Pactual.

También se espera cuál va a ser la movida del sector público en la financiación y en el desarrollo de proyectos, por ejemplo con el Banco Agrario, en el ojo del huracán por el crédito a Navelena por $120.000 millones, y la Financiera de Desarrollo Naciona (FDN), que administra los recursos de la venta de Isagen que llegaron al Fondes, que se habían convertido en complemento de los cierres financieros, pero no deberían ser sustitutos.

A su vez, las recientes declaraciones que le entregó a El Tiempo Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), en el sentido de que “las regiones están llenas de grupos Nule”, muestran que el sector privado, al menos en el campo local, está lejos de una depuración.

En el caso de la investigación judicial, si bien la Fiscalía avanza en los procesos, la agenda en el tema Odebrecht, como en el caso de los actos de corrupción de la Fifa, viene de Estados Unidos y allí falta ver qué otras denuncias podrían estar en camino.

Recobrar la confianza en el corto plazo será fundamental para el desarrollo de las obras. Más allá del caso puntual de Ruta del Sol 2, hay tareas pendientes por hacer: para la FDN, la labor será no solo buscar y desarrollar instrumentos y mecanismos que faciliten la llegada del sector financiero y del mercado de capitales a los cierres financieros, sino también –junto con la ANI y la institucionalidad del sector– mostrar ante los bancos locales e internacionales las bondades de los contratos de 4G que, a diferencia de esquemas anteriores –como Ruta del Sol–, tiene ajustes importantes, como un mecanismo para que los bancos se puedan tomar un proyecto cuando el sponsor está fallando y sustituir al consorcio. También tiene fortalezas en la terminación anticipada y hay una fórmula de cómo calcularla.

La infraestructura es el sector llamado a darle una nueva dinámica a la economía en Colombia. En el tercer trimestre de 2016, respecto al inmediatamente anterior, la rama de la construcción tuvo un crecimiento en su valor agregado de 2,8%, debido al crecimiento en la construcción de obras de ingeniería civil en 3,9% y de edificaciones de 2,2%.

La expectativa está en que con los cierres financieros de los primeros 8 proyectos, la maquinaria empiece a moverse y a darle impulso al crecimiento del país.

De hecho, para Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, el sector de obras civiles tendrá un importante crecimiento en 2017 con el desarrollo de proyectos como vías 4G, construcción de obras con recursos de regalías y propios de los entes territoriales. “Un año importante para el crecimiento del sector de infraestructura, los proyectos de las vías 4G que están llegando a sus cierres financieros entran en la etapa de construcción plena… este año se espera más ejecución”, resaltó el funcionario durante el Foro Colombia 2017.

El futuro del país está en el sector, no solo por lo que representan el desarrollo y construcción de las obras en materia de economía y crecimiento, sino porque el posconflicto pasa por la infraestructura. En el mundo los procesos de paz estuvieron acompañados del desarrollo de las obras que han acercado regiones y les han dado nuevos esquemas de competitividad.

Por ahora, la estrategia debe estar enfocada en tres pilares: sancionar los casos de corrupción, garantizar que las obras que están en marcha pero se han contaminado terminen a la luz de la ley y con procesos expeditos, y recuperar la confianza en el sector de infraestructura.

lunes, 16 de enero de 2017

Así es el plan para mejorar la navegación en el río Magdalena


El consorcio Navelena, el cual tiene el contrato de asociación público privada (APP) adjudicado por la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) para que vuelva a hacer navegables los 908 km entre Puerto Salgar y Barranquilla a fines del 2021, tiene en marcha los dos grandes proyectos que apuntan hacia ese objetivo.

De un lado ejecuta el plan de contingencia para que el tramo fluvial recuperado de 652 km de Barrancabermeja a Bocas de Ceniza se mantenga apto para el transporte de carga y pasajeros.

Para ello, realiza a diario dragados, remoción de obstáculos y materiales desde nueve convoyes (integrados por remolcadores, dragas, anfibias, retroexcavadoras y botes), especialmente en cinco puntos críticos para la navegación: Badillo, Bufalera, Patico, Cantagallo y Bocas de Sogamoso.

De hecho, los anteriores trabajos, la señalización de los puentes y el uso del sistema de navegación satelital que permitió mover carga por el río las 24 horas, lograron que la más importante vía fluvial del país alcanzara en el 2016 un récord en movimiento de carga: 2’453.896 toneladas, un 51,8 por ciento más que las contabilizadas en el 2014 (fueron 1’616.468) y 29,4 por ciento más que las del 2015 (1’896.025 toneladas), de acuerdo con los registros de Cormagdalena.

Al mismo tiempo, las embarcaciones transportaron 244.024 pasajeros, informó la Inspección Fluvial de Barrancabermeja.

De otro lado, Navelena inició el proyecto que busca recuperar la navegabilidad del río en 256 km, de Barrancabermeja a La Dorada y Puerto Salgar.

Obras de encauzamiento


El presidente de Navelena, Jorge Barragán, dijo que se empezó el levantamiento topográfico y batimétrico del trayecto fluvial. Es decir, harán la actualización cartográfica del estado del suelo subacuático para saber qué tanto se ha modificado el fondo de las aguas con el movimiento del río para ubicar bien las obras y establecer si se deben hacer ajustes a los trabajos programados.

Al mismo tiempo se fabrican en EE. UU. los geotubos que se utilizarán para las obras principales que se harán en esos 256 km de la arteria fluvial: protección de orillas (para controlar la erosión de costas), anclajes (para asegurar las estructuras armadas con los geotubos) y diques direccionales (para que las aguas conserven la misma dirección en el canal navegable).

De ahí que las obras físicas en el río empezarán hacia finales de febrero, cuando el consorcio cuente con los geotubos importados para armar las estructuras que se pondrán bajo las aguas.

Habrá unas obras piloto para saber cómo se comporta el río, las cuales serán las primeras que se construirán para la protección de las orillas, en las costas de las veredas Santo Domingo de Barrancabermeja y San Luis Beltrán, de Yondó.

“Debemos ser muy cuidadosos porque el río es un ser vivo, no es como una carretera donde todo queda establecido. Aquí las aguas pueden traer sorpresas, y se puede requerir el ajuste de una obra”, dijo el gerente de Sustentabilidad de Navelena, Óscar Alonso Vargas.

Estas no son los únicos trabajos previstos en el proyecto de recuperación de la navegabilidad del río, que costará 2,5 billones y se deberá ejecutar en cinco años.

El esquema incluye la construcción y mantenimiento de 168 obras hidráulicas (82 diques direccionales, 43 diques de alineamiento y 43 revestimientos) entre Puerto Salgar y Barrancabermeja.

Los trabajos en los 256 km fueron divididos en cuatro frentes o unidades funcionales: entre Barrancabermeja y Puerto Salgar, donde se harán las obras de encauzamiento, estarán las unidades funcionales 3 y 4.

Las unidades 1 y 2, que son los 652 km navegables desde Bocas de Ceniza a Barrancabermeja, serán las que continuarán con dragados, especialmente en puntos críticos, reubicación de obstáculos y retiro de sedimentos.

Vargas señaló que los dragados siguen un plan de manejo ambiental y no afectan ciénagas. “Tampoco se le extrae material al río ni se va a canalizar como creen unos. Antes y después de los dragados se mide la calidad del agua y esta se mantiene después de los trabajos”.

Navelena debía previamente actualizar los estudios y diseños para las obras de encauzamiento que dejarán el canal navegable en forma permanente.


Qué se debe garantizar


Los estudios que Cormagdalena le aprobó a Navelena fijaron que, cuando terminen las obras, se debe garantizar, en el tramo fluvial de Barrancabermeja a La Dorada, un canal con profundidad navegable de 2,13 metros, ancho de canal navegable de 150 metros y un radio de curvatura de 900 m.

Las barcazas, a su vez, deben tener 65 metros de eslora (largo), 13 m de manga (ancho) y un calado de 1,80 m. El convoy (entre remolcador y barcazas) puede tener 210 m de largo y una capacidad para mover máximo 7.200 toneladas de carga.

En Bocas de Ceniza, donde llegan embarcaciones más grandes, de mayor calado, se debe garantizar una profundidad de canal de 12,19 m. y un ancho del canal navegable de 150 m.

El cumplimiento de estos indicadores incide en la remuneración que podrá tener Navelena una vez entregue las obras de encauzamiento.

“Cuando las obras culminen no se verán, porque estarán bajo las aguas. Lo único que notarán es que el río volvió a ser navegable de Barrancabermeja a Puerto Berrío”, apuntó Vargas.

Navegación satelital


Desde el 15 de septiembre del 2015, los navegantes mueven carga día y noche por el río Magdalena, entre Barrancabermeja y Barranquilla, por el sistema de navegación satelital que permite preparar los mapas que indican cuál es la ruta navegable, la cual divulgan Navelena y Cormagdalena cada semana o antes, si hay puntos críticos. El sistema dispone de equipos de alta tecnología para rastrear el fondo del río e identificar los obstáculos, al igual que del GPS, que indica la posición de estos. Son datos que se procesan y sirven para hacer el mapa. Así, los marinos saben por dónde navegar, explicó el gerente del sistema, Alcides Molinares.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Hacer 65 proyectos pos-4G, la nueva apuesta nacional

Fase 2 de obras de infraestructura se hará de aquí al 2025 y vale $ 49,4 billones.


La revolución de la infraestructura no termina con los 5.803 kilómetros de vías concesionadas de cuarta generación (4G) en construcción y donde la Nación y los privados invierten 39,6 billones de pesos.

Tampoco acaba con los 58 proyectos que el Instituto Nacional de Vías (Invías) desarrolla por 6 billones de pesos –plata solo del Estado– ni con las billonarias obras de modernización que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) adelanta en líneas férreas, una veintena de puertos y, con la Aeronáutica Civil, en 54 aeropuertos.

El Gobierno Nacional tiene otra ambiciosa apuesta para ejecutar en menos de 10 años, al 2025. Se trata de la segunda fase del Plan Maestro de Transporte Intermodal (PMTI 2), el nuevo programa de infraestructura que el presidente Juan Manuel Santos llamó “pos-4G”, al clausurar el pasado viernes el XIII Congreso Nacional de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), en Cartagena.

El vicepresidente Germán Vargas Lleras, al instalar el certamen y quien ha liderado los PMTI, dijo que el objetivo de esta segunda etapa es complementar la primera fase del plan de infraestructura del transporte que se trazó con visión a 20 años (2015-2035) y se presentó el año pasado.

Pero este segundo plan maestro, como el primero, requiere mucho dinero.

El primer PMTI tenía 153 proyectos que costaban 208 billones de pesos –un promedio de 10,4 billones anuales– para transformar redes viales, férreas, instalaciones aeroportuarias y marítimas y así conectar zonas aisladas, integrar medios de transporte y regiones para elevar la movilidad y competitividad.

El plan 2 que anticipó EL TIEMPO tiene el mismo fin y priorizó 65 proyectos que requieren inversiones por 49,4 billones de pesos. El 71 por ciento (35,2 billones) serán para seguir la modernización vial nacional y llegar a regiones donde faltan buenas carreteras o no existen, como en el oriente colombiano.

Pero ¿cómo financiar estos proyectos, cuando el país atraviesa por un tiempo de vacas flacas, enfrenta la caída de los ingresos y de la producción del petróleo, el alto precio del dólar y se tramita una reforma tributaria que podría afectar obras de infraestructura?

Además, como lo ha señalado el experto en transporte Pablo Roda, hay poco espacio fiscal para pagar y los peajes han llegado al tope en unas carreteras. Y el propio ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha dicho que ya se llenó el cupo de las vigencias futuras.

Como lo reconoció el ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas, si no se consiguen rápidamente fuentes de financiación no se podrán hacer obras de infraestructura en 20 años.

La preocupación del Gobierno, la CCI y del sector radica en que con los 33 proyectos 4G en marcha se acaben las inversiones en infraestructura y se pierda el ritmo de obra y crecimiento de uno de los motores de la economía y del que el ministro de Hacienda espera que en estos trimestres impacten más en el Producto Interno Bruto (PIB).

De ahí que para el PMTI fase 2 se estudien varias fuentes de financiación como el impuesto al combustible asociado a las emisiones de C02, plusvalía, venta de activos del Estado, regalías, banca interna y externa, la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), fondos de pensiones, el valor generado por la tierra en proyectos de expansión y el cobro de valorización.

Roda comentó que por obras de infraestructura se ha encontrado que estas multiplican en 2,8 la valorización del suelo.

Cobro de valorización


En concepto del presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, la contribución por valorización parece ser una de las fórmulas más viables para financiar las nuevas obras. Aunque admitió que no será fácil aplicarla. “Va a ser efectiva en unos casos, en otros no”, apuntó.

Antes requerirá el trámite de una reforma legal para que se restablezca el cobro para obras nacionales, como existía antes de 1994, y quede en la nueva reforma tributaria.

El cobro fue contemplado en una proposición en el Senado para dejarlo en la reforma y lo planteó Vargas Lleras en Consejo de Ministros. El presidente Santos dijo que le pidió a Cárdenas que lo considere para incluirlo.

Si bien es cierto que el plan pos-4G vale 49,4 billones, Andrade comentó, por otro lado, que la mitad de los proyectos (por unos 22 billones de pesos) se pueden hacer sin rebuscar financiación, porque son autosostenibles. Son casos como los del aeropuerto El Dorado II; las vías Ciénaga-Barranquilla y Guaduas-Villeta.

En cambio, se tendrán que hacer con dineros públicos obras como las del tramo entre Bogotá y El Tablón (vía a Villavicencio), por tener ya tres peajes, y la ampliación de la pista de Santa Marta, porque los ingresos del aeropuerto solo alcanzan para su modernización.

Entre 19 y 26 billones faltarían para sacar adelante el plan de infraestructura pos-4G. Es el gran reto que tiene el Gobierno Nacional con su nueva apuesta.

Proyectos seleccionados


Hay 13 de la red básica: tramo 1 de Bogotá a Villavicencio, Villeta a Guaduas, de La Paila a Calarcá, de La Manuela a La Pintada, túnel 2 de La Línea, Ciénaga-B/quilla, Granada-Acacías, Barbosa a Tunja, Sogamoso-Maní, Quibdó-Bolombolo, Zipaquirá-Barbosa y Caño Alegre-Santuario. Por estratégicos harán: Ocaña-Cúcuta, de Pasto a Popayán, de Barbosa a Bucaramanga y de Puente Arimena a Puerto Carreño. Por integración hay vías como de Neiva a San Vicente del Caguán. Entre otros aeropuertos harán Dorado II y los de Ipiales, Cali, Neiva y Rionegro. Y canales como el Dique.

Los logros y lo que falta


Las vías 4G y demás proyectos dejaron varias lecciones. Están sacando del rezago la infraestructura del país y han indicado el camino para tramitar obras con el nuevo esquema a fin de lograr la financiación. Al tiempo que los proyectos necesitan más preinversión (diseños y estudios previos) y se requiere con urgencia tramitar la ley de consultas, por los atrasos que causan. Y que entidades como la ANI e Invías no tengan injerencia política, indicaron expertos.

miércoles, 1 de junio de 2016

Así va la construcción de la doble vía de Bogotá al Pacífico


El corredor Bogotá-Buenaventura de 517 km ya tiene la mitad en doble calzada.


En cinco años, el corredor de Bogotá a Buenaventura, el más importante y estratégico del país para el transporte de carga, el comercio con el exterior y la competitividad, tendrá la segunda calzada concluida a lo largo de sus 517 kilómetros.

Será una megavía por la que podrán movilizarse autos y tractomulas en menor tiempo, del centro de Colombia al Pacífico.

Si los cronogramas se cumplen y no hay tropiezos en las obras, se prevé que para el 2021, una tractomula que avance por la doble calzada durará cerca de 10 horas en transportar la carga de Bogotá a Buenaventura. Unas seis horas menos de lo que tardan hoy los conductores en recorrer los 517 kilómetros del trayecto. Actualmente pueden demorar 16 y más horas, principalmente por el atasco y ascenso lento en el paso por el alto de La Línea.

El mejoramiento y aumento de los carriles por este corredor ya no parece una quimera. Por un lado, de la segunda calzada van construidos 275 kilómetros, la mitad (53 por ciento) del largo corredor, según el informe de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Por otro, el Gobierno Nacional le acaba de adjudicar al Consorcio Estructura Plural Vía al Puerto la construcción de 26,5 kilómetros de doble calzada que, sumados, faltaban en varios tramos entre Buga y Buenaventura.

El vicepresidente, Germán Vargas Lleras, quien ha liderado este proyecto de infraestructura, dijo: “Esta vía que permite conectar el centro del país con el puerto de Buenaventura, por fin será una carretera de doble calzada que va a agilizar el tránsito vehicular, a disminuir los costos logísticos a transportadores y ciudadanos, y a aumentar la competitividad regional y del país”.

La calzada nueva que mejora la movilidad por la carretera ya se puede transitar en varios trayectos y en otros avanza su construcción así:

  • Entre Bogotá y Girardot se hizo la segunda calzada y se alista para la ampliación al tercer carril. De Girardot a Ibagué la segunda vía está casi terminada, y entre Ibagué y Cajamarca las obras empezaron hace mes y medio.

  • En el trayecto de Cajamarca a Calarcá están levantándose los viaductos y el túnel de La Línea, cuyas obras se espera terminen el 30 de noviembre del presente año y entrarían en operación, con los peajes electrónicos, en el 2018.

  • Entre Calarcá y La Paila se espera hallar pronto el mecanismo para contratar la segunda calzada del corredor, actualmente a cargo de Autopistas del Café, que no presentó propuesta para su ejecución. Y por la carretera de La Paila a Buga se puede transitar en dos calzadas.

  • En el corredor entre Buga y Buenaventura, los trabajos para extender la segunda vía, que incluyen 17 viaductos, 11 puentes y una decena de túneles, así como puentes peatonales nuevos, los realizan de manera combinada y por sectores, concesionarios de la ANI y contratistas del Instituto Nacional de Vías (Invías).

Nueva contratación

Entre Loboguerrero y Mediacanoa, el concesionario de la ANI ha ejecutado el 97 por ciento de la segunda calzada. Y entre Loboguerrero y Buenaventura, Invías tiene muy avanzados los trabajos.

El instituto allí ha levantado más de una decena de túneles, viaductos y puentes, y sigue trabajando, con plata ciento por ciento del Estado, en varios tramos como Citronella-Altos de Zaragoza-Cisneros-Loboguerrero.

El ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas, que inspeccionó las obras el pasado fin de semana, dijo que en este corredor Buga-Buenaventura se están invirtiendo alrededor de 2,3 billones de pesos.

Unos tramos de Buga a Buenaventura que no se pudieron ejecutar por razones de licencia ambiental, predial o presupuestal, ahora se completarán con la nueva concesión adjudicada al Consorcio Estructura Plural Vía al Puerto, en los 26,5 kilómetros faltantes de Buga a Mediacanoa y entre Loboguerrero, Citronella y Buenaventura.

El citado consorcio está conformado por Carlos Alberto Solarte (34 por ciento), Conconcreto (33 por ciento) y CSS Constructores (33 por ciento).

La firma que estructuró el proyecto durante un año, además de hacer 26,5 kilómetros de segunda calzada, también se encargará del mantenimiento y operación de los 111 kilómetros que tiene el corredor Buga-Buenaventura (una vez se haga la doble calzada) y otros trabajos de infraestructura que beneficiarán a la población y turismo de la región.

Las nuevas obras civiles de los 26,5 kilómetros de doble calzada costarán 1,075 billones de pesos. A este valor se deberán agregar 1,98 billones que valdrán la operación y mantenimiento que tendrá que hacer este consorcio durante los 30 años de la concesión.

Las obras

Por la geografía del terreno, atravesada por montañas y con grandes abismos, la segunda calzada no está trazada toda con vías rectas, sino que tiene puentes y viaductos en unas partes y túneles en otras, para que así mejore la velocidad por estos tramos de carretera hacia el puerto.

Estas son algunas de las razones por las que el proyecto tiene costos billonarios.

Por ello, el consorcio de la APP -IP construirá 1,41 kilómetros de túneles en el sector de Triana a Loboguerrero. Son dos conductos subterráneos: el primero tendrá 820 metros de largo y el segundo, 590. Harán 2,44 kilómetros más con 13 puentes y viaductos.

Para el presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, otro de los aspectos más relevantes que tiene este proyecto de la APP-IP entre Buga y Buenaventura es el impacto social y turístico que dejarán las nuevas obras.

Según lo concesionado, tendrán que hacerse trabajos que mejoren las condiciones sociales y ambientales de la población de la zona y el turismo.

De ahí que el consorcio hará una ciclorruta de 7,5 kilómetros de longitud, entre Buga y Mediacanoa, que irá paralela a la doble calzada. De esta manera, la población podrá ir pedaleando a sus trabajos en las industrias, ingenios y bodegas que funcionan allí.

Vía de acceso y turismo

Según lo que decida la comunidad, el concesionario hará una vía o línea férrea para que los habitantes puedan ingresar a San Cipriano.

En la actualidad, esta población no tiene cómo desplazarse por vía terrestre entre Córdoba y San Cipriano. Recurre al transporte de las ‘brujitas’ que ruedan por la línea férrea que lleva la carga del Ferrocarril del Pacífico.

Se calcula que la nueva conexión terrestre tendrá una longitud de 7 kilómetros. Este ingreso a San Cipriano costará 50.000 millones de pesos, recursos que saldrán de los pagos del peaje entre Mediacanoa y Loboguerrero.

Con la nueva vía de ingreso a San Cipriano, los turistas podrán visitar la reserva natural de este lugar, con su selva tropical, que es uno de los grandes atractivos, o dirigirse hacia la laguna del Sonso, que también será sometida a trabajos hidráulicos para su mejoramiento.

Para las anteriores obras hay un cronograma. La ANI adjudicó este proyecto de APP-IP el pasado 19 de mayo y la firma del contrato se cumpliría hacia el 22 de junio.

Se aspira a que la firma del acta de inicio de los trabajos sea el primero de agosto de este año. El consorcio seleccionado tendrá un año de preconstrucción, es decir, para la compra de predios y trámite de licencia ambiental. Por tanto, los trabajos de doble calzada en esta parte del Valle se espera que culminen en septiembre del 2020.

Pero todo el corredor, con doble calzada de Bogotá a Buenaventura, según lo contratado, debe quedar listo en el 2021.

EL TIEMPO

viernes, 29 de abril de 2016

Anillo Vial de Crespo ya fue entregado

Este complejo ayudará a descongestionar el tránsito vehicular de la zona hotelera de la ciudad.



Cartageneros y turistas pueden ya disfrutar de una compleja obra que mejora la movilidad de la ciudad, sobre todo en la zona hotelera.

Con la construcción de un deprimido en doble calzada, de un kilómetro de longitud, y un puente sobre la avenida Santander, se descongestiona el tráfico por el barrio Crespo y se reducen los tiempos de desplazamiento entre la zona hotelera del norte y el centro de la ciudad. 

El Anillo Vial de Crespo hace parte de la Concesión Cartagena-Barranquilla, a cargo de la Agencia Nacional de Infraestructura y el Consorcio Vía al Mar.

“El túnel de Crespo es la primera obra vial que se construye en Colombia dentro de un entorno marino, empalma con la avenida Santander a desnivel y a nivel con la Vía al Mar, generando una solución al acceso a la ciudad. Además, se sumará al gran proyecto de la autopista 4G (Cartagena-Barranquilla) con el viaducto de la Ciénaga de la Virgen, que ya inició su ejecución”, expresó la ministra de Transporte, Natalia Abello Vives.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, el vicepresidente Germán Vargas Lleras, y la Ministra de Transporte, fueron los encargados de entregar oficialmente este proyecto, durante una ceremonia realizada este miércoles. 

En la inauguración de la obra, el presidente Santos explicó que este es un proyecto pensado para cubrir las necesidades de Cartagena, que involucra tres componentes clave: “la erosión marítima que azota a la ciudad es muy grave, y antes de la ejecución de estas obras, los habitantes de Crespo sufrían recurrentes inundaciones causadas por el aumento del nivel del mar. Ahora las edificaciones cercanas están protegidas por más de 50 metros de playa”. 

Por su parte, el vicepresidente Vargas Lleras se mostró muy satisfecho con la calidad de las obras entregadas, que suman en total 2,5 kilómetros y $164.420 millones de inversión. “Esta es una obra que la ciudad estaba esperando y con la cual no solo se mejora el tráfico, sino que protege el medioambiente, las playas y brinda mayor seguridad a ciudadanos y turistas”. 

La Ministra también explicó que este proyecto ayuda con la ejecución de obras de protección costera que recuperarán las playas de Crespo y protegerán esa zona de la ciudad de las fuerzas erosivas del mar y posibles eventos climáticos extremos. 

El Túnel 

El deprimido inaugurado cuenta con dos rampas de acceso de 200 metros cada una, más el túnel de 600 metros de longitud con dos carriles en cada sentido.

Solución para preservar la zona costera 

Con la construcción de siete espolones, un muro marginal de 2,3 kilómetros de longitud, un relleno hidráulico y una barrera sumergida, se protegerán de la erosión 35 hectáreas de playa, además de la infraestructura vial del proyecto y el barrio Crespo. 

Parque lineal de 14 hectáreas 

En el terreno que se recuperó del mar, se construyó un paseo marítimo de aproximadamente 14 hectáreas para el disfrute de los cartageneros.

El parque mitiga las afectaciones visuales de la obra y suple la escasez de espacios recreativos de la ciudad con un diseño paisajístico con vegetación nativa y adecuada a la zona.

Economía y Negocios


martes, 19 de abril de 2016

La ampliación de la autopista Norte

Habrá 53 kilómetros de carriles nuevos en accesos por la Autonorte, la 7.ª y la variante a Cajicá.

Una inversión de 457.896 millones de pesos para construir 53 kilómetros de carriles nuevos en las entradas a Bogotá por la autopista Norte, la carrera séptima y la variante de Cajicá, constituyen la primera obra por Asociación Público Privada (APP) para la capital del país a la que le apuesta el Gobierno Nacional.


La propuesta fue aprobada por el Consejo de Ministros y representa el primer paso para descongestionar los accesos a la ciudad por el norte, con inversión totalmente privada y con recuperación de la inversión vía peaje por parte del Consorcio Promesa de Sociedad Futura.

La Asociación Público Privada de Iniciativa Privada (APP-IP) ‘Accesos Norte de Bogotá’ incluye ampliar de tres a cinco carriles la autopista Norte a lo largo de 4,2 kilómetros en cada sentido, entre La Caro y la calle 245. De acuerdo con el proyecto aprobado, y que ahora debe ir al Conpes, en la carrera 7.ª está previsto el mejoramiento de la vía existente y la construcción de la segunda calzada en una extensión de cinco kilómetros.

“La aprobación del Gobierno Nacional de esta APP-IP que descongestionará el tránsito vehicular en el norte de Bogotá es una buena noticia para la productividad nacional, porque está demostrado que gran parte de los costos logísticos en el transporte de carga, como en el de pasajeros, se presenta a la entrada y salida de las grandes ciudades por los frecuentes trancones que imposibilitan una buena movilidad”, explicó el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras.

Agregó que una vez entren en operación estas obras, se calcula que los tiempos de desplazamiento se reducirán hasta en un 50 por ciento para camiones y vehículos particulares.

“Este es un paso muy importante y un espaldarazo de la Nación en la búsqueda de soluciones conjuntas para la infraestructura y la movilidad de Bogotá, tarea en la cual no ahorraremos esfuerzos para que los habitantes de la capital mejoren su calidad de vida”, explicó Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Así serán las obras

En el tramo de la autopista Norte, en la calzada occidental, se pasará de 3 a 5 carriles en todo el tramo. En la calzada oriental se pasará de 3 a 5 carriles entre la calle 245 y el peaje de Andes, y de 3 a 4 carriles entre el peaje de Andes y La Caro. En este costado también se construirá ciclorruta y andén para los peatones y los biciusuarios.

En el caso de la carrera séptima, se construirá una segunda calzada con dos carriles por sentido y habrá puentes peatonales, también en el tramo comprendido entre la calle 245 y el punto de La Caro.

La conectante de Hatogrande comprende la construcción de 2,10 kilómetros de doble calzada nueva, un puente en cada calzada sobre el río, una intersección elevada sobre la variante a Cajicá y la construcción de puentes peatonales. Una de las claves del proyecto de ampliación es que van a desaparecer los retornos que hoy operan en el centro de la autopista y que, según Andrade, se van a reemplazar por pasos a desnivel. Se acabarán los retornos a la izquierda, afirmó.

El director de la ANI explicó que el peaje de la autopista Norte retorna a la Nación en el 2018 y es con ese peaje que se financiarán las obras. Dijo que el tiempo máximo de concesión serán 25 años.

La administración de Bogotá también viene trabajando en la posibilidad de ampliar la autopista Norte, dentro del Distrito, desde el peaje de Andes hasta el punto de Los Héroes, a través de la figura de Asociación Público Privada. Sin embargo, esa iniciativa está apenas en proceso de estructuración y por ahora no se han revelado detalles. Eso sí, tendrá ciclorruta y andenes para peatones.

Hablan vecinos y usuarios del norte

Los usuarios y vecinos de la autopista Norte y de la carrera 7.ª tienen sentimientos diferentes tras el anuncio de que se ampliarán estas dos vías en los accesos a Bogotá por una APP.

Para Patricia Gómez, residente de Suba, “es una medida buena y debieron tomarla hace mucho tiempo”, pero para Héctor Bruno, que vive en Usaquén, el trancón está en otro lado.

“En el tramo de La Caro a la calle 245 no hay trancón, nunca lo ha habido; el cambio debería ser hacia Jardines del Recuerdo, en esa zona sí hay trancón porque se vuelve un embudo”.

Estos sentimientos encontrados de los vecinos obedecen a que el colapso de la autopista Norte es muy fuerte entre la calle 170 y el peaje de Andes, y afecta a las personas que a diario se movilizan entre Bogotá y los municipios que quedan al norte.

No obstante los reparos, una ventaja que reconocen es que la ampliación se hará con recursos del sector privado, y en últimas habrá beneficio para la ciudad y sus vecinos. “Necesitamos vías para podernos movilizar, estamos absolutamente estancados en esta ciudad”, dijo Esteban Laverde, de Suba.

Estas son las firmas que harán la obra

La estructura plural que da origen a la Asociación Público Privada de Iniciativa Privada (APP-IP) ‘Accesos Norte de Bogotá’ es Promesa de Sociedad Futura, conformada por las firmas Integra de Colombia S. A. S., Castro Tcherassi S. A., Civilia S. A., Ofinsa Inversiones S. A. S., Equipo Universal S. A., Mincivil S. A.

La concesión, en principio, se haría a 25 años, durante los cuales se espera que los privados recuperen la inversión vía peajes. Aunque se habló de ir al Conpes para ratificar la concesión, el director de la ANI dijo que si se firma a menos de 30 años, no será necesario ese trámite y se firmará el contrato.

EL TIEMPO